Introducción
Seamos claros. Que la gente se drogue -con drogas legales o ilegales- es inevitable, se lleva haciendo desde siempre, desde las primeras civilizaciones humanas. Parece que la planta de la adormidera ya se cultivaba en Europa en la Edad de Piedra y en China hay indicios del cultivo de cañamo de la India (cannabis sativa) desde hace 8000 años. El hombre siempre ha buscado alcanzar estados alterados de conciencia o comportamiento como medio para relacionarse y socializar o para poder hablar con sus espíritus, o por diversión, o para mitigar dolores físicos o del alma. O por simple placer.
En la mayor parte de las sociedades occidentales las drogas se clasifican en legales e ilegales para su consumo, producción y venta. De esta forma, las drogas legales serían el alcohol, el tabaco, los psicofármacos, la cafeína, los estimulantes menores y otras sustancias como la heroína y la metadona bajo fuerte prescripción médica, mientras que las ilegales son la cocaína, LSD, crack, marihuana, hachís, MDMA o éxtasis, anfetaminas, opiáceos (heroína, morfina...), peyote, hongos con psilocibina, barbitúricos etc
Sin embargo, la pregunta surge inmediata, ¿por qué y a pesar de que las dos sustancias que más muertes provocan en las sociedades occidentales son el alcohol y tabaco, estas son legales, socialmente aceptadas y reguladas por ley (pagando importantes impuestos) y una planta como la marihuana, -de la que hablaremos en profundidad en otra entrada-, que ha demostrado ser menos perjudicial que aquellas y no produce dependencia física, no produce mono, está estigmatizada y es ilegal y perseguida por ley en muchos países, entre ellos España.
Sin embargo, parece que algo se mueve, por lo menos en el caso de la marihuana. En Canadá, la marihuana es legalmente una alternativa medicinal desde 2001 y el gobierno canadiense, que la cultiva, es quien la vende. En Cataluña ya se dispensa para usos terapéuticos y en California donde ya se permitía el consumo por usos terapéuticos -junto con otros diez estados más-, el propio gobernador Arnold Schwarzenegger está planteando el debate de la completa legalización de su consumo y cultivo, entre otras cosas para recaudar más por impuestos.
Lo curioso es que, sirviendo de ejemplo preclaro de algunas leyes contradictorias y absurdas que existen en el tema de las drogas, en San Francisco la marihuana medicinal es legal, pero el gobierno federal estadounidense la considera ilegal, esto quiere decir que la policia no arresta a los infractores pero el FBI si lo hace. De la misma forma, en España se pueden vender sus semillas pero está perseguido el consumo y la tenencia en público.
Sin embargo, parece que algo se mueve, por lo menos en el caso de la marihuana. En Canadá, la marihuana es legalmente una alternativa medicinal desde 2001 y el gobierno canadiense, que la cultiva, es quien la vende. En Cataluña ya se dispensa para usos terapéuticos y en California donde ya se permitía el consumo por usos terapéuticos -junto con otros diez estados más-, el propio gobernador Arnold Schwarzenegger está planteando el debate de la completa legalización de su consumo y cultivo, entre otras cosas para recaudar más por impuestos.
Lo curioso es que, sirviendo de ejemplo preclaro de algunas leyes contradictorias y absurdas que existen en el tema de las drogas, en San Francisco la marihuana medicinal es legal, pero el gobierno federal estadounidense la considera ilegal, esto quiere decir que la policia no arresta a los infractores pero el FBI si lo hace. De la misma forma, en España se pueden vender sus semillas pero está perseguido el consumo y la tenencia en público.
En fin, aunque tengamos en la memoria a tipos afortunados y grandes degustadores de los placeres y sus excesos como Frank Sinatra y sus coleguitas del Rat Pack o los Rolling Stones, personajes que se han metido de todo y en generosas cantidades y sobrevivieron o sobreviven sorprendentemente bien conservados, muchas drogas son pura ponzoña que destruye la vida a quien las consume pero otras ayudan a mucha gente a paliar insufribles dolores, a sobrellevar sus vidas o a simplemente disfrutarlas más.
