Habría que remontarse a Auschwitz o el Gulag para encontrar, sólo a distinta escala, un paralelismo a la altura de la aterradora sucursal del infierno que Josef Fritzl montó durante más de 22 años en el sótano de su casa para ocho desdichados miembros de su familia.

Josef Fritzl asegura que "nació para violar"
Supongo que hasta los más avezados violadores de otros reclusos que se encuentre en la cárcel -donde según la sentencia van a terminar de pudrirse su mente y su cuerpo hasta el día que muera- sentirán un escalofrío cuando toquen a esta carroña humana. Pero también espero que hagan de tripas corazón y sean profesionales.
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