martes, 23 de febrero de 2010

Comida (3) Y las redes atraparon agua

Ya en aquella entrada Vocabulario Fundamental (II) Usos y abusos de la pesca nos ocupamos de los excesos cometidos, desde hace mucho tiempo, en las pesquerías de todo el mundo sobre casi todas las especies comestibles que pueblan los mares de todo el mundo y hacíamos especial hincapié en la preocupante situación en la que se encuentran dos especies emblemáticas como son el atún rojo y muchas especies de tiburón.

Sin embargo volvemos al tema para completar nuestra visión sobre la cada vez más crítica situación del sector pesquero mundial en general y el atún rojo en particular a rebufo . Para ello nos adherimos a la campaña que la organización ecologista WWF / Adena está realizando en estos días recogiendo firmas para pedir al presidente Zapatero la implicación firme de España en el apoyo a la propuesta para incluir al atún rojo en el Anexo I de CITES (Convenio sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre) en su 15ª Conferencia que tendrá lugar en Doha (Qatar) entre los días 13 y 25 de marzo.

Seguidamente les ofrecemos información relevante de WWF
sobre la situación de este esencial, magnífico y cada vez más escaso animal, el estupendo artículo Y las redes atraparon agua escrito por el naturalista Joaquín Araújo en su blog Tierra (del diario El Mundo) y terminamos la entrada con el revelador documental del año 2009 -subido por Bizzentte, as usual- The end of the line (Salvemos el mar), que nos ofrece una impactante visión de la lamentable situación de este fundamental vector de la alimentación humana que es la pesca a través de algunos de los más flagrantes casos de expolio a los océanos, mediante la captura, hasta casi el exterminio, de algunas de las especies animales que los habitan lo que no sólo es un obvio acto contra natura sino que nos acerca un poquito más al precipicio.

En Redacción a todos nos gusta (y mucho) la buena comida y el buen pescado y reconocemos que el atún rojo está estupendo pero pensamos que no sólo tenemos que dejar que se recupere para que algún día pueda volver a ser parte de nuestra alimentación sino para que simplemente pueda volver a ser.


WWF - Atún rojo, una especie en peligro

Las poblaciones de atún rojo han descendido de forma alarmante en las últimas décadas. No sólo está afectando al atún rojo del Atlátnico, sino también el atún rojo del Pacífico y el del sur. En todos los casos, el descenso ha sido inducido en gran parte por la demanda japonesa de sushi y sashimi.

Existen 2 poblaciones de atún rojo del Atlántico. La reserva occidental más pequeña ha descendido en casi un 90% desde los años 70 y ha sido clasificada como gravemente en peligro de extinción. La reserva oriental más grande, con desoves en el mar Mediterráneo, está clasificada actualmente como en peligro de extinción, pero de hecho está en peligro de extinción comercial y biológica total. Ambas poblaciones están siendo sometidas a pesca excesiva de forma sistemática.

Capturas en el Mediterráneo

Una gran flota de avionetas y helicópteros de avistamiento del atún sobrevuelan el Mediterráneo. Esta flota aérea se está utilizando de modo rutinario en la actualidad para localizar bancos de esta especie. Desde 2001, el uso de flotas aéreas en busca de bancos de atún durante su tiempo de desove en el mes de junio es ilegal. Sin embargo, se han observado vuelos ilegales durante este mes, en el espacio aéreo de Libia así como en las costas de Malta y la isla de Lampedusa, Italia.

¿Cómo operan estas flotas?

Una vez que se ha localizado un banco, los buques de pesca se movilizan para la captura. La mayoría son capturados por flotas de cerqueros industriales muy avanzados tecnológicamente y de palangreros. También funcionan algunas pesquerías más pequeñas, tal como las de almadraba convencionales, así como pesquerías ilegales con red de deriva en algunas zonas, como en el Golfo de León.

La mayor parte de las capturas con red de cerco se realizan desde mayo hasta mediados de julio cuando se cierra el periodo de pesca por un mes. Estas flotas realizan capturas enormes: por ejemplo: durante el 2004, en apenas dos meses se capturó la increíble cantidad de 25.000 toneladas de atún rojo, casi el 80% del cupo total de todo el Mediterráneo y el este del Atlántico. La mayoría de estas capturas son transferidas a jaulas para su posterior engorde.
Resulta alarmante que las capturas de atún rojo en el Mediterráneo estén actualmente muy por encima de los límites del cupo, principalmente por una mayor demanda de atunes criados en granja. Los pescadores tampoco están haciendo caso de los límites de tamaño y capturan también grandes cantidades de ejemplares jóvenes. Las flotas responsables de actividades de pesca ilegales pertenecen a países del Mediterráneo.

Capturas en el mar


Ni siquiera el atún rojo del Atlántico que sale con vida del Mediterráneo después de la estación del período de alimentación está a salvo de los buques de pesca. La especie es un objetivo allí donde sea abundante, ya sea a lo largo de las costas norteafricanas y europeas, el Atlántico oriental el Atlántico occidental y a lo largo de la costa norteamericana. En la última década, las pesquerías de atún rojo también se han desarrollado en el Atlántico Norte central, donde estudios recientes de etiquetado han demostrado que se concentran atunes tanto de poblaciones del oeste como del este.

