miércoles, 13 de noviembre de 2013

Mujeres (8) Mujeres de la luz


El equipo de 'En Portada' con las mujeres de Nicaragua.

Hace unos diez días tuve la oportunidad de poder hablar algunos minutos con Pilar Requena tras interceptarla a la salida de una charla que había dado en La Casa Encendida y, tras confesarle mi admiración por su labor y la de todo el equipo de En Portada, me comentó que acababa de llegar de la India de conocer a unas bravas mujeres que fabricaban paneles solares y que montarían el programa en breve. También se quejaba de que, entre otras cosas, los recortes de presupuesto estaban condicionando su trabajo teniendo que realizar en tres o cuatro días una labor que requeriría al menos una semana. Así pues, terminan los de En Portada su serie de reportajes sobre los derechos de la mujer que hemos ido publicando en este blog y lo hacen con "Mujeres de la luz", descubriéndonos desde India el trabajo de de la ONG Barefoot College, una organización que empodera a las mujeres de las zonas rurales formándolas como ingenieras solares, entre otras cosas. En Portada, puro periodismo, pura televisión pública. 


En Portada. "Mujeres de la luz"

Pilar Requena @RequenaPilar 28.10.2013

La primera vez que supe de las “mujeres ingenieras solares” fue a través de un reportaje sobre una de ellas de Malawi. Me pareció una historia interesante y me puse a investigar cómo localizarla. Eso me condujo al Barefoot College, literalmente la Universidad de los Descalzos, que está ubicada en una pequeña y remota aldea de la India. Allí es donde se forman estas mujeres y se convierten en expertas en instalación, mantenimiento y reparación de paneles y baterías solares. La idea es que estas mujeres lleven la luz a sus aldeas y pueblos. Además de no tener luz, tienen que estar entre los países menos desarrollados del mundo, según los criterios de Naciones Unidas.

Las mujeres participantes en el curso posan con el fundador de Barefoot College, Bunker Roy

Las mujeres seleccionadas en esos países en desarrollo son en su mayoría analfabetas o semianalfabetas, de mediana edad y algunas incluso abuelas. El de la India es su primer viaje fuera de su país y su primer vuelo para adentrarse en una aventura vital que cambiará sus vidas para siempre.

El Barefoot College es una ONG fundada en 1972 por Bunker Roy, indio de la élite de los privilegiados que un día decidió dedicar su vida a los más necesitados y a aquellos que la sociedad deja de lado y que provienen del mundo rural. Por eso, este centro es de pobres para pobres y está financiado por donantes aunque el proyecto de las “mujeres ingenieras solares” recibe también apoyo de diversas instituciones públicas y privadas de distintos países.

El largo camino a la Universidad de los Descalzos

Así pues, el proyecto tenía todos los ingredientes para levantar mi interés: empoderamiento de las mujeres, mundo rural, energías renovables y desarrollo sostenible. Una vez decidido que era una historia digna de un reportaje, había que superar el visado de la Embajada de la India que pone enormes pegas a los periodistas, especialmente a los de medios audiovisuales para realizar reportajes en ese país. Nos habían rechazado ya un visado para realizar uno sobre las viudas de Vrindavan y no teníamos muchas esperanzas de que esta vez las cosas fuesen mejor. Pero tuvimos la suerte de que Bunker Roy se implicó para conseguirlo y, al final, nos fue concedido.

Al margen de visados, llegar hasta Tilonia no resulta fácil. Después de aterrizar en Nueva Delhi hay que realizar un viaje de al menos seis horas hasta llegar al Barefoot College, en el estado de Rajasthan. Mis compañeros y yo nos encontramos a nuestra llegada con un lugar de puro mundo rural y con un centro sencillo y austero, electrificado en su gran parte con energía solar.

Mujeres que no admiten el fracaso

Pero lo más sorprendente y asombroso fue ver a nuestras mujeres, vivir con ellas durante una semana su lucha por cambiar, por desarrollarse, por formarse,sus ganas de aprender, su capacidad de supervivencia y de convivencia, sus ansías por ser mejores, su manera de comunicarse a través de un lenguaje universal, el de sentimientos y señas y mímica, que la mayor parte de nosotros tiene obsoleto.

No había traductores pero ellas se entendían y entendían a sus profesores, indios a indias de su misma condición que, como ellas, habían hecho este curso. Ellas son de Nicaragua, Colombia, Panamá, Madagascar, de las Comores, del archipiélago tanzano de Zanzíbar, de Camboya y de Myanmar, la antigua Birmania. No se conocían entre ellas pero han arrimado el hombro para aguantar seis meses lejos de casa y sintiéndose incapaces al principio de hacer lo que ya hacen y se han consolado mutuamente cuando aparecían las dificultades. No admitían el fracaso y no han fracasado.

Ellas, que reconocen que han llorado, han reído, han estudiado, han trabajado durante un camino que no ha sido fácil. Y han conseguido su objetivo. Somos testigos de que en sus comunidades podrán ir con la cabeza bien alta porque ellas les darán la luz, ellas serán sus mujeres de la luz. Es toda una historia de superación y, como ellas, dicen el cumplimiento de un sueño..La Universidad de los Descalzos sigue los principios de Mahatma Gandhi y ellas son el mejor ejemplo de lo que ocurre cuando se actúa bajo los mismos, cuando se utilizan las destrezas y capacidades de los más pobres para desarrollar su propio mundo. Ellas son la muestra viva de que lo imposible es posible. Ellas son el vivo reflejo de que con esfuerzo y voluntad se puede conseguir lo que uno quiera, si se le da la oportunidad.

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