Intro

Primera parte - Nuestro instinto asesino
Punset conversa con el científico David Buss sobre el instinto homicida dentro de cada ser humano. Este afirma que se han realizado estudios que afirman que el 91% de los hombres y el 84% de las mujeres han (hemos) pensado en matar a alguien y nos habla sobre su Teoría de la respuesta homicida explicándonos por qué, desde la lógica de la psicología evolutiva, la mayoría de asesinatos no son producto de psicópatas y cómo el entorno puede activar nuestras respuestas homicidas.
También nos comenta sus conocimientos sobre el tema Bernat-Noel Tiffon, profesor de psicología criminal que, para ilustrar el posible origen genético del impulso homicida nos introduce en el estremecedor y fascinante caso del Arropiero.
Segunda parte - El Arropiero, retrato de un asesino



Manuel Delgado logró cometer sus numerosos crímenes gracias a su facilidad para moverse con discreción por la rural Españade los sesenta, y así burlar fácilmente a la policía y sobre todo, a que no tenía un modus operandi fijo que marcara sus actos delictivos. Tal y como señala el crítico de cine Carles Balagué (que hizo un documental sobre el Arropiero que publicaremos en fechas futuras), el Arropiero “no era un asesino de alpargata ni evocaba la imagen del típico delincuente de la cuerda de presos, estamos frente a alguien que mataba de forma aleatoria, indiscriminada y sorprendente”.
Extremadamente violento si se le llevaba la contraria, su primer abogado defensor –de oficio–, el letrado catalán Juan Antonio Roqueta Quadras-Bordes, decía que si saliera en libertad “no tardarían en aparecer, a las pocas horas, cuatro o cinco cadáveres”. Para Roqueta era como un volcán: tan pronto estaba en calma como entraba en erupción y te abría “en canal” porque le negaras un cigarrillo. En fin, como dijo un policía que lo conoció, si hubiera podido "hubiera hecho un cementerio para él solo".
Tras una década de crímenes fue detenido en 1971 en el Puerto de Santa María por estrangular a su novia con unos leotardos. Desde ahí, estuvo dos años y medio realizando un tragicómico viaje al escenario del crimen por todo el territorio español con varios policías (sobre todo el comisario Salvador Ortega, que se ocupó de su caso desde su detención) que, intentando no provocar su ira demente, lograron ganarse su confianza para que les acompañara a comprobar sus múltiples confesiones y a los que acompañaba sin esposas, como un compañero de viaje más.

Sin embargo, con más de treinta asesinatos aún por comprobar al comisario Ortega y sus colaboradores les llega la orden desde Madrid para abandonar el asunto. Manuel Delgado queda encerrado en el Psiquiátrico Penitenciario de Carabanchel donde pasó 25 años. Nunca fue juzgado ya que se le encontraba tan trastornado y violento que se le consideraba "inimputable".

Les ofrecemos el estupendo reportaje de Crónicas (de TVE) "El Arropiero, Retrato de un asesino" donde se cuenta su historia y se ofrecen algunos testimonios de forenses, psiquiatras y policías que lo conocieron, así como unos impagables minutos de una entrevista para Televisión Española que le hicieron en 1992 donde se le puede ver, envejecido por la medicación y los más de veinte años entre rejas, aunque tras su embotada mirada aún podía encontrarse el brillo de la demencia y el crimen.
Siempre he oído que de persona normal a asesino hay sólo un paso. Aunque yo creo que todo es cuestión de educación, como a los perros de presa, si lo educas puede ser el más manso del mundo pero si no...mejor corre.
ResponderEliminarCon los humanos pasa lo mismo, somos seres despiadados por naturaleza, en lo alto de la cadena trófica por lo que si no se nos educa o se nos educa mal podemos causar estragos.
Un saludo.