¿Cómo puedo ayudar a proteger esta especie?

A menos que se tomen medidas urgentes, el atún rojo desaparecerá pronto del Mediterráneo. La mejor solución para proteger el atún rojo es que se capture de forma legal y con un tamaño de más de 30kg. Sin embargo, es prácticamente imposible para el consumidor saber si este ha sido capturado de forma legal o no, o si se trata de un ejemplar joven.

Por eso, hasta que la ICCAT acuerde un plan de recuperación satisfactorio, WWF le aconseja firmemente evitar el atún rojo procedente del Mediterráneo, a menos pueda comprobar que haya sido capturado mediante métodos sostenibles como las almadrabas de atunes tradicionales de Andalucía en el sur de España. Estas son otras recomendaciones:

...cuando vaya a su restaurante japonés favorito para tomar sushi y sashimi

Compruebe con el dueño del restaurante dónde se surte de atún rojo. Si es del Mediterráneo, WWF le recomienda que lo evite, a menos que el dueño del restaurante pueda demostrar que ha sido pescado de forma sostenible.
...cuando vaya a la pescadería para comprar atún troceado

Pregúntele al pescadero si el atún procede del Mediterráneo. Si es así, no lo compre. Pídale que no venda atún rojo del Mediterráneo hasta que la ICCAT acuerde un plan de recuperación estricto o a menos que haya sido capturado de modo sostenible. 
Si desea comprar una lata de atún en el supermercado para un bocadillo o una ensalada, no se preocupe, casi nunca encontrará atún rojo en una lata. La mayoría de los atunes enlatados son atún de aleta amarilla o bonito de altura.


Consumidores y restaurantes de toda Europa apoyan el boicot de WWF al atún rojo

En noviembre de 2008, WWF entregó en Marrakech (Marruecos) al Presidente de ICCAT las firmas de cerca de 16.000 ciudadanos de 149 países que unieron su voz a un gran número de restaurantes, chefs y supermercados europeos que apoyaban el boicot de WWF al consumo de atún rojo. Los ciudadanos que participaron se comprometían a no consumir esta especie amenazada hasta que las poblaciones se hayan recuperado, estén bajo control y sean gestionadas de forma sostenible. Prestigiosos cocineros españoles, franceses y británicos ya se han sumado también a esta iniciativa por la conservación del atún rojo, así como los principales distribuidores europeos.

El boicot de WWF, y otras muchas ONG, tiene dos objetivos principales:

1.- Disminuir la demanda de esta cotizada especie y no ser partícipe de su colapso.
2.- Presionar a la flota industrial y a las Administraciones pesqueras para que trabajen en un plan de recuperación que se base en las recomendaciones científicas.En 2009, más de 500 chefs franceses anunciaron conjuntamente a través de Eurotoques —la Asociación Europea de Cocineros— que renunciaban a ofrecer atún rojo ante la gravedad de la crisis pesquera. En esta misma línea, desde enero de 2010, los 475 establecimientos de lujo en 57 países de todo el mundo, asociados a Relais et Châteaux, no ofrecen atún rojo en sus cartas.

Por otra parte, en España restaurantes de reconocidos cocineros españoles, como Arzak, Martín Berasategui o Carme Ruscalleda, forman parte de esta cadena. A esta iniciativa se han unido también las principales cadenas de distribución en la UE y España: Auchan, Carrefour, Mercadona, Coop, Migros, etc.

La iniciativa pretende suspender el consumo de atún rojo, hasta que las poblaciones estén bajo control y se gestionen sosteniblemente, para evitar así el colapso de la especie.

Los cocineros apoyan el boicot


Sergi Arola, desde su restaurante Sergi Arola Gastro, destaca: “El atún rojo se encontraba entre los productos estrella en mi cocina desde hace años. Sin embargo, su crítica situación me ha llevado a retirarlo de la carta para asegurarme de que mis clientes van a poder seguir disfrutando de este manjar en el futuro”. Y añade: “creo que es mi deber moral y mi obligación. Esta actitud la hago extensiva a otros productos en similares circunstancias y, muy especialmente, al tiburón, animal imprescindible para el equilibrio del medio marino, tal y como lo conocemos”.

Por su parte, Darío Barrio, de Dassa Bassa, también secunda esta opinión y subraya: “considero que es mi responsabilidad no sólo cuidar la calidad de los productos, sino también su sostenibilidad. Si queremos salvar al atún de su extinción comercial, no podemos quedarnos de brazos cruzados. Por eso, he decidido apoyar la campaña de WWF España y dejar de usarlo a la hora de elaborar los platos en mi establecimiento”.

Asimismo, Karen Bell, de Memento, insiste en que: “No es realista, ni siquiera viable, seguir consumiendo atún rojo al mismo ritmo que antes, como si nada pasara. Sus poblaciones están en serio peligro y tenemos que actuar en consecuencia. Estoy convencida de que los primeros en dar ejemplo a los consumidores debemos ser los cocineros. Esta es a razón por la que me he sumado al boicot al atún rojo propuesto por WWF”.