Por todo ello, desde "Vida y Tiempos..." creemos que la sociedad y los gobiernos deberían olvidar algunos falsos mitos y prejuicios simplistas sobre ciertas drogas y deberían cambiarse algunas políticas y leyes de represión ineficaces que sólo han conseguido agrandar el terrible y complejo problema del tráfico y consumo de estupefacientes en el mundo.
Por todo ello, desde "Vida y Tiempos..." creemos que la sociedad y los gobiernos deberían olvidar algunos falsos mitos y prejuicios simplistas sobre ciertas drogas y deberían cambiarse algunas políticas y leyes de represión ineficaces que sólo han conseguido agrandar el terrible y complejo problema del tráfico y consumo de estupefacientes en el mundo.
Primera parte. Diez años perdidos
Ya han pasado diez años desde que la ONU se propuso el utópico objetivo de lograr un mundo "libre de drogas" con "la eliminación o una reducción significativa del cultivo ilícito de coca, cannabis y opio en 2008" y sin embargo, tras una década, miles de millones gastados, miles de muertos relacionados directa o indirectamente con la droga y miles de otras vidas echadas a perder por una adicción inhabilitante, el panorama no sólo no ha cambiado sino que parece va a peor.
La continua aunque inútil captura de alijos ni siquiera logra que suba el precio de la droga - parece que tan sólo se consigue que esté peor cortada-, una persecución legal que sigue metiendo en el mismo saco a plantas como la marihuana, con sustancias letales como la metaanfetamina y la heroína, unas políticas maniqueas e ineficaces que no han logrado impedir que la droga siga destruyendo la vida de millones de personas en todo el mundo.
Por poner un ejemplo cercano, España es el primer país del mundo en consumo de cocaína, cuadruplicamos la media europea, uno de cada cinco consumidores de nuestro continente vive en España, los jóvenes españoles, al grito de "todo por la napia", han multiplicado por cuatro el consumo de cocaína en los últimos diez años.
El narcotráfico campa por sus respetos mediatizando buena parte de los destinos de unos cuantos países como Afganistán, Pakistán, Irán, México, Thailandia, Rusia, Colombia, Estados Unidos, China, sin olvidarnos del problema que también supone en Europa. A lo largo de todo el mundo, los beneficios del tráfico de estupefacientes financian crímenes, fraude, guerrillas y terrorismo a escala global. Por no hablar de las numerosas infiltraciones de los capos de la droga en la misma clase política que se supone lo combate, en países como México o Colombia.
Por todo esto es por lo que en la Convención para Estupefacientes de la ONU celebrada a mediados de marzo se admitió que las políticas para combatir el tráfico y consumo de estupefacientes han sido un fracaso, que estos diez años han sido diez años perdidos.
En esta convención el presidente boliviano Evo Morales clamaba en la ONU por lo que consideraba un error histórico, la permanencia de la hoja de coca en la lista de estupefacientes de la organización. "Esto es una hoja de coca, no es cocaína, es parte de una cultura". "Tengo todavía esperanza de que el presidente Obama pueda cambiar estas políticas de satanización de la hoja de coca", añadió.
Diez millones de personas mastican hoja de coca en los países andinos donde es utilizada para calmar la fatiga y el hambre. Visité hace años Bolivia y las minas de Potosí y, como es la costumbre, entregué a los sacrificados trabajadores de la mina un inquietante pack regalo de bolsas de hojas de coca y cartuchos de dinamita, obsequios de buena voluntad que se adquirían en puestitos en los exteriores de la mina. Lo cierto es que creo que el masticar continuo de estas hojas era lo único que podía mantener cuerdos y en pié a los mineros en sus extenuantes y peligrosas jornadas de trabajo.
Viendo las muchas caras y aristas que tiene un tema como el cultivo y consumo de la hoja de coca, es como se comprende que en el tema de las drogas hay que desprenderse de bastantes corsés mentales y prejuicios poco realistas. Puede que diera en la clave uno de los delegados en esa Convención el brasileño Rubem Cesar Fernandes, miembro de la Comisión Latinoamericana sobre la Droga y la Democracia que comentaba"Hace falta más realismo. Tenemos que aprender a convivir con las drogas. Hay un gran tabú y cuestiones como la despenalización del consumo nunca son debatidas. Debemos encontrar un punto intermedio entre criminalizar y legalizar, planteando la estrategia menos como una guerra y más como la cura de una enfermedad social. No pedimos la legalización del cannabis, pero sí un enfoque más racional. Hay evidencias de que el cannabis es menos dañino que el tabaco o el alcohol, sin embargo, en muchos países se sigue penalizando con la cárcel la posesión para consumo propio".
