martes, 29 de marzo de 2011

Maldad (2) La maldad en nuestro interior

La maldad usa muchas máscaras, la mas peligrosa es la máscara de la virtud
Sleepy Hollow

-No deberías haber contado nada a la policía. No remuevas este asunto.

-¿Has visto a alguna de tus víctimas?
-No me resulta agradable hablar de esto. ¿Víctimas? No seas melodramático. Mira allí abajo. ¿Sentirías compasión por alguno de esos puntos negros si dejaran de moverse? Si te ofreciera 20.000 dólares por cada puntito que se parara, ¿me dirías que guardase mi dinero, o empezarías a calcular los puntitos que serías capaz de parar? El tercer hombre. Carol Reid


Primera parte - Evil inside

Las guerras (y las posguerras) son entornos fértiles para nuestras depravaciones, en ellas sale lo peor de cada uno y cuando a un taradete le das un fusil automático, un entrenamiento embrutecedor y órdenes deliberadamente ambiguas ocurre lo de Abu Ghraib, lo de Guantánamo o lo último del Kill Team en Afganistán. Esa "banalidad del mal" que definió Hannah Arendt.
El impagable diálogo de "El tercer hombre" entre Harry Lime (Orson Welles) y su amigo Holly Martins (Joseph Cotten) en lo alto de la noria del Prater, en la Viena de la inmediata postguerra, nos introduce nuestra segunda entrada dedicada a ese rasgo tan chungo e inequivocamente humano como es la maldad. Cuando Holly le reprocha sus crímenes, Harry trata de justificarlos intentando mostrar a su amigo lo fácil que en esos tiempos podría ser pasar al lado tenebroso, sabiendo que mucha gente que se considera normal aloja un pequeño hijo de puta dentro esperando a las circunstancias adecuadas para mostrarse.

Para comprobar cómo la guerra y las ideologías dictatoriales pueden corromper el alma de las personas digamos normales, haciéndoles ver facetas de su personalidad que no conocían, hemos escogido algunos párrafos de Las benévolas, la gran (aún con sus imperfecciones) obra del escritor norteamericano Jonathan Littell, donde el narrador, un antiguo oficial de las SS durante la Segunda Guerra Mundial (epítome pues de la perversión de la moral humana), cuenta sus vivencias en el frente ruso y el campo de concentración de Auschwitz donde se hace cargo del "controlling" del los recursos del campo, básicamente calcular cómo poder sacar el máximo beneficio con el trabajo de los prisioneros con el mínimo gasto, antes de gasearlos, en fin, un pieza. En su presentación relata:

Adivino qué estáis pensando: pero qué hombre más malo, os decís, un hombre perverso, un sinvergüenza, vamos, se lo mire por donde se lo mire, que debería estar pudriéndose en la cárcel en vez de soltarnos esa filosofía suya tan confusa de ex fascista a medio arrepentir. En lo del fascismo, no hay que confundir las cosas, y en lo de mi responsabilidad penal, no prejuzguéis, que todavía no os he contado mi historia; en cuanto a lo de mi responsabilidad moral, permitidme unas cuantas consideraciones.
(...) Que quede claro, no intento decir que yo no sea culpable de tal o cual hecho. Soy culpable, y vosotros no, estupendo. Pero, pese a todo, deberíais ser capaces de deciros que lo que yo hice vosotros lo habríais hecho también. A lo mejor con menos celo, aunque quizá también con menos desesperación, pero, en cualquier caso, de una forma o de otra. Creo que puedo afirmar como hecho que ha dejado establecido la historia moderna que todo el mundo, o casi, en un conjunto de circunstancias determinado, hace lo que le dicen; y habréis de perdonarme, pero hay pocas probabilidades de que vosotros fuerais la excepción, como tampoco lo fui yo. Si habéis nacido en un país y en una época en que no sólo nadie viene a mataros a la mujer y a los hijos sino que, además, nadie viene a pediros que matéis a la mujer y a los hijos de otros, dadle gracias a Dios e id en paz. Pero no descartéis nunca el pensamiento de que a lo mejor tuvisteis más suerte que yo, pero que no sois mejores. Pues si tenéis la arrogancia de creer que lo sois, ahí empieza el peligro.
(...) Trastornados los hay en todas partes y en todas las épocas. Nuestros tranquilos barrios periféricos rebosan de pedófilos y de psicópatas; nuestros albergues nocturnos, de megalómanos rabiosos; algunos se convierten en un problema, efectivamente; matan a dos, a tres, a diez, incluso a cincuenta personas, y, a continuación, ese mismo Estado que los utilizaría, sin un parpadeo, en una guerra, los aplasta como a mosquitos atiborrados de sangre. Esos hombres enfermos no tienen importancia. Pero los hombres corrientes que forman el Estado -sobre todo en tiempos de inestabilidad-, ésos son el auténtico peligro. El auténtico peligro para el hombre soy yo, y sois vosotros. Y si no estáis convencidos, para qué seguir leyendo. No entenderéis nada y os irritaréis sin provecho ni para vosotros ni para mí.
Sin embargo, también es obvio que también en las sociedades "civilizadas" actuales lo peor del alma humana se manifiesta todos los días. Todos los días hay maltratos recurrentes en muchos hogares, se producen violaciones y asesinatos, muchas personas abusan de otras, física y emocionalmente, mienten y manipulan premeditadamente en su propio beneficio, en su casa, en su empresa (o emponzoñan de mentiras a millones de personas en alguna tertulia de ultraderecha...), sin mayor problema de conciencia.

Hubo, seguro, muchas mentes psicópatas (malvados stricto sensu de los que nos ocuparemos en la segunda parte de la entrada), manejando desde consejos de administración los hilos del gran fraude financiero que provocó la enorme crisis que nos golpea, pero también personas normales infectadas de codicia hasta el hueso, que anestesiaron su conciencia y se dejaron llevar por la fiebre del dinero fácil.

Suponemos que la cuestión que habría que hacerse es hasta qué punto las circunstancias extremas y una ideología fuerte y "legitimadora" podrían embotar nuestra empatía por otras personas y otros seres vivos, embruteciendo nuestro espíritu hasta hacernos cometer las mayores iniquidades. Obviamente, el punto está en las circunstancias, como veremos en el interesante documental que seguidamente les ofrecemos.

En él, Eduard Punset habla con Philip Zimbardo, psicólogo de la Universidad de Stanford y autor del famoso y macabro experimento de la prisión de Stanford, realizado en 1971, para estudiar la reacción de unas cuantas personas normales recluidas en un entorno "malvado" y sometidas a duras circunstancias. El resultado de ese experimento y algunas otras consideraciones que nos cuenta Zimbardo nos muestran cómo un entorno hostil puede llevar a muchos a deslizarse por la resbaladiza pendiente que lleva a la maldad.



Segunda parte. Psicópatas, lo puto peor

Sin alucinaciones, sin trastornos psicopatológicos que los alejen de la realidad pero también sin empatía, sin remordimientos, sin alma. Los psicópatas conforman aproximadamente un inquietante 1% de la población y aunque la mayor parte no comete delitos graves (hay distintos grados de psicopatía), sus actos perversos pueden llegar a influir de forma importante en las sociedades en las que viven y a las que parasitan, dependiendo de lo alto que lleguen, o simplemente distorsionarán con sus manipulaciones la vida de los que les rodean, ignorantes de quién es realmente su compañero, su jefe o su pareja.Suelen ser inteligentes, irritables e impulsivos y utilizan su capacidad de engaño y manipulación en su propio beneficio. La política es uno de los terrenos donde les gusta moverse, aunque no todos los políticos nefastos son psicópatas, por ejemplo George W. Bush es un arrogante hijo de puta que puso el mundo patas arriba como desde tiempos de Hitler y Stalin no se había visto pero no era un psicópata, era demasiado estúpido para serlo.

El psicópata es inequívocamente egocentrista, construye y sigue su propia moral al margen de las normas sociales aunque sí las comprenden, por lo que su comportamiento es adaptativo y pasa inadvertido a la mayoría de personas. Para ellos los demás no son más que objetos que pueden ayudar a satisfacer sus necesidades, por lo que el abuso físico y psicológico de seres vulnerables es algo bastante característico de la conducta psicótica. ¿Alguien duda que el ser repugnante que hace poco colgó un video en la web en el que torturaba hasta la muerte un cachorro de perro volcará las perversidades de su mente tarada en las personas que tengan la desgracia de cruzar sus vidas con él? De hecho el maltrato y tortura de animales, los seres más indefensos y más fácilmente accesibles, es uno de los rasgos característicos de estos errores de la naturaleza (aunque no todos los que lo hacen son psicópatas).

Otros sentimientos humanos como la felicidad también les son ajenos por lo que conducirán su vida por la frustración, rabia y deseo sexual, se creen seres superiores, perfectos, no hay terapia para curarles porque no hay nada que curar, no son enfermos mentales, de hecho las terapias de rehabilitación lo único que consiguen es proporcionarles otra forma de aprender a manipular mejor.
Según varios estudios parece que en el cerebro del psicópata existen conexiones defectuosas entre la parte del cerebro que lidia con las emociones (sistema límbico) y la que maneja los impulsos, la empatía y la toma de decisiones (el lóbulo prefrontal). Igualmente se ha apreciado en ellos deficit de neurotransmisores inhibidores de la conducta agresiva como la serotonina.

Para comprender mejor los resortes y las motivaciones de la mente psicópata nos ayudamos de otro estupendo documental de Redes, La mente del psicópata, en el que el ubicuo Punset hablará con Robert Hare, autor del libro “Sin conciencia”, quien ha estudiado a los psicópatas durante años y es el creador del PCL-R, prueba que actualmente se ha estandarizado como método para diagnosticar la psicopatía.



Psicópatas cinematográficos






Cínicos y fantasmales como el anteriormente citado Harry Lime, melómanos como Alex en "La naranja mecánica", esquizoides y parafílicos como Norman Bates, mesiánicos como el John Doe de "Seven" (Kevin Spacey), obtusos y brutales como el Henry de "Henry, retrato de un asesino", sibaritas y connoisseurs como el célebre Hannibal Lecter, sádicos yuppies multimarca como el Patrick Bateman (más chungo el del libro...) de "American Psycho", o el bailongo cortaorejas Mr. Blonde, de "Reservoir Dogs"... son algunos de los más conspicuos psicópatas que nos ha dado el séptimo arte, para quien las andanzas criminales de estos individuos siempre han resultado seductoras. Cada uno en su peculiar estilo, todos estos archivillanos han otorgado un caracter mítico a las películas a las que han dado forma, todos hemos disfrutado (eso sí, desde el cine o el sofá de casa) viendo cómo sus mentes malignas nos estremecían con sus retorcidos crímenes.


Para terminar esta entrada sobre lo peorcito del alma humana, les ofrecemos el corto que dio origen a la más retorcida saga de películas de psicópatas asesinos, "Saw" y sus secuelas, una vuelta de tuerca a este subgénero del terror, en las que el psycho-killer de turno, Jigsaw, plantea a sus victimas un dilema moral extremo si quieren salvarse de la tortura (bueno, de la tortura no se libran) y la muerte.En este corto el protagonista, un limpiador de hospital tras terminar su jornada, es golpeado por sorpresa para despertar en una extraña celda, con la mandíbula encajada en un bizarro artilugio mecánico. De repente, se enciende una pantalla y en ella, una siniestra marioneta le propone un juego macabro. Le cuenta que cuando el temporizador del mecanismo que sujeta su mandíbula ("como una trampa de osos, pero al revés") llegue a cero, éste pulverizará su mandíbula y, ya de paso, su cabeza. Y la única llave que abrirá el mecanismo se encuentra en el estómago de un compañero de celda que yace inconsciente en una esquina, al lado de un afilado bisturi. Con él y su elección les dejamos. Sean buenos.

lunes, 21 de marzo de 2011

Bosque (3) 2011, Año Internacional de los Bosques

Retomamos una de las primeras entradas de este blog cuando realizamos nuestro primer post sobre los bosques, volviendo nuestros ojos sobre un luminoso bosque indio, un lugar privilegiado, un ecosistema único en el mundo al convivir en él tres especies de grandes felinos (el tigre de Bengala, el león asiático y nuestro querido y ubicuo leopardo) y también lo hacíamos regresando a un oscuro bosque germano hace 2000 años en el que se perdió para siempre la ambición imperial romana de colonizar las tierras más allá del Rhin, lo que cambió para siempre la Historia de nuestro continente.

Dos años después, inmersos ya en el 2011, aprovechamos estos primeros días de primavera para presentar nuestra segunda entrada sobre los mismos. Este año ha sido declarado por la Asamblea General de la ONU como el Año Internacional de los Bosques, con el objetivo de concienciar a la opinión pública de que los bosques son esenciales para la sostenibilidad del planeta aunque sólo fuera por los enormes beneficios económicos, socioculturales y ambientales que directa e indirectamente nos proporcionan. Porque la situación actual de los bosques en el mundo es desoladora e inquietante.

A la imparable deforestación directa que se practica en el todo el mundo para urbanizar o dejar lugar a la ganadería y la agricultura extensivas, han de sumarse los devastadores efectos que causan en ellos el cambio climático global acarrea. Verbigracia, la sucesión casi sin precedentes, de dos terribles sequías sufridas por la Amazonia brasileña, santuario ecológico del mundo, en los años 2005 y 2010.

Cuenca amazónica

La coincidencia en apenas cinco años de dos de estos fenómenos de sequía extrema (que normalmente se daban una vez cada cien años), han provocado la emisión de miles de millones de toneladas de CO2 a causa de la muerte y putrefacción de millones de árboles, pérdida que a su vez alimentará el bucle de desequilibrios climáticos por todo el mundo.
Estas sequías masivas y pertinaces dejan los bosques vulnerables y pueden dar paso a tempestades de lluvia como las sufridas en 2005 que arrancaron 663 millones de árboles y que se prevé se sucederán en estos próximos meses. Como escribía el pasado 4 de febrero desde Rio de Janeiro el periodista del El País Juan Arias:
El temor de los expertos es que ambos fenómenos extremos -sequía y lluvias torrenciales- puedan acabar dañando definitivamente el bioma de aquella zona, uno de los más ricos del planeta, lo que supondría una pérdida irreparable. Basta recordar que la Amazonia brasileña concentra 100 billones de toneladas de carbono, la misma cantidad de la emitida por toda la Tierra en diez años.
La pregunta del millón es cuál es el motivo real de esa tragedia de sequía y tormentas sufridas por la Amazonia. Ningún científico ha sido capaz hasta ahora de dar una respuesta definitiva. Se acusa a los efectos del Niño, que actuó el año pasado y que ciertamente produjo sus efectos negativos, así como a una oscilación del Oceano Pacífico. Pero según declaraciones al diario O Globo del climatologista Marcos Heil Costa, harán falta aún muchos estudios para entender lo que está ocurriendo en la Amazonia.
La previsión, sin embargo, compartida esta vez por todos los climatologistas es que en las próximas décadas, la Amazonia, que ya sufre la mayor sequía desde hace cien años, seguirá sufriéndola, especialmente en los Estados de Mato Grosso y Pará, que ya están sufriendo una sequía persistente desde hace seis meses. Más aún, un aumento de la sequía como la que está en curso, llevaría a convertir a la frondosa Amazonia en una triste sabana. Sin vegetación, la Amazonia recibiría menos nubes, mientras que otros fenómenos como el Niño o el calentamiento del Océano Atlántico alejarían las nubes de aquella zona, fundamental para el equilibrio del Planeta.
Bosques mediterráneos. Sur de Europa
Y así por todas partes. Según un estudio del CSIC, en los últimos 20 años en el sur de Europa ha habido un significativo aumento de la frecuencia e intensidad de los periodos de sequía como consecuencia del cambio climático lo que ha duplicado la superficie defoliada en la copa de los árboles de los bosques mediterráneos, restándoles frondosidad (tienen menos hojas porque tienen menos agua), fenómeno que se ha detectado en todas las especies de arboles mediterráneos. Los expertos predicen un aumento de los impactos por sequías y olas de calor en el área mediterránea en esta zona durante las próximas décadas. Agarrense los machos pues.
Bosques tropicales. Borneo y Sumatra
También en los bosques tropicales de Extremo Oriente la situación es alarmante. Los incendios, el negocio de la pasta de papel, el aceite de palma de aceite y la madera están provocando la destrucción de los bosques y turberas de las islas indonesias de Java y Sumatra, causando más emisiones anuales de gases de efecto invernadero que toda Holanda, según alerta WWF/Adena.

Según los expertos, si la deforestación sigue avanzando a esta velocidad, ambas islas indonesias perderán por completo toda su superficie selvática en 2020.

Tanto Borneo como Sumatra cuentan, aún, con dos de las selvas tropicales más importantes del planeta. Sin embargo, en la actualidad (según datos de WWF), de toda la zona forestal que Borneo tenía en origen, queda practicable sólo la mitad; entre 2003 y 2007, la isla perdió una media de 1,15 millones de hectáreas de selva al año. En el caso de Sumatra, las cifras son igual de claras: en el período comprendido entre 1985 y 2007 se deforestaron cerca de 550.000 hectáreas por año.
Por supuesto, quienes primero sufren la traumática pérdida de su ecosistema son las especies animales salvajes que lo habitan y en estas islas es especialmente de lamentar, pues en ellas habitan algunas especies grave en peligro de extinción como son el orangután, la pantera nebulosa o el elefante y el tigre de Sumatra. Estos animales entran en conflicto directo con las comunidades humanas que los arrinconan, habiéndose dado ya varios ataques de elefantes y tigres a algunos poblados que ocupan sus antiguos territorios, lo que lleva indefectiblemente a su persecución y muerte.


Como hemos visto, la depredación humana y los trastornos climáticos que degradan los bosques provocan que estos vean reducida su capacidad y eficiencia en los procesos de fijación de carbono y merman su capacidad de atemperación del clima, lo que retroalimenta a su vez las dinámicas y los desequilibrios del calentamiento global, cuyas consecuencias golpean el mundo cada vez con más virulencia.

Es por ello que los bosques han de ser protegidos y mejor gestionados en todo el mundo, sumándonos a Greenpeace para que en este Año Internacional de los Bosques se cumplan algunas de las esperanzas de recuperación previstas.

Brasil e Indonesia esperan que su lucha contra la deforestación empiece a dar frutos este mismo año. La Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Flora y Fauna (CITES) espera que en este año se puedan ver los primeros resultados de los acuerdos adoptados en la reunión de las Partes de la Convención en Doha del 2010 en materia de cooperación para conservar los bosques del mundo.

En España, donde en los últimos años se observa una clara disminución de los incendios, existe una superficie forestal considerable pero marginada en la agenda política y en los presupuestos y donde además de la conservación es necesaria una correcta gestión forestal donde además de plantar se sepa cortar, reduciendo la densidad de muchas zonas con exceso de arbolado (sobre todo del pernicioso eucalipto). Un bosque bien gestionado es una fuente de bienes de consumo como la madera, el corcho, la resina, el papel o la biomasa.

Hay que encontrar el balance adecuado en la conservación de estos menguantes reductos de naturaleza, elementos fundamentales y equilibradores de nuestro mundo que cada vez hacemos más escasos, menos diversos, más domesticados, peores para la vida salvaje que lo habita, peores para la raza humana que tanto se beneficia de ellos.

Entradas relacionadas:
Vocabulario Fundamental. Bosque (II) Bosque de Teutoburg, la tumba de Varo

martes, 15 de marzo de 2011

Periodismo y Periodistas (2) Ana Pastor

Fue en los principios de este blog cuando le dedicamos uno de nuestros primeros (y un poco arcaicos) vocabularios fundamentales al periodista Iñaki Gabilondo, por el momento apartado del periodismo activo. Hoy traemos a nuestro blog a la gran periodista de RTVE Ana Pastor (admirada por el mismísimo Iñaki desde que trabajó con ella en la cadena SER) en impagable duelo dialéctico con el presidente iraní Mahmud Ahmanideyah, respecto a la turbulenta realidad internacional de hoy en día.a

Más allá de las cínicas majaderías del dictadorzuelo persa
y el simbólico momento pañuelo que se cae, hay que resaltar la entereza y profesionalidad de la periodista madrileña para enfrentar e inquietar al archivillano en su propia casa, con sus propias contradicciones. Puro periodismo, del que cada vez queda menos. Menos en Intereconomía, claro.




miércoles, 2 de marzo de 2011

Gorriones (1) Los gorriones desaparecen de Madrid

Dedicamos esta nueva entrada de nuestro vocabulario emocional básico al humilde gorrión común (Passer domesticus), este gordezuelo y simpático pájarito que aún sobrevive en nuestras cada vez más desnaturalizadas ciudades y lo hacemos dando eco a la alarma que suponen sus cada vez más menguantes poblaciones en las mismas. Las radiaciones electromagnéticas de nuestras antenas, la competencia de la tan vilipendiadas como duras palomas (auténticos marines alados que acaparan los pocos restos de comidas que vamos dejando), la disminución de zonas verdes, la contaminación creciente se configuran como las amenazas que nos van dejando sin el piar alegre y los saltos pizpiretos de estos fragmentitos de naturaleza (y la de otras especies de aves que ya desaparecieron del cielo de esta ciudad) que tanto reconfortan el alma del Juez Roy Bean y sus secuaces.

El gorrión desaparece de Madrid - 20minutos.es

En otros tiempos era habitual escuchar su piar y verles revoloteando en parques y jardines. Pero ya no. El gorrión, el pájaro más abundante de Madrid, se extingue poco a poco. Y lo que es peor, nadie sabe a ciencia cierta por qué. Un estudio de la Sociedad Española de Ornitología (SEO/Birdlife) asegura que esta población de aves disminuye a un ritmo de 14.000 ejemplares al año en la región. Y, pese a que su número todavía es muy grande (1,4 millones), avisa: el problema es generalizado en todas las grandes urbes de Europa. En Londres o Praga, por ejemplo, ya no queda ninguno.

El coordinador del estudio, Juan Carlos del Moral, manifiesta que aún no se conocen a ciencia cierta las causas de esta extinción. Otros expertos, sin embargo, sí que mencionan algunas posibles causas, como la contaminación y el urbanismo. "Las nuevas edificaciones, planas y sin oquedades, no dejan huecos para que estos animales aniden", dice Eduardo de Juana, profesor de Zoología de la Universidad Complutense. Teo Overhuver, portavoz de Ecologistas en Acción, apunta, sin embargo, en otra dirección: "La contaminación atmosférica es uno de los principales riesgos de salud que tienen los pájaros". Otras razones probables, como este crudo invierno, quedan desechadas: "A las aves no les afecta tanto el frío mientras encuentren alimento, asegura De Juana. "La disminución de zonas verdes sí que es bastante más grave", apostilla.
 
Palomas voraces

Otras de las causas que se barajan es la competencia de las palomas. En efecto, el gorrión se ha convertido en la única ave urbana que ha registrado un descenso de su población. En contra, las palomas, mucho más voraces, no paran de ganar terreno. Crecen anualmente a un ritmo en torno al 3%, hasta el punto de que su población ya debe superar los 300.000 individuos, según otro estudio de SEO.

Especies como el mirlo siguen el mismo camino de expansión.
En la zonas no urbanizadas de la comunidad hay otras muchas aves en peligro. Este mismo martes, Ecologistas en Acción denunció que los futuros desarrollos urbanísticos de Pinto (que incluyen además un circuito de Fórmula 1) conllevarán la desaparición de una veintena de nidos de aguilucho cenizo. El último espacio de nidificación de esta ave en la zona sur y uno de los pocos que quedan en la región.

Pájaros de ciudad


Gorrión común. El ave acorralada. Pese a ser inofensivos y nada perjudiciales, en España desaparecen a marchas forzadas. En los naranjales de Valencia los descensos son superiores al 90%. Es la única ave que nos acompaña desde el Neolítico.
Mirlo común. Símbolo en la antigüedad. Crece a un ritmo del 1% al año, y su población es similar a la de las palomas, pero son menos sociables y no viven en grupo. Su color negro les ha dado un aura de simbolismo desde tiempos remotos.
 
Cernícalo primilla. Un ex vecino de Madrid. El gorrión podría seguir los pasos de este pequeño rapaz. Una especie que antes criaba en la ciudad de Madrid y que ya no lo hace. Ocupaba huecos y cavidades de edificios viejos, tejados y acantilados.

Paloma bravía. La paloma fue domesticada hace mucho tiempo por el hombre, pero en la actualidad muchas viven libres en la ciudad. Son portadoras de múltiples parásitos y un problema de salud pública.


Tórtola turca. Una emigrante de 50 años. Comenzó a anidar a en la Península Ibérica hace más de 50 años desde su zona de origen, en Anatolia. Se encuentra en plena expansión, y en Madrid habrá unas 30.000. Muy confiadas y sociables.


Cigüeña. Alcalá, ciudad de zancudas. Un ave muy protegida, pero también muy frágil, debido a su visibilidad. Alcalá de Henares es el tercer casco urbano del país con mayor número de parejas, más de 100. Suelen anidar en iglesias y monumentos.