WWF asiste a esta reunión de ICCAT como observador en una delegación de varios miembros con el objetivo de influir en las negociaciones que están teniendo lugar en este foro. La organización pide la puesta en marcha de varias medidas para evitar la extinción comercial del atún rojo. De un lado, cerrar la pesquería, hasta que se encuentre bajo control y se den las condiciones para gestionarla de manera sostenible. De otro, establecer un auténtico plan de recuperación que, basándose en datos científicos, suponga un recorte drástico en las cuotas de pesca y en la capacidad de las flotas. Un plan que debe reducir el periodo de pesca, prohibiéndola durante los meses clave de la reproducción, especialmente, durante mayo y junio.

Por último, WWF solicita también la creación de santuarios, para proteger las áreas clave para la reproducción de la especie, en el Mediterráneo, como las aguas de Baleares, el Mediterráneo Oriental y Central. Es importante señalar que en el caladero de Baleares, tradicionalmente el más importante del mundo en atún rojo, las capturas han caído un 85%, desde 2000.

S
egún Juan Carlos del Olmo, Secretario General de WWF España: “No queda tiempo para el atún; ICCAT es responsable de la situación actual y se juega su credibilidad y su futuro como organismo pesquero”. Y concluye: “La Unión Europea, con más de la mitad de la cuota mundial de atún rojo, no puede seguir impidiendo el establecimiento de medidas de conservación en la pesquería. España tiene la clave para que se produzca un cambio de actitud en la UE”.



Joaquín de Araujo - Y las redes atraparon agua




No conseguimos incorporar, con unos mínimos de rigor, lo de que si extraemos más de lo que ingresamos el resultado es deuda y no progreso, ni riqueza, ni, mucho menos, vivacidad. Con todo, buena parte de nuestro modelo –y lo sabemos desde hace más de un siglo - se basa en despreciar todos los límites. Comenzando, además por los nuestros, los individuales.

Superar es la tentación en la que caen los unos y los otros, con las consecuencias bien conocida: hay demasiados perdedores. Tantos que llega a perderse la fuente que proporcionaba precisamente perdedores a superar. En pocos ámbitos queda tan rotundamente comprobada esta ley ecológica, pero no menos del más elemental sentido común, como en lo relacionado con la productividad biológica de los mares y océanos. Los caladeros mundiales no consienten ya más que la disminución drástica de las capturas. Cuando casi todo, en este modelo tan suyo, persevera en la idea de que si el crecimiento no es notable –y por supuesto año tras año – todo se desmorona.
Hasta que su incongruencia y la eterna avidez chocan con el desmoronamiento. No han bastado ni los bisontes americanos, ni las anchoas del cantábrico para aleccionarnos. El atún rojo es el que ahora cobra actualidad por los mismos motivos.
En cifras concretas y muy recientes queda demostrada la bancarrota de estos túnidos. Durante los primeros años 90 del pasado siglo los armadores, sobre todo franceses y españoles, se lucraron largamente con las capturas que rondaban las 15.000 toneladas.

En los últimos ejercicios a duras penas superan las 2.000. Los científicos, es más, han estimado que las capturas resultan 3,5 veces mayores que lo aceptable para la recuperación de la especie. Recordemos que los atunes rojos no sólo proporcionan un demandado manjar, sino también uno de los mejores ejemplos de comportamiento sofisticado, fisiología heroica y un modelo de utilización del espacio y de los recursos alimentarios capaz de enseñarnos precisamente a beneficiarnos con sensatez de la productividad biológica del océano.

Por todo ello, debemos apoyar la prohibición de la pesca y comercialización industrial de estos. Se impone el que garanticemos el futuro de nuestros caladeros y de las especies que en ellos medran. Es más, resulta del todo urgente y necesaria la creación del santuario marino para el atún rojo que incluya buena parte de las aguas situadas al sur y oeste de las Baleares, pues ha quedado de sobra demostrado que allí se inicia la continuidad de la vida de esta especie. Demos esta oportunidad a tan asombroso producto de la historia de la vida.

The end of the line (Salvemos el mar)

Documental que denuncia, a través de impactantes imágenes, el daño que la sobrepesca está haciendo a los océanos y las consecuencias globales que puede tener en la biodiversidad marina y en nuestra propia vida.

Filmado durante más de dos años siguiendo las investigaciones de Charles Clover, periodista del Daily Telegraph, el documental examina la inminente extinción del atún rojo, fundamentalmente producida por el aumento de la demanda occidental de sushi, y revela que si el sector de la pesca no se regula, en el año 2048 podrían haber desaparecido de nuestros mares todos los peces comestibles, lo que provocaría una hambruna que afectaría a millones de personas y dejaría en paro a todo el sector pesquero mundial.

Hay, sin embargo, un mensaje positivo: la sobreexplotación se podría evitar mediante la regulación de la industria y la protección de ciertas áreas a fin de conservar los recursos naturales...

La película relata cómo fueron esquilmados los caladeros de bacalao del Norte en Alaska, explica cómo las nuevas tecnologías de las flotas de altura no dejan escapatoria a los bancos de peces o de qué manera la acuicultura como solución es un mito ya que es necesario pescar para alimentar a las crías de estas granjas.

La responsabilidad de la situación de la fauna marina, recae en el documental en los consumidores que compran especies en peligro sin saberlo, los políticos que ignoran las advertencias de los científicos y los pescadores que incumplen las cuotas y la normativa, así como a la industria pesquera mundial por la lentitud en su reacción "que está acelerando el desastre". El documental subraya
la importancia de conocer el origen del pescado que se adquiere, para que cada ciudadano pueda estar seguro de que lo que consume procede de una pesca sostenible y no es una especie en extinción.

lunes, 15 de febrero de 2010

Droga (5) ¿Despenalización del consumo de drogas?

En esta nueva entrada sobre las drogas, ofrecemos algunas visiones de la despenalización del consumo de estupefacientes, tema peliagudo donde los haya pero que creemos debería ser profundo objeto de debate en muchos de los países en las que el tráfico de drogas significa un problema no resuelto, en el mejor de los casos, o un tumor imposible de extirpar de los huesos de su sociedad, como ocurre en México, Afganistán o Colombia, entre otros.

Después de más de una década gastando miles de millones de dólares en combatir el narcotráfico (y a pesar de los masivos decomisos policiales ni siquiera logran subir el precio de la droga), decenas de miles de vidas arruinadas o perdidas por la adicción o por los asesinatos cometidos por los narcotraficantes o las bandas terroristas a ellos asociadas, ya va siendo hora de un nuevo enfoque.

Recientemente el escritor mejicano Carlos Fuentes se acogía a la iniciativa de varios ex-presidentes latinoamericanos para despenalizar el consumo de droga de forma paulatina, empezando por la marihuana. Fuentes aseguraba que la inseguridad, la violencia latente y el crimen siguen presentes en México a pesar de las medidas adoptadas por el gobierno del presidente Felipe Calderón.
"Lo ha demostrado Ciudad Juárez, lo acaba de demostrar hace unos días en el ataque frontal al narcotráfico, el narco las lleva todas de ganar" (...) "si usted mata a un narco surgen dos, si mata dos surgen tres, si mata tres surgen seis, etc. Por eso hay que ver otras maneras, difíciles estoy de acuerdo, pero quizá más efectivas apara acabar con este flagelo". (...) "Yo no tengo soluciones 100% confiables, pero hay que pensar en ir superando este problema del país"
En España también el filósofo y escritor Fernando Savater se ha significado a favor de la legalización del consumo de drogas como forma para combatir el poder del narcotráfico internacional. A finales de 2008 escribía lo siguiente al volver de México:
(...) Por descontado, el problema de la inseguridad en este país o en cualquiera es complejo y alimentado por múltiples ingredientes. Pero uno de ellos destaca por encima de cualquier otro: el fabuloso negocio del tráfico de drogas ilegales. Y tengámoslo claro: el negocio no consiste en las drogas en sí mismas, sino en su ilegalidad. No hay en este momento ninguna democracia institucional en Iberoamérica que pueda hacer frente con esperanzas de victoria a la plutocracia de los narcotraficantes: ni en Colombia, ni en Bolivia, ni en México ni en ninguna parte. Mientras la irracional cruzada contra las drogas, promovida y alentada por Estados Unidos, continúe manteniendo este flujo siempre creciente de ganancias -¡a los narcos la crisis no les afecta!- el peligro para las instituciones democráticas de esos países no hará más que empeorar. 
Lo llevo repitiendo desde hace más de veinte años, pero insisto una vez más: mientras las drogas no se despenalicen, continuará este fabuloso y letal negocio gangsteril. Si se pudieran adquirir y consumir sin más trabas que el alcohol o el tabaco, con la debida información de sus efectos y pagando impuestos como cualquier otra mercancía, cesarían los ingresos del narcotráfico... así como la bien remunerada sinecura de muchos de sus perseguidores, oficiales y oficiosos. Lo que hoy es un problema de toda la sociedad volvería a ser cuestión personal, con abusos y daños lamentables pero estrictamente privados. Ahora bien, es imposible imaginar esta despenalización necesaria sin la anuencia del país que la inventó y la mantiene (del que provienen también, por cierto, el mayor número de consumidores). ¿Sería capaz el presidente Obama de dar este paso definitivo y acabar con el narconegocio del único modo posible?
Aunque la idea de un debate nacional en profundidad y con templanza en un país como España, tan lleno de demagogos integrales y recalcitrantes salvaalmas, es algo que nos causa cierta risa nerviosa.

Les dejamos con el artículo El otro estado, del escritor peruano Mario Vargas Llosa, que el pasado enero escribía al respecto en el diario El País y seguidamente con el gran número musical que se marcan Brian y Stewie en la octava temporada de Padre de familia, cuando Brian emprende una campaña para despenalizar el consumo de marihuana en la ciudad de Quahog.

También algunas actrices como Drew Barrymore, Megan Fox o Cameron Díaz han reconocido consumir marihuana y otra chavala lista como Kirsten Dunst ha dicho en alguna ocasión “me gusta fumar marihuana… creo que si todo el mundo fumara marihuana el mundo sería mejor.” Amén a eso Kirsten. También el presidente norteamericano, Barack Obama, dio orden de no usar recursos federales para perseguir el consumo de marihuana para uso médico en los catorce estados en que está permitido.

Así pues, desde la Redacción de "Vida y Tiempos..." nos unimos a todos ellos, Fuentes, Savater, Cameron, Megan, Kirsten, Vargas Llosa, Obama, Brian y Stewie Griffin, pidiendo un cambio en las políticas antidroga actuales, que sean reemplazadas por serios debates nacionales en los países productores y consumidores, en los que se ofrezca in-for-ma-ción veraz sobre las consecuencias del consumo puntual y el consumo excesivo de dichas sustancias, combatiéndolo desde la prevención y la educación y se estudie la implantación de programas piloto en los que se contemple la legalización de las drogas y el tratamiento de las adicciones a las mismas como cualquier otra enfermedad.

Vargas Llosa - El otro Estado

La experiencia de México lo confirma: no es posible derrotar militarmente al narcotráfico. Habrá cultivo y tráfico de drogas mientras haya consumo. La despenalización es el único remedio. Mario Vargas Llosa. El País. 10/01/2010

Hace algún tiempo escuché al presidente de México, Felipe Calderón, explicar a un grupo reducido de personas, qué lo llevó hace tres años a declarar la guerra total al narcotráfico, involucrando en ella al Ejército. Esta guerra, feroz, ha dejado ya más de quince mil muertos, incontables heridos y daños materiales enormes.

El panorama que el presidente Calderón trazó era espeluznante. Los cárteles se habían infiltrado como una hidra en todos los organismos del Estado y los sofocaban, corrompían, paralizaban o los ponían a su servicio. Contaban para ello con una formidable maquinaria económica, que les permitía pagar a funcionarios, policías y políticos mejores salarios que la administración pública, y una infraestructura de terror capaz de liquidar a cualquiera, no importa cuán protegido estuviera. Dio algunos ejemplos de casos donde se comprobó que los candidatos finalistas de concursos para proveer vacantes en cargos oficiales importantes relativos a la Seguridad habían sido previamente seleccionados por la mafia.

La conclusión era simple: si el gobierno no actuaba de inmediato y con la máxima energía, México corría el riesgo de convertirse en poco tiempo en un narco-estado. La decisión de incorporar al Ejército, explicó, no fue fácil, pero no había alternativa: era un cuerpo preparado para pelear y relativamente intocado por el largo brazo corruptor de los cárteles.

¿Esperaba el presidente Calderón una reacción tan brutal de las mafias? ¿Sospechaba que el narcotráfico estuviera equipado con un armamento tan mortífero y un sistema de comunicaciones tan avanzado que le permitiera contraatacar con tanta eficacia a las Fuerzas Armadas? Respondió que nadie podía haber previsto semejante desarrollo de la capacidad bélica de los narcos. Éstos iban siendo golpeados, pero, había que aceptarlo, la guerra duraría y en el camino quedarían por desgracia muchas víctimas.

Esta política de Felipe Calderón que, al comienzo, fue popular, ha ido perdiendo respaldo a medida que las ciudades mexicanas se llenaban de muertos y heridos y la violencia alcanzaba indescriptibles manifestaciones de horror. Desde entonces, las críticas han aumentado y las encuestas de opinión indican que ahora una mayoría de mexicanos es pesimista sobre el desenlace y condena esta guerra.

Los argumentos de los críticos son, principalmente, los siguientes: no se declaran guerras que no se pueden ganar. El resultado de movilizar al Ejército en un tipo de contienda para la que no ha sido preparado tendrá el efecto perverso de contaminar a las Fuerzas Armadas con la corrupción y dará a los cárteles la posibilidad de instrumentalizar también a los militares para sus fines. Al narcotráfico no se le debe enfrentar de manera abierta y a plena luz, como a un país enemigo: hay que combatirlo como él actúa, en las sombras, con cuerpos de seguridad sigilosos y especializados, lo que es tarea policial.

Muchos de estos críticos no dicen lo que de veras piensan, porque se trata de algo indecible: que es absurdo declarar una guerra que los cárteles de la droga ya ganaron. Que ellos están aquí para quedarse. Que, no importa cuántos capos y forajidos caigan muertos o presos ni cuántos alijos de cocaína se capturen, la situación sólo empeorará. A los narcos caídos los reemplazarán otros, más jóvenes, más poderosos, mejor armados, más numerosos, que mantendrán operativa una industria que no ha hecho más que extenderse por el mundo desde hace décadas, sin que los reveses que recibe la hieran de manera significativa.

Esta verdad vale no sólo para México sino para buena parte de los países latinoamericanos. En algunos, como en Colombia, Bolivia y Perú, avanza a ojos vista y en otros, como Chile y Uruguay, de manera más lenta. Pero se trata de un proceso irresistible que, pese a las vertiginosas sumas de recursos y esfuerzos que se invierten en combatirlo, sigue allí, vigoroso, adaptándose a las nuevas circunstancias, sorteando los obstáculos que se le oponen con una rapidez notable, y sirviéndose de las nuevas tecnologías y de la globalización como lo hacen las más desarrolladas transnacionales del mundo.

El problema no es policial sino económico. Hay un mercado para las drogas que crece de manera imparable, tanto en los países desarrollados como en los subdesarrollados, y la industria del narcotráfico lo alimenta porque le rinde pingües ganancias. Las victorias que la lucha contra las drogas pueden mostrar son insignificantes comparadas con el número de consumidores en los cinco continentes. Y afecta a todas las clases sociales. Los efectos son tan dañinos en la salud como en las instituciones. Y a las democracias del Tercer Mundo, como un cáncer, las va minando.

¿No hay, pues, solución? ¿Estamos condenados a vivir más tarde o más temprano, con narco-Estados como el que ha querido impedir el presidente Felipe Calderón? La hay. Consiste en descriminalizar el consumo de drogas mediante un acuerdo de países consumidores y países productores, tal como vienen sosteniendo The Economist y buen número de juristas, profesores, sociólogos y científicos en muchos países del mundo sin ser escuchados. En febrero de 2009, una Comisión sobre Drogas y Democracia creada por tres ex-presidentes, Fernando Henrique Cardoso, César Gaviria y Ernesto Zedillo, propuso la descriminalización de la marihuana y una política que privilegie la prevención sobre la represión. Éstos son indicios alentadores.

La legalización entraña peligros, desde luego. Y, por eso, debe ser acompañada de un redireccionamiento de las enormes sumas que hoy día se invierten en la represión, destinándolas a campañas educativas y políticas de rehabilitación e información como las que, en lo relativo al tabaco, han dado tan buenos resultados.

El argumento según el cual la legalización atizaría el consumo como un incendio, sobre todo entre los jóvenes y niños, es válido, sin duda. Pero lo probable es que se trate de un fenómeno pasajero y contenible si se lo contrarresta con campañas efectivas de prevención. De hecho, en países como Holanda, donde se han dado pasos permisivos en el consumo de las drogas, el incremento ha sido fugaz y luego de un cierto tiempo se ha estabilizado. En Portugal, según un estudio del CATO Institute, el consumo disminuyó después que se descriminalizara la posesión de drogas para uso personal.

¿Por qué los gobiernos, que día a día comprueban lo costosa e inútil que es la política represiva, se niegan a considerar la descriminalización y a hacer estudios con participación de científicos, trabajadores sociales, jueces y agencias especializadas sobre los logros y consecuencias que ella traería? Porque, como lo explicó hace veinte años Milton Friedman, quien se adelantó a advertir la magnitud que alcanzaría el problema si no se lo resolvía a tiempo y a sugerir la legalización, intereses poderosos lo impiden.

No sólo quienes se oponen a ella por razones de principio. El obstáculo mayor son los organismos y personas que viven de la represión de las drogas, y que, como es natural, defienden con uñas y dientes su fuente de trabajo. No son razones éticas, religiosas o políticas, sino el crudo interés el obstáculo mayor para acabar con la arrolladora criminalidad asociada al narcotráfico, la mayor amenaza para la democracia en América Latina, más aún que el populismo autoritario de Hugo Chávez y sus satélites.

Lo que ocurre en México es trágico y anuncia lo que empezarán a vivir tarde o temprano los países que se empeñen en librar una guerra ya perdida contra ese otro Estado que ha ido surgiendo delante de nuestras narices sin que quisiéramos verlo.

Padre de familia - "A bag of weed" (from elotropablito)


Enlaces relacionados:
Vocabulario Fundamental. Droga (I)
Vocabulario Fundamental. Droga (II) Marihuana, el gran amplificador
Vocabulario Fundamental. Droga (III)

martes, 2 de febrero de 2010

Extinción (3) Las tiendas desaparecidas

Llevábamos tiempo queriendo hablar de la crisis del pequeño comercio en España. La ciudad natal de este redactor del Juez RB, Segovia, aunque no la tengo muy controlada últimamente, cuando paseo por sus calles veo muchos antiguos negocios cerrados hace años, pescaderías, tiendas de moda (buff, la moda segoviana...), peluquerías, carnicerías, mercerías etc, aunque, claro, hayan nacido otros.

Negocios producto de la nuevas modas de consumo como franquicias de grandes marcas de moda y otros que hace años parecían sorprendentes en esta ciudad de comida tradicional castellana, como kebabs, restaurantes de costillas americanos u otra
fast food, lo cual suponemos está bien ya que al menos otorga variedad a la tradicional oferta gastronómica local.


Sin embargo y sobre todo desde que se construyó un centro comercial en las afueras de la ciudad, el negocio minorista y autónomo hace tiempo que está en declive, en una ciudad sin tejido industrial, sector servicios a saco, enclave tradicional de tenderos, militares y curas.

Desde entonces Segovia deriva hacia el modelo norteamericano que ya se está imponiendo en otras ciudades y que tiene el mall, el centro comercial, como lugar de peregrinación finisemanal de abastecimiento y ocio en el que echar la tarde y que devora el negocio del comercio minorista. Como ejemplo palmario de este nuevo modelo de ciudad que se impone también en Segovia, hace unos años que ya no existe ningún cine en el centro urbano, hay que irse al centro comercial para darse el placer del séptimo arte.


En Malasaña abundan los locales cerrados. Se abren bastantes negocios precarios (algunos un poco absurdos) que duran apenas unos meses. Los comercios con solera de muchos años se adaptan mal a los cambios y tendencias de la sociedad y languidecen obsoletos, con sus dueños mirando la calle desde la puerta de sus negocios con las manos cruzadas detrás de la espalda. Según estos ven sus ventas reducidas a la mínima expresión, se van cansando o llegando a la ansiada jubilación intentan traspasar sus ya decadentes negocios para intentar sacar algo más de provecho de toda una vida dedicada a ellos, lo que pocos consiguen. Ley de vida, suponemos.

Sin embargo, últimamente en el barrio han abierto algunos lugares interesantes, (algunos bares y restaurantes pequeños que molan, un par de panaderías con buen pan, un japo con unos makis estupendos...) llevados por gente joven, puestos con gusto y modernitos, que parecen ir bien, de lo cuál nos alegramos. Esperemos sean las señales de una lenta aunque firme recuperación del barrio, de la agreste ciudad de Madrid y por extensión España, aunque nos tememos tardará en llegar.

Les dejamos con el artículo de El País La tienda y la amabilidad echan el cierre, con el documental (subido por Bizzentte) Se traspasa, que profundiza en los pequeños dramas que suponen la decadencia y caída de los sueños de muchas personas y con el artículo de Arturo Pérez Reverte Las tiendas desaparecidas, en el que el cartagenero disecciona con contundencia algunas causas y algunos culpables de este y otros lamentables cambios en nuestra sociedad. Con ellos les dejamos.

La tienda y la amabilidad echan el cierre

La crisis ha barrido 40.000 comercios y un modelo que vertebra de forma sostenible la vida en una comunidad. La muerte del negocio de proximidad elimina vitalidad y seguridad en los barrios. La crisis ha destruido 40.000 comercios y avanza a un ritmo de 100 cierres de tiendas cada día. Semejante exterminio no sólo está dejando una estela considerable de paro y dificultades, sino que amenaza también un modelo de vida más social, más integrado con el vecindario y muy valioso sobre todo para los mayores.

La recesión y una planificación urbana que no ha primado los espacios comerciales están cambiando el mapa. La familia de Benita Galindo tenía dos colmados en Guadalajara. Han tenido que cerrar uno de los establecimientos y el otro lo mantienen abierto no porque sea rentable sino para poder pagar las deudas contraídas. "La gente no tiene dinero. Compra lo mínimo y cuando lo hace prefiere las grandes superficies por su mayor oferta", se lamenta. Antonio Huerta tiene un pequeño local dedicado al material de oficina en la localidad sevillana de Marchena. Si las cosas no cambian calcula que su margen de aguante es de tan sólo seis meses más. "El consumidor ha dejado la tienda de barrio para los imprevistos", explica.

Los problemas de Benita y Antonio no son casos aislados. Son dos ejemplos de un sector que atraviesa graves dificultades. Desde que estalló la crisis económica en España echan el cierre cada día 100 tiendas, según cálculos de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA). Consciente de esta situación, el Consejo de Ministros aprobó ayer un real decreto por el que se regula el apoyo financiero a la modernización y mejora del comercio interior, y que tendrá una dotación de 15 millones de euros en 2009 y 2010. Los edificios que se levantan en los nuevos barrios de la periferia adolecen en la mayoría de los casos de espacios reservados en su planta baja para locales comerciales.

Por su parte, en el centro de las ciudades la crisis ha empujado al cierre a establecimientos con gran solera. El comercio minorista todavía goza de una arraigada presencia en España, pero en las últimas décadas ha perdido peso en favor de las grandes superficies, situadas habitualmente en el extrarradio.

Esta tendencia tiene consecuencias que trascienden lo económico y alcanzan aspectos sociológicos, urbanísticos o medioambientales. El pulso entre las tiendas de proximidad y los centros comerciales remite en definitiva a una pregunta de mayor calado: ¿qué modelo de sociedad queremos?

Uno de los impactos más evidentes de las transformaciones que está viviendo el consumo tiene que ver con las relaciones sociales que ha tejido el pequeño comercio en aquellos entornos donde se ha desarrollado. Si la presencia de estas tiendas se debilita se resentiría su capacidad vertebradora. "Estos establecimientos ejercen de lugar de encuentro. La ruta que se hace desde casa a la tienda sirve para encontrarnos con gente y contribuye a extender el concepto de hogar más allá de la propia vivienda", según Paloma Gómez Crespo, profesora de Antropología de la Autónoma de Madrid.

La prolongación de las jornadas de trabajo, el descenso de la natalidad, el aumento de los singles y la incorporación de la mujer al mundo laboral, entre otros aspectos, han obligado a buscar alternativas al concepto tradicional de ir de compras. Si a esto se le añade la proliferación de las grandes superficies y su presión para que los gobiernos y los ayuntamientos flexibilicen los horarios comerciales, el resultado es una transformación en los hábitos de consumo de los ciudadanos. "Lo que sucede con el pequeño comercio es un síntoma de los cambios que se están dando en la sociedad. El ideal para mí sería poder ir a la compra con un mínimo de tranquilidad, que no sea únicamente una mera labor de abastecimiento. No se trata sólo de que los comerciantes se adapten a las nuevas circunstancias, que ya lo hacen, sino de que todos los consumidores reflexionemos acerca de qué tipo de vida preferimos", reflexiona Gómez Crespo. (...) Seguir leyendo el artículo

Documentos TV - Se traspasa



Arturo Pérez-Reverte - Las tiendas desaparecidas



Cada vez que doy un paseo veo más tiendas cerradas. Algunas, las de toda la vida, habían sobrevivido a guerras y conmociones diversas. Eran parte del paisaje. De pronto, el escaparate vacío, el rótulo desapercido de la fachada, me dejan aturdido, como ocurre con las muerte súbitas o las desgracias inesperadas. Es una sensación de pérdida irreparable, aunque sólo haya echado vistazos al escaparate, sin entrar nunca.

Otras de esas tiendas son negocios recientes: comercios abiertos hace un par de años, e incluso pocos meses; primero, los trabajos que precedían a la apertura, y después la inauguración, todo flamante, dueños y dependientes a la expectativa, esperanzados. Ahora paso por delante y advierto que los cristales están cubiertos y la puerta cerrada. Y me estremezco contagiado de la desilusión, la derrota que trasmite ese triste cristal pegado al cristal con las palabras se alquila o se traspasa.

En lo que va de año, la relación es como de una lista de bajas depués de un combate sangriento. Entre las que conozco hay una parafarmacia, dos tiendas de complementos, una de música clásica, una estupenda tienda de vinos, una ferretería, una tienda de historietas, tres de regalos, dos de muebles, cuatro anticuarios, una librería, dos buenas panaderías, una galería de arte, una sombrerería, una mercería e innumerables tiendas de ropa.

También -ésa fue un golpe duro, por lo simbólico- una juguetería grande y bien surtida. Me gustaba entrar en ella, recobrando la vieja sensación que, quienes fuimos niños cuando no había televisión, ni videoconsola, ni nos habíamos vuelto todos -críos incluidos- completamente cibergilipollas, conservamos del tiempo en que una juguetería con sus muñecas, trenes, soldados, escopetas, cocinitas, caballos de cartón, disfraces de torero y juegos reunidos Geyper, era el lugar más fascinante del mundo.

Ahora hablamos de crisis cada día. Hasta los putos políticos y las putas políticas -que no es lo mismo que políticas putas -ahórrenme las putas cartas- lo hacen con la misma impavidez con que antes afirmaban lo contrario. En todo caso, una cosa es manejar estadísticas; y otra, pisar la calle y haber conocido esas tiendas una por una, recordando los rostros de propietarios y dependientes, su desasosiego en los últimos tiempos, la esperanza, menor cada día, de que alguien se parase ante el escaparate, se animara y entrase a comprar, sabiendo que de ese acto dependían el bienestar, el futuro, la familia. Haber presenciado tanta angustia diaria, la ausencia de clientes, el miedo a que tál o cúal crédito no llegara, o a no tener con qué pagarlo. El saberse condenados y sin esperanza mientras, en las tiendas desiertas que con tanta ilusión abrieron, languidecían su trabajo y sus ahorros. Morían tantos sueños.

Eso es lo peor, a mi juicio. Lo imperdonable. Todas esas ilusiones deshechas, trituradas por políticos golfos y sindicalistas sobornados que todavía hablan de clase empresarial como si todos los empresarios españoles tuvieran yate en Cerdeña y cuenta en las islas Caimán. Ignorando las ilusiones deshechas de tanta gente con ideas y fuerza, que arriegó, peleó para salir adelante, y se vio arrastrada sin remedio por la tragedia económica de los últimos tiempos y también por la irresponsabilidad criminal de quienes tuvieron la obligación de prevenirlo y no quisieron, y ahora tienen el deber de solucionarlo, pero ni pueden ni saben. De esa gentuza encantada consigo misma que no sólo carece de eficacia y voluntad, sino que sigue impasible como don Tancredo, procurando ni parpadear ante los cuernos del toro que corretea llevándose a todo cristo por delante.

Un Gobierno cínico, demagogo, embustero hasta el disparate. Una oposición cutre, patética, tan corrupta y culpable de enjuagues ladrilleros que trajeron estos fangos, que resulta difícil imaginar que unas simples urnas cambien las cosas. Sentenciándonos, entre unos y otros, a ser un país sin tejido industrial ni empresarial, sin clase media, condenado al dinero negro, al subsidio laboral con trabajo paralelo encubierto y a la economía clandestina. Con mucho Berlusconi en el horizonte. Un rebaño analfabeto, sumiso, de albañiles, putas y camareros, donde los únicos que de verdad van a estar a gusto, sinvergüenzas aparte, serán los jubilados guiris, los mafiosos nacionales e importados, y los hooligans de viaje y tres noches de hotel, borrachera y vómito incluidos, por veinticinco euros.

Para entonces, los responsables del desastre se habrán retirado confortablemente al cobijo de sus partidos, de sus varios sueldos oficiales, de sus pingües jubilaciones por los servicios prestados a sí mismos. A dar conferencias a Nueva York sobre cómo nos reventaron a todos, dejando el paisaje lleno de tiendas cerradas y de vidas con el rótulo se traspasa. Así que malditos sean su sangre y todos sus muertos. En otros tiempos, al menos tenías la esperanza de verlos colgados de una farola.