Desde luego, como se han hecho las cosas hasta ahora no se puede seguir. Algo hay que hacer porque sólo se ha conseguido dilapidar miles de millones de dólares en una lucha infructuosa que sigue haciendo que algunas naciones se estremezcan. Parece que ya se está extendiendo la idea de que quizá hay que afrontar un cambio de paradigma para afrontar el problema de la droga en el mundo, quizá adoptando soluciones mixtas de legalización de algunas drogas que acentúen la educación de los jóvenes, que permitan quitar poder y dinero a los grandes clanes y redes del narcotráfico que existen en todo el mundo y que faciliten el tratamiento de los desdichados que se dejan la vida buscando otra dosis.
En estos diez años ya perdidos no sólo no se ha conseguido frenar el tráfico y el consumo sino que se ha extendido el problema por todo el mundo a lomos de la globalización, mientras se cronifica un mal terrible que atraviesa y distorsiona el alma de casi todas las sociedades del mundo.
Según datos de Wikipedia, "se cree que los ingresos totales que producen las ventas de estupefacientes, tan solo en Estados Unidos, ascienden a entre 60.000 millones y 120.000 millones de dólares. Si restamos unos 20.000 millones de dólares para gastos, eso deja un beneficio neto de entre 40.000 millones y 100.000 millones de dólares. El tráfico de drogas, que mueve unos 300.000 millones de dólares al año, es el mayor negocio del mundo”, dice la revista World Press Review.
Para cartografiar los entornos del tráfico de drogas tomaremos el caso de una sustancia que aún convulsiona el mundo. La heroína.
Las propiedades analgésicos del opio son conocidas y utilizadas desde hace más de 5000 años. A finales del siglo XIX, Bayer logró sintetizar e incluso llegó a comercializar la heroína -era tres veces más potente que la morfina- en las farmacias pues demostró su eficacia contra la tuberculosis, aunque fue rápidamente retirada al comprobar la terrible adicción que suponía su consumo.
Hoy la heroína vuelve a inundar el mundo, en más cantidad, más pura y potente que nunca. Para ilustrarlo les ofrecemos, subido a la red por Bizzente en uno de sus blogs, el documental La heroína de Afganistán, país donde el cultivo de la amapola de donde se extrae el opio supone un 50% de su PIB, pues produce el 90% del opio que se vende en el mundo, ya que para millones de campesinos es la única cosecha rentable. La mayor parte viene de la provincia de Helmand, uno de los centros de operaciones de los talibanes, que financian su demente visión del mundo y sus operaciones terroristas mediante el tráfico de esta sustancia. Este es uno de los principales problemas que han de afrontar los gobiernos de la coalición que lucha contra los talibanes, ya que esa inmensa cantidad de heroína proveniente de los campos afganos está inundando el mundo a través de las porosas fronteras con las repúblicas ex-soviéticas, Pakistán e Irán. Un mar de heroína circulando por la zona donde se dirimirán algunos de los destinos del mundo en los próximos años.
En este documental se pone rostro a la brutal adicción física y psicológica que provoca esta droga letal. Así describe una de las protagonistas del documental el momento en que los caballos salvajes entraban en sus venas.
De los ficheros de Dos son multitud extraemos la biografía del doctor Timothy Leary, legendario apologista de las drogas en los convulsos y apasionantes sesenta. Tras probar los efectos del LSD, Leary focalizó su vida en el estudio del cerebro y los niveles de conciencia y cómo ciertas prácticas y drogas pueden trascender aquellos niveles de consciencia que gestionan comúnmente nuestra mente. Leary creó su propio mantra, "Turn on, Tune In, Drop Out" que podría traducirse libremente como "entra, sintoniza, déjate caer". Les dejamos con Max y Lula, Dos son multitud, que nos introducen en la biografía de este señor tan simpático y flipadete.
Timothy Leary
Cualquiera que bucee en los orígenes de la cultura hippy se encontrará con el Doctor Timothy Leary. Está considerado como uno de los gurús de las drogas psicodélicas, que en los años sesenta utilizó para estudiar las posibilidades del cerebro humano. Fue un defensor a ultranza de los beneficios terapéuticos y espirituales del LSD. Doctor en Psicología por la Universidad de California,profesor adjunto en Berkley y director de investigaciones psiquiátricas en la fundación Kaiser Family, comentaba que durante las cinco horas que pasaron después de probar los hongos alucinógenos (psilocibes) aprendió más sobre psicología que en sus quince años de estudios e investigación.
Los estudios sobre los hongos le llevó a diseñar una versión sintética de la droga junto al químico Albert Hofmann (Abby, de la empresa farmacéutica Sandoz). El objetivo era transformar la conducta humana mediante el uso equilibrado de las drogas. Entre otros experimentos, administraron LSD a 300 profesores, estudiantes, escritores e intelectuales del momento. También les suministraron LSD a algunos religiosos y las tres cuartas partes afirmaron haber tenido la experiencia más religiosa de sus vidas. Claro, la gente comenzó a querer participar en los experimentos y se generó una gran demanda, y con ella un mercado negro cerca del campus de la universidad de Harvard, lo que les supuso la expulsión.
El 6 del 10 del 66 el LSD es declarado ilegal. Su lema, "Turn on, tune in, drop out” surgió en un primer momento para promover los beneficios del LSD. Tuvo algunos encontronazos con la ley (fue sentenciado a 30 años de cárcel, a una sanción de $30 000, a tener que someterse a tratamiento psiquiátrico, etc). El día que su condena fue eliminada, Leary anuncia su candidatura para gobernador de California, compitiendo contra Ronald Reagan. El slogan de su campaña fue "Turn on, Tune In, Drop Out". Lennon escribe la canción para su campaña, que no es otra que la archiconocida “Come together”.
Tras muchas aventuras (estuvo exiliado en Suiza), el presidente Richard Nixon dice de él que es “el hombre más peligroso de Norteamérica”. Los jueces alegaron que “si se le permitía estar libre, iba a hacer publicidad a sus ideas” con lo que le acaban condenando a 95 años de prisión (donde compartió muro con Charles Manson, sí, el de Helter Skelter). En fin, muy recomendable ampliar la breve información que tenéis aquí. Viva la Mari :-)
Cuarta parte. Metaanfetamina, la droga más peligrosa del mundo
"Se ha llevado a mis hijos, se ha llevado mi libertad, mis dientes, mi aspecto y mi capacidad para desenvolverme en la sociedad..."
Con la colaboración de uno de nuestros grandes proveedores de audiovisuales, La guarida de Bizzentte ofrecemos el estupendo documental de Documentos TV Metaanfetamina, la droga más devastadora sobre la auténtica plaga que en algunas zonas del mundo supone la adicción a la metaanfetamina.
Fue diseñada hace más de cien años y ampliamente utilizada en la Segunda Guerra Mundial en ambos bandos, para dar coraje a los soldados y permitirles luchar durante días sin apenas descanso o alimento; sólo con frecuentes inyecciones de esta sustancia pudo Hitler aguantar sus tremendas jornadas de trabajo y parece que los kamikazes japoneses también le daban al asunto antes de emprender sus inútiles viajes sin retorno.
Ya han pasado diez años desde que la ONU se propuso el utópico objetivo de lograr un mundo "libre de drogas" con "la eliminación o una reducción significativa del cultivo ilícito de coca, cannabis y opio en 2008" y sin embargo, tras una década, miles de millones gastados, miles de muertos relacionados directa o indirectamente con la droga y miles de otras vidas echadas a perder por una adicción inhabilitante, el panorama no sólo no ha cambiado sino que parece va a peor.
La continua aunque inútil captura de alijos ni siquiera logra que suba el precio de la droga - parece que tan sólo se consigue que esté peor cortada-, una persecución legal que sