"Que nuestra curiosidad y nuestra simpatía se extiendan por doquier. No reprimamos nuestro afecto por las criaturas. No pongamos límites a nuestra ansia de conocer, ni diques a nuestra ansia de amar. No convirtamos en un infierno la vida de los animales bajo nuestra custodia. No masacremos a los animales salvajes. Fomentemos el conocimiento, la sensibilidad y la compasión. Compadezcámonos de todos los que sufren, sin prejuicios, grupismos ni fronteras. Trabajemos por el triunfo de la compasión.”
Jesús Mosterín
Recuperamos otro de los capítulos del estupendo programa (ya extinto) de La2 'Pienso, luego existo' sobre algunos de los grandes filósofos, divulgadores científicos y pensadores de nuestro país, y esta vez es Jesús Mosterín, un filósofo de alma inmensa y diletante, quien nos acompaña. Una persona con auténtica ansia por el conocimiento, un intelectual en el mejor y más amplio sentido, un tipo de mente inquieta y multifunción que navega entre disciplinas, neurociencias, metafísica, cosmología, biología, cuya conspicua racionalidad complementa una honestidad brutal que le ha llevado a interesarse especialmente por nuestra relación con los desvalidos de los desvalidos, los animales, los seres más vulnerables a la crueldad humana, seres emocionales, sintientes y sufrientes que nos acompañan, nos aman, nos alimentan y forman parte vital de la biosfera que sustenta la vida -también la nuestra- en el planeta Tierra.
Mosterín propugna la consideración moral de los animales de forma equilibrada y compleja, pues aunque se opone frontalmente a la crueldad con los animales, adopta una postura realista y multidimensional en las controversias sobre el uso de animales en campos como la investigación o la alimentación. Piensa que la tarea moral urgente consiste en acabar con las formas más atroces de esclavismo (como circos, plazas de toros o acuarios) y maltrato, incluyendo la ganadería intensiva que impide una vida conforme a las pautas de conducta naturales de los animales involucrados, así como con las artes más crueles y destructivas de la pesca. Muy recomendable su libro 'El triunfo de la compasión'. En fin, un gran tipo de los que da gusto compartir pasaporte.
Jesús Mosterín: La enorme pasión por saber
RTVE.ES 09.12.2011
“La filosofía es una dimensión humana. En la medida en que los seres humanos seamos curiosos y reflexivos y críticos, pues en alguna medida todos somos filósofos”. Quien así habla es el Catedrático de Lógica y Filosofía de la Ciencia, Jesús Mosterín (Bilbao, 1941), próximo protagonista de “Pienso, Luego Existo”, el programa de La 2 que retrata a los principales pensadores de nuestro país.
Mosterín, uno de los máximos representantes españoles de la lógica formal y de la filosofía analística, explica durante el programa por qué aunque la gran filosofía tiene que ver con las grandes cuestiones que importan a todos, si uno pretende “hacer gran filosofía” necesita tener el rigor intelectual que pretende tener la ciencia y, por tanto, “uno necesita ser también un científico”. Precisamente, el papel de las ciencias en la comprensión del mundo, la biología y la cultura humana, y, sobre todo, de la relación con los animales y del valor esencial que para él tiene el concepto de libertad serán algunos de los temas que se abordarán durante el programa del próximo domingo.
Enorme pasión por saber
Es definido por sus amigos como un gran intelectual. De hecho, el también filósofo Javier Sádaba, con quien ha compartido viajes y conversaciones, le define en este episodio como “una persona con una gran cabeza, que le interesa todo y aprende rápido de todo”. “Es un hombre con una enorme pasión por saber, enorme. Y sabe de todo. Creo que tiene una cultura filosófica en el sentido amplio de filosofía tremenda. Sin haber perdido nunca, obviamente, es especialista, contacto con la ciencia”, recalca.
Para el sociólogo Salvador Giner, es “uno de los filósofos de la ciencia españoles más interesantes”. “Tiene una capacidad expositiva extraordinaria, de sencillez envidiable ante problemas complejos. Y tiene una visión del avance de la ciencia, del avance del conocimiento objetivo, que debe de fomentarse”, añade. También Pilar Rahola tiene palabras para Mosterín muy definitorias: “es un bicho rato, es un tipo complicado, difícil, peculiar, de una inteligencia vivaz, muy rápida, de una capacidad de profundizar y reflexionar de muchos niveles, con una cultura amplísima, heterodoxo, un animal salvaje, que no está en ninguna jaula conocida, que no está en ningún territorio definible, que no es políticamente correcto”. Lo resume con un: “es un gran intelectual”.
Vivir con los ojos abiertos
Él no hace más que recalcar que “la vida es muy breve”, y que, precisamente por eso, “una de las cosas más importantes a las que podemos aspirar en esta breve vida es a vivir con los ojos abiertos”, en sintonía con el universo y esa sintonía toma, en gran parte, la forma del “conocimiento”. Su defensa de los animales es uno de los motivos por los que es ampliamente conocido: “los seres vivos son milagros, sin cosas rarísimas, son excepciones totales”. Durante el programa, desarrolla ampliamente ese concepto y esa defensa. Subraya, además, que la aventura intelectual más apasionante de los últimos años ha sido el desciframiento de los genomas y sostiene, durante el programa, que hasta este momento “el cerebro es el sistema del universo que peor entendemos”. Se muestra de acuerdo con Hume en que las dos emociones morales fundamentales son, por un lado, el amor a uno mismo, es decir, el egoísmo, y por otro lado, la compasión”; sostiene que todo el pensamiento filosófico y científico moderno ha consistido en una huida del antropocentrismo y resalta que el valor político fundamental es el valor de la libertad. “El progreso político que tengamos en un futuro próximo se medirá por la capacidad que tengamos de que las cotas de libertad vayan aumentando”, añade.
Mosterín confiesa en el programa, finalmente, que no tiene mucho interés en que le recuerden, pero que si lo hacen le gustaría que le recordaran como “alguien que trató de vivir bien y de no hacer sufrir a los demás; y que trató de no engañarse a sí mismo ni de engañar a los demás”.