El momento, la proclamación del moronic Donald Trump como presidente USA, que tanto tememos se acerca y la era Obama (con la que comenzamos este blog hace 8 años) da ya sus últimos coletazos. El propio Barack Obama ofrecía hace unos días una emocionante despedida de sus incondicionales en el lugar donde todo empezó, Chicago. En su discurso de despedida repasaba su trayectoria, alertaba de las amenazas a la democracia (en la mente de todos un flequillo ridículo) y hacía un alegato por la inmigración, la creatividad y la igualdad de oportunidades.

Efectivamente, la era Obama está compuesta de luces, de acciones honestas y promesas cumplidas pero también de sombras, decepciones y esperanzas rotas. Cogió a su país con una economía al borde de la recesión, inmerso en la mayor crisis económica desde la Gran Depresión y en dos guerras provocadas por Bush Jr. que habían costado cuatro billones de dólares y la vida o la salud a miles de soldados estadounidenses; un país profundamente dividido por las desigualdades económicas y sociales y las mentiras y miserias morales de la doble Administración G.W. Bush.

Obama ha dulcificado la imagen de los Estados Unidos en el mundo y sobre todo en Europa, ha intentado impulsar políticas de lucha contra el cambio climático, ha creado la zona protegida más grande del mundo pero también es el presidente que ha conseguido la independencia energética de los Estados Unidos a los lomos del auge del fracking, lo que ha tenido importantes repercusiones medioambientales y indirectamente ha impulsado hacia abajo los precios del petróleo, lo que a su vez ha fomentando su uso y aumentado la contaminación. Lo que ocurre con los Estados unidos es que por su magnitud y su peso en la economía y política mundial cualquier cosa que hagan tiene efectos a nivel planetario.
También aprobó una ley para prohibir la perforación petrolífera en el Ártico durante al menos 5 años, medida recibida con satisfacción por las organizaciones ecologistas pero esta prohibición puede ser anulada por Trump, que ha prometido aumentar las perforaciones off-shore. También ha anunciado que retirará los fondos comprometidos por EEUU para cumplir el Acuerdo de París sobre el clima, decisión que ahora puede tomar sin oposición, gracias al dominio republicano en ambas cámaras.

En cuanto a la política exterior, la Doctrina Obama ha sido el presidente de la contundencia diplomática y la contención militar. El Commander in Chief que acabó con Bin Laden y retiró la mayoría de tropas estadounidenses de las guerras de Bush, Afganistán e Irak pero que llevado de la real-politik se vio obligado a mantener una presencia de cierto número de soldados y fuerzas de élite en ambos países (requeridas por sus propios gobiernos) que se han visto necesarias para mantener la estabilidad en la lucha contra los taliban, Al-Qaeda y DAESH.

Hay muchos que reclaman que debería devolver el Nobel de la Paz 2009, un regalo envenenado que nunca pidió y que asumió resignado sabiendo que su cargo no le permitiría ser muy pacífico. Ha sido en sus legislaturas cuando el presidente ha asumido la prerrogativa a ejecutar a cualquier enemigo de América sin necesidad de detenerlo o juzgarlo gracias al auge de los ataques por drones que han actuado sobre Yemen, Somalia, Pakistán, Afganistán etc, una forma de guerra ultramoderna que sigue produciendo lamentables daños colaterales, aunque también ha acabado con miles de objetivos legítimos para un presidente USA, para cualquiera que llegue al cargo.
Se le ha acusado también de no haber actuado en Siria, de no haberlo hecho ni siquiera cuando el régimen sirio traspasó la línea roja que él mismo había marcado en 2012, la del ataque con armas químicas contra su propia población. Esto ocurrió de forma plenamente documentada cuando en agosto de 2013 las fuerzas de al-Assad usaron gas sarín en Ghouta -a las afueras de Damasco-, zona controlada por los rebeldes, causando la muerte de casi 1.500 civiles incluyendo más de 400 niños. Pero tras lo que parecieron preparativos de de ataques aéreos en forma inminente contra el gobierno sirio, Washington aceptó un acuerdo in extremis mediado por Moscú a través del cual Siria enviaba sus armas químicas a Rusia, país que junto a China ha bloqueado todas las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU contra Siria desde el principio de la guerra.
Los críticos afirman que esa decisión encorajinó al criminal régimen sirio y alentó a Rusia a apoyarlo decididamente, comenzando a lanzar sus propios ataques aéreos en apoyo al gobierno sirio, aumentando las tensiones entre Moscú y Washington y la apuesta de Putin sobre su aliado sirio, país en el que mantiene la base naval de Tartus y bases aéreas en Latakia. Pero esto hubiera terminado ocurriendo igual pues el curso de la guerra habría obligado igual a los rusos a intervenir decididamente al lado de al-Assad.
Además, ¿qué hubiera significado haber intervenido en Siria? ¿haber desplegado tropas terrestres USA en el terreno? Eso sí hubiera sido un error descomunal, hacer otro Iraq en Siria, una posibilidad que habrá escalofriado a cualquier responsable militar norteamericano, ante la cual los ataques aéreos de la coalición internacional sobre objetivos de Al-Qaeda y el DAESH que llevan tiempo sucediéndose y minando su poder en el norte de Siria y Iraq se antojan razonables en un contexto bélico y geoestratégico altamente complejo y volátil.
Ahora Rusia e Irán (con el inestimable apoyo de Hezbollah y otras milicias chiíes) llevan la iniciativa militar y su apoyo al régimen sirio se ha tornado decisivo para devolver a al-Assad el control de la mayor parte de la Siria útil. Pero aún queda mucha guerra y muchas cosas pueden ocurrir, aunque eso es tema de otro post que esperamos publicar en breve.

Además, ¿qué hubiera significado haber intervenido en Siria? ¿haber desplegado tropas terrestres USA en el terreno? Eso sí hubiera sido un error descomunal, hacer otro Iraq en Siria, una posibilidad que habrá escalofriado a cualquier responsable militar norteamericano, ante la cual los ataques aéreos de la coalición internacional sobre objetivos de Al-Qaeda y el DAESH que llevan tiempo sucediéndose y minando su poder en el norte de Siria y Iraq se antojan razonables en un contexto bélico y geoestratégico altamente complejo y volátil.
Ahora Rusia e Irán (con el inestimable apoyo de Hezbollah y otras milicias chiíes) llevan la iniciativa militar y su apoyo al régimen sirio se ha tornado decisivo para devolver a al-Assad el control de la mayor parte de la Siria útil. Pero aún queda mucha guerra y muchas cosas pueden ocurrir, aunque eso es tema de otro post que esperamos publicar en breve.
Llega Trump: ¿Y ahora?


Pero es que no es solo Trump, son Theresa May, Vladimir Putin, Erdogan, Rodrigo Duterte, Bashar al-Assad, Abdelfatah Al-Sisi, Xi Jinping, Viktor Orban, Marine LePen, Benjamin Netanyahu y otros tiranuelos que medran por todo el mundo, es el cambio climático que no cesa ni cesará y va a poner el mundo patas arribas. Nos esperan tiempos muy difíciles. Lo que va a empezar a ocurrir este viernes no lo hemos visto nunca. Ni con George W. Bush, otro producto de lo peor de esa América que proclaman y que sin embargo también le ha criticado, síntoma de las dificultades del neoyorquino para lograr el apoyo de los líderes del partido. El contraste entre uno y otro presidente va a ser brutal y así empezaremos a valorar al que se va. Adiós Barack Obama (y Michelle , otra crack), os vamos a echar de menos.
P.D. Les dejamos con 'Obama out', la visión que En Portada (un clásico en este blog) nos ofrece de la extinción de la era Obama. Si quieren profundizar en su legado les recomendamos este Especial de la Revista de Política Exterior, una antología de 25 artículos que repasan sus ochos años en la Casa Blanca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario