miércoles, 15 de julio de 2009

Droga (3) Marihuana, el gran amplificador



Intro. Marihuana, el gran amplificador

A principios de mayo publicamos aquel post titulado Vocabulario Fundamental. Drogas (I) en el que hablábamos de los diez años perdidos en la lucha contra el tráfico y consumo de drogas, hablábamos del negocio que mueven las drogas a lo largo del mundo, del gurú drogota por excelencia, Timothy Leary, y nos asomábamos a la mirada enloquecida de los adictos a la letal metaanfetamina.

Hoy publicamos este segundo post sobre este complejo tema, tratando en profundidad el consumo y tráfico del cannabis, variante marihuana, su situación (i)legal en el mundo y algunos cómos y algunos porqués de sus efectos en nuestro cuerpo y nuestro cerebro. En definitiva, las luces y también las sombras de esta plantita tan simpática que disloca el tiempo, deshilacha el dolor y amplifica nuestras sensaciones.


Primera parte. Cannabis, una droga polémica

El cannabis es la droga ilegal más consumida del mundo, se cree que 200 millones de personas le dan al asunto en todo el mundo, para descansar su cuerpo y su mente después de un día de trabajo, para perderse dentro de la música que aman, para sobrellevar sus soledades, para reír con sus amigos, para relajar su ansiedad o calmar sus terribles dolores. En la actualidad esta sustancia, o más exactamente, su consumo y posible legalización siguen generando controversia en muchos países ya que en muchos casos las leyes son demasiado rígidas y muchas veces contradictorias.

En 2007 científicos británicos publicaron un estudio en la revista científica The Lancet clasificando las drogas según tres criterios que, según ellos, reflejaban mejor el peligro de consumir drogas legales e ilegales.

Valoraron como primer criterio el daño físico directo que esa droga pudiera causar los consumidores, la capacidad de cada droga a crear adicción y el impacto que produce ese consumo abusivo en familias, comunidades y en la sociedad, quedando la marihuana muy por debajo de otras sustancias legales como el alcohol y el tabaco demostrando la arbitrariedad de las autoridades y de las propias sociedades para aceptar unas drogas y condenar otras.

Estudios como este fueron los que impulsaron la descatalogación de la marihuana en el Reino Unido de droga tipo B a C, es decir, más inofensiva, y a dejar de penalizar a los consumidores. También en Alemania, aunque aún no se ha incorporado a la legislación, desde hace tiempo se dejó de perseguir a los consumidores. En Bélgica tampoco está penalizado el consumo privado y la posesión de pequeñas cantidades. Sobre Holanda hablaremos un poco más adelante.

Para seguir ilustrando la situación del consumo de marihuana en el mundo pondremos el ejemplo de Canadá, el país con más consumidores de maruxa del mundo y en el que desde 2001 la marihuana es legalmente una alternativa medicinal y el gobierno canadiense, que la cultiva, es quien la vende. Vancouver es el centro neurálgico de la Canadá fumetas y allí el 20 de abril se celebra todos los años el Día de la Marihuana. Allí la gente consume en público sin que haya ningún problema con la policía que, sin embargo, sí combate el tráfico ilegal en la frontera con Estados Unidos.

En Estados Unidos, la cosa varía según los estados y así en California desde hace tiempo se dispensa para usos terapéuticos. De hecho, hace algunas semanas su gobernador, el republicano Arnold Schwarzenegger aseguró que su estado debería estudiar la posibilidad de legalizar completamente la marihuana como fuente para obtener nuevos ingresos públicos, poniéndola al mismo nivel que al alcohol (otra sustancia con fuertes cargas impositivas) pues creen podría suponer un aumento de ingresos para el deficitario estado californiano de hasta 1.000 millones de dólares al año. Habrá que conocer las disposiciones de la administración Obama al respecto y aunque suponemos lo que ese hombre pensará en su cabeza sobre la maría, no sabemos si, con lo que está cayendo por todas partes, quiera meterse en este charco y cambiar las leyes federales al respecto.

Sin embargo, aún existen países cafres y despiadados como Singapur en los que se ejecuta a la gente si es detenida con más de medio kilo de marihuana y, de hecho, en 2005 ahorcaron a uno de sus ciudadanos, un tal Shanmugam Murugesu, por intentar entrar en el país con un kilo de marihuana.

En la web Asociación Cannabis Información Española se puede encontrar más información sobre la situación legal de la marihuana en el mundo. Volviendo a Europa, tal y como explica el voluntario social Joan Manuel Riera Casany en la web del Instituto para el Estudio de las Adicciones,



" (...) en Holanda, gracias a la política de separación de mercados entre drogas duras y blandas propiciada por la legalización de facto del cannabis, la proporción de consumidores de drogas duras respecto a la población es inferior a la media europea y uno de los más bajos de Europa.

El número de drogodependientes en Holanda es del 1,4 por mil. En España, estamos en el 3 por mil. Estos datos, ignorados sistemáticamente por las autoridades antidroga españoles, demuestran, más allá de cualquier especulación teórica, lo absurdo de la llamada 'hipótesis de la escalada', según la cual el consumo de cannabis lleva al consumo de drogas más duras y peligrosas."
Es de resaltar con todos estos datos cómo la tendencia en Europa respecto al cannabis es seguir persiguiendo el tráfico pero relajar las actuaciones contra los consumidores, pero España sigue siendo diferente. En nuestro país, es lícito vender todo lo necesario para el cultivo de marihuana, semillas incluidas, pero no lo es el consumo público ni, evidentemente, el tráfico. Sólo se puede tener la marihuana que se pueda justificar como consumo propio. Sin embargo, nuestra legislación sobre esta sustancia, claramente obsoleta y contradictoria, propicia hechos como cuando le retiraron su armario de cultivo a Juan Manuel Rodríguez Gantes, un tetrapléjico que vive en el Centro de Atención a Minusválidos Físicos (CAMF) de Ferrol y que utilizaba la marihuana para paliar sus dolores neuropáticos sin tener que tomar una medicación, a base de calmantes opiáceos, que sí le causaba adicción y le dañaba internamente.

De la misma forma, la Asociación Madrileña de Estudios sobre el Cannabis A.M.E.C. analiza los propios datos al respecto de las actuaciones contra consumidores y traficantes que el Estado proporcionó en su Estadística Anual Sobre Drogas del año 2006, y citamos

"(...) desde que el PSOE llegó al poder, los decomisos de cantidades mayores a 100 kg (¿tráfico?) se han reducido un 50%, dato que contrasta con el incremento del 41% para los decomisos de menos de 50 gramos (¿consumo?), de hecho el 98% de las sanciones por tenencia y consumo corresponden a cantidades menores a 50 gramos (9 gramos de media) que, aunque suponen menos del 0,3% del total incautado, aportan a la Administración un beneficio económico cercano a los 100 millones de euros (a los narcotraficantes de cocaína, heroína, hachís, etc..les fueron requisados solo 27 millones).

En otras palabras, para el Estado, el 11,2% de los españoles que nos declaramos consumidores de cannabis somos una fuente inagotable de ingresos a un coste político mínimo. Las estadísticas demuestran que mientras las mafias del narcotráfico ganan la partida al Estado éste se contenta con aumentar la represión contra el consumidor por que, simplemente, les resulta más beneficioso económicamente (...)"
Es decir, que la legislación actual, en España aún se sigue persiguiendo al consumidor de una sustancia que ha demostrado ser mucho menos dañina que otras legales como la morfina, la nicotina o el alcohol. Sin embargo, en algunas comunidades autónomas ya van anunciándose cambios en este controvertido tema. Así, en mayo del 2008 el Parlamento vasco defendía de forma unánime el uso terapéutico del cannabis, argumentando los buenos resultados obtenidos por Cataluña, en su investigación sobre el empleo de la marihuana para tratar a enfermos con diversas patologías tratando a sus enfermos con Sativex, un medicamento derivado del cannabis.

Afortunadamente la postura de muchos médicos españoles es de aceptación del hecho de que muchos pacientes, hartos de una medicación en muchos casos agresiva e ineficaz, palían sus dolencias consumiendo marihuana y verían razonable una legalización controlada precisamente para poder controlar la calidad y cantidad de marihuana que necesitan sus pacientes para calmar su sufrimiento.
En fin, que las cosas parecen estancadas y aunque el cannabis vaya a seguir siendo consumido por un más que estimable porcentaje de la población, sólo algunas marchas reivindicativas como la celebrada en Madrid el pasado de mayo intentan sacudir el imperfecto e ineficaz status-quo legal del cultivo, consumo y tráfico de cannabis en nuestro país, para reclamar la legalización de su consumo. Citamos otra vez a Joan Manuel Riera Casany:

"...Es del todo incomprensible la polémica levantada en relación a la autorización del uso de cannabis terapéutico entre defensores y detractores cuando desde hace ya años se usa la morfina y la ketamina, drogas mucho mas fuertes que el cannabis, en usos terapéuticos y nadie se rasga las vestiduras. Es un hecho evidente que la actual política de prohibición no ha logrado detener ni el consumo ni el narcotráfico. Se crea un alarmismo injustificado manipulando las informaciones y publicando las que interesan para infundir miedo a la sociedad.

Una política basada en el miedo está condenada al fracaso. Es urgente otra política basada en la información veraz y fiable como medida preventiva para evitar al máximo el consumo, que acepte la convivencia con las drogas y la existencia de un consumo moderado y responsable y se preocupe de poner en marcha programas de "Reducción De Daños", crear salas de venopunción e higiene, hogares de acogida, dormitorios y comedores para los más desfavorecidos, comunidades y pisos terapéuticos, todo ello para proteger y ayudar a los que han caído en la dependencia."
Desde "Vida y Tiempos..." pensamos que este es un tema complejo al que hay que darle una pensada, contemplando otras formas de actuar en países de nuestro entorno y sobre el que habría que abrir un debate a escala nacional que deje de lado antiguos prejuicios y que afronte algunas realidades palpables, lo que ya se está empezando a hacer en algunas comunidades autónomas como Euskadi y Cataluña. Pensamos que es una sustancia con muchas posibilidades beneficiosas para muchas personas pero también con aristas a tener en cuenta, realidades ambas que deberían tratarse con sentido común y con información contrastada a la sociedad, educando y concienciando, sobre todo a adolescentes y jóvenes desde la escuela, desde la familia y desde la propia sociedad, sobre las ventajas del uso y los riesgos del abuso de esta sustancia.


Segunda parte. La marihuana en el cerebro

Al contrario que la cocaína o las anfetaminas, sustancias muy estudiadas y de las que se conoce bien cómo llegan a alterar los niveles de los neurotransmisores dopamina y la noradrenalina en las sinapsis -el espacio entre dos neuronas y donde se gestan sus conexiones- del encéfalo, la bioquímica íntima de los efectos del THC ha empezado a conocerse desde hace pocos años.
El cannabis tiene hasta 60 ingredientes psicoactivos siendo los principàles el cannabidiol o CBD y el delta9-tetrahidrocannabinol, familiarmente conocido como THC), una sustancia cannabinoide alteradora de la conciencia que actúa en centros cerebrales superiores que afectan a la conciencia y que actúan sobre la percepción sensorial y del dolor, el humor, el hambre, la memoria o la coordinación motora.

Sólo desde primeros de los 90 se comenzaron a descubrir y estudiar las misteriosas geografías del sistema cannabinoide endógeno de nuestro propio cuerpo, con receptores de cannabinoides específicos impresos en millones de neuronas de algunos de nuestros cuarteles generales cerebrales como el cerebelo -que rige la coordinación de movimientos-, el neocortex, la amígdala y sobre todo, el hipocampo.

El hipocampo es un componente del sistema límbico del cerebro (del que ya hemos tratado en otras entradas del blog) crucial para la génesis de la memoria, los sentimientos y el aprendizaje. En algunos lugares del hipocampo el número de estos receptores cannabinoides es hasta doce veces superior al de los receptores de la dopamina.
Y si existen esos receptores endógenos es porque nuestro cerebro fabrica moléculas que son muy parecidas a las del cannabis. En 1992 fue identificada la primera de las moléculas neurotransmisoras (actualmente ya se han descubierto otras tres) producida por nuestro propio sistema cannabinoide, la anandamida o anandamina, sustancia también presente en los erizos de mar y en el chocolate que se toma con churros. Esta palabra viene de "ananda", felicidad o paz interior, en sánscrito. Un nombre bastante adecuado para una sustancia vital para la concreción de la memoria y de sensaciones tales como la del hambre, los patrones de sueño y el alivio del dolor.

Cuando se consume marihuana, el THC que contiene se fija en los receptores cannabinoides del hipocampo y otros órganos cerebrales y los estimula, alterando sus patrones de funcionamiento e inundándolos de anarquía neuronal. Al mismo tiempo, eleva las cantidades de dopamina en el núcleo accumbens (en pleno sistema límbico) todo lo cual deviene en la celebración en el cuerpo de una alegre ceremonia del placer y la ensoñación.
Sin embargo, trascendiendo ya lo lúdico y placentero, los receptores cannabinoides también se encuentran en las fibras nerviosas que regulan el dolor. Las investigaciones han demostrado que tanto las neuronas del sistema de procesamiento de información del hipocampo como la actividad en las fibras nerviosas son reprimidas por el TCH, lo que provoca una importante disminución de la sensación de dolor cuando éste se produce.

Para comprender mejor cómo los científicos van descubriendo las misteriosas conexiones de los cannabinoides en nuestro cerebro les ofrecemos, (también subido a la Red por Bizzentte, nuestro proveedor habitual) el esclarecedor documental Cannabis, un reto para la ciencia (de la estupenda miniserie documental francesa Drogas y cerebro, cuyos cinco capítulos publicaremos en este blog) en el que varios investigadores y neurocientíficos nos dan su opinión sobre la marihuana, sus grandes aplicaciones terapéuticas y cómo está ayudando a desenmarañar algunos de los sinuosos mecanismos de nuestro cerebro.



Tercera parte. El imperio de las sensaciones



Como hemos visto anteriormente, cuando el THC da su incruento golpe de estado en nuestro cerebro, varios de los más importantes órganos cerebrales se ven afectados, entorpeciendo algunos procesos cognitivos, pero exacerbando nuestras percepciones sensoriales (auditivas, temporales, visuales, táctiles, olfatorias, gustativas o de movimiento) y desencadenando la sensación de placer.

De la página Cannabis Medicinal extraemos la descripción de los más comunes efectos de un globo de marihuana en los cuales algunos lectores de "Vida y Tiempos..." se reconocerán:



Descenso del umbral mínimo de percepción de los estímulos sensoriales, especialmente los táctiles, gustativos y sonoros; gran interés por la comida y la música.


Un torrente libre de ideas en una sucesión rápida, suelta, como en sueños; alucinaciones moderadas con una "doble consciencia" de que algunas semejanzas o conexiones no son percepciones reales.

Interrupción de la concentración y de la memoria a corto plazo.

Una sensación de estar flotando, mareado o con vértigo, y/o una sensación de pesadez en el tronco y las extremidades.

La "dilatación temporal" subjetiva, una tendencia a sobrestimar el tiempo transcurrido.

Deterioro del entendimiento y la coordinación, especialmente cuando se ejecutan tareas complejas; confusión, dificultad para expresar el pensamiento por medio de palabras, problemas de vocalización.
Los efectos del consumo de cannabis dependen de las personas, de su temperamento y su fisiología, de las circunstancias y el entorno donde se consume, en fin, lo que el Dr. Timothy Leary llamó set and setting, el estado mental del consumidor y el entorno físico y social en que se consume. Lo que para algunas personas es placentero y enriquecedor para otras puede resultar molesto o incluso angustioso, sobre todo si se es novato con esta sustancia o se tienen falsas expectativas de su consumo. Sin embargo, hasta en estas reacciones adversas, si a alguien le da un amarillo al fumar marihuana ha de tomarse ese bajón con tranquilidad si sabe que a las dos o tres horas horas se le habrán pasado sus efectos.

Lo mejor es cuando las circunstancias y la compañía permiten que nuestra racionalidad se relaje y se coloque en un discreto segundo plano y deje paso al imperio de las sensaciones. Entonces tu empatía se dispara y tomas mayor conciencia de lo que haces y lo que no y hechos humanos esenciales y algunas veces trivializados como la comida, la bebida, escuchar música (buff, la música...), el amor, el sexo (buff, el sexo...) o el cine son percibidos corregidos y aumentados por el turbo-boost fumetil, lo que unido a la disolución en la percepción del tiempo transcurrido permite disfrutar esos momentos escogidos como auténticas experiencias sensoriales.

Sin embargo, si consumes marihuana has de ser saber que a lo mejor tu mente va un poco más allá de las risas fáciles y la lúdica flotabilidad y aumenta tu percepción y descubres algunos reflejos mentales de tu carácter que desconocías o que sólo intuías, cuando los notabas mostrándose tímidamente desde un recodo de tu cerebro y tu personalidad y supongo que si estás a gusto con lo que ves y sientes te gustará la experiencia y a lo mejor hasta incorporas alguna de esas empatías o percepciones a tu carácter, o no, pero si la experiencia no responde a tus expectativas o en vez de placer has encontrado angustia y descontrol no repetirás y nada más habrá ocurrido.

Cuarta parte. Usos, abusos y otros efectos del cannabis


Usos terapéuticos

Además de su uso recreativo, el cannabis lleva años siendo investigado y usado medicinalmente y siendo empleado para tratar muchas enfermedades y dolencias que atormentan a muchas personas. Aasí es utilizado para aumentar el apetito de enfermos terminales de Sida y personas anoréxicas, en pacientes con cáncer que se someten a quimioterapia para evitar el vómito, en dolores crónicos de sujetos con esclerosis múltiple, para eliminar o reducir el uso de opiáceos (morfina, etc.) y evitar así los efectos negativos y la toxicidad de éstos, etc
Igualmente se van conociendo los avances en otras investigaciones, como en tratamientos contra la obesidad o el estudio publicado en la última edición del Journal of Clinical Investigation por un grupo de investigadores de la Universidad Complutense en el que se afirma que el thc componente de la marihuana podria reducir y destruir diversos tumores diferentes tipos de tumores cancerosos, principalmente los alojadas en el cerebro. En otras investigaciones se afirma que la administración de cannabinoides puede ser una forma eficaz de prevenir la inflamación originada por las células defensivas del cerebro y así evitar la muerte neuronal en la enfermedad de Alzheimer.

Por último, para ilustrar la naturaleza contradictoria del cannabis si, como veremos en el capítulo que sigue, el THC puede actuar como detonante de cuadros psicóticos en algunas personas existe en el cannabis otra sustancia cannabinoide, el cannabidiol (CBD) que, de forma natural, amortigua esos efectos perniciosos del THC, actuando como anti-psicótico. Se piensa que el aumento de casos de personas que tienen problemas de esquizofrenia aumentados por el cannabis tiene bastante que ver con el aumento de THC y disminuación de CBD de algunas clases de marihuana.

Abusos indeseables y efectos a largo plazo

"No produce un efecto físico serio, lo que hace que la gente diga que consumirlo no es tan grave. Lo que si existe es un efecto psicotrópico pero para nada dramático, así que puede haber defensores del cannabis como puede haber detractores. Por eso es un debate perfectamente controvertido, es un tema ideal para no ponerse de acuerdo. Uno puede estar a un lado o al otro y ambas partes tener razón."

Así resumía en el primer documental que les ofrecíamos el neurofarmacólogo Jean-Paul Tassin la controversia sobre el consumo de la marihuana. Todos los años aparecen estudios e investigaciones que si bien advierten de los riesgos del consumo excesivo de cannabis no ofrecen pruebas concluyentes sobre efectos perversos a largo plazo de un consumo moderado o recreativo.

Sin embargo sí hay estudios que asocian en algunas personas el consumo crónico y empedernido (pacientes con consumo constante de más de cinco porros al día, durante más de 10 años) de cannabis con la aparición de trastornos psicológicos e incluso disminución de volumen de órganos cerebrales clave como el hipocampo (hasta un 12% de volumen menos en algunos casos estudiados) y la amígdala (hasta un 7% menos).

En lo que sí parece haber unanimidad entre los investigadores es que la marihuana no produce dependencia física o mono en sus ex-consumidores -a pesar de tocar los circuitos cerebrales de placer-recompensa en el núcleo accumbens-, aunque en algunas personas sí puede crear una transitoria dependencia psicológica.

Sin embargo, es en la adolescencia y la primera juventud donde el consumo excesivo de cannabis es más preocupante. Desde hace unos años, se observa una importante incidencia de complicaciones de carácter psicológico y conductual resultado del abuso crónico, sobre todo en forma de hachís, de esta sustancia entre adolescentes, al estar extendida entre ellos la creencia de tratarse de una droga casi inocua. Así, de la web www.lasdrogas.info extraemos


(...) “El hachís es la sustancia ilegal más consumida” según afirma la profesora titular de Psicobiología de la Universidad de Jaén, Carmen Torres Bares, tiene enganchados a jóvenes que comenzaron a fumarla “entre los 13 y 14 años”. Como el riesgo que supone consumir cannabis se percibe como “más bajo” se ha convertido en “más permitido por la sociedad” pero no por ello sus efectos dejan de ser demoledores en muchos casos. (...) Los menores que la consumen admiten que tienen problemas de concentración, fallos de memoria, bajo rendimiento escolar o estados depresivos”
De la misma forma, se ha observado en jóvenes con alta vulnerabilidad a la psicosis, cómo el cannabis puede, por su carácter psicoactivo y amplificador, activar esos cuadros clínicos ya existentes, pudiendo llegar hasta la esquizofrenia.

Efectivamente, parece que aumentan los casos de adolescentes que se ponen de hachís hasta arriba desde primera hora de la mañana y deambulan sus horas atolondrados e inútiles, cayendo en el absentismo y fracaso escolar y perdiendo, absortos en su globo, muchos de los días de una época vital en su vida.

Para ilustrar estos abusos negligentes del cannabis les ofrecemos, subido por el blog de documentales ProgramasTv.Online, el reportaje de Cuatro "21 días fumando porros" en el que una intrépida reportera muestra las consecuencias de un consumo a cascoporro de hachís y marihuana, día sí y día también, durante 21 días seguidos, mientras va contando sus experiencias y sensaciones y hablando con gente que le da a la maruja y con otras que simplemente viven con ella.



Consideramos que este reportaje es interesante pero peca, claro, de subjetivo y probablemente de viciado desde el origen, ya que habría que ver qué te pasaría si te pasas 21 días, te apetezca o no, poniéndote hasta arriba de whisky o de jumilla. O de cordero asado o pimientos de Padrón. En fin.

Conclusión

Así pues, sabiendo que el cannabis no es para todas las edades ni para todos los públicos, que NO es una droga inocua, como no lo son el café, el amor o el ron con cocacola, una vez valoradas sus indicaciones y contraindicaciones, los pros y contras del consumo de cannabis, en "Vida y Tiempos..." como con más de 18 ya somos mayorcitos y podemos decidir sobre nuestro voto y sobre nuestra vida y sobre el uso y disfrute que cada uno quiera hacer de ella mientras no interfiramos demasiado en la de los demás, recomendamos el consumo con precaución y en las condiciones y compañía adecuadas de esta plantita de efectos tan lúdicos y terapéuticos, de este amplificador de nuestras mejores sensaciones. Y si no, observen a Lois y Peter Griffin cómo se lo pasan dándole a la maruja.

1 comentario:

  1. MENUDINHA dijo...

    sí, sí, ja, ja, maldito toallín fumeta
    15:40
    luis dijo...

    ah, el tollín fumeta, qué habrá sido de él? qué inspirador personaje, qué toallín y qué fumetas que era
    16:50
    bizzentte dijo...

    Muy bueno y completo el post, gracias..

    saludos
    21:16
    luis dijo...

    Muchas gracias amigo Bizzentte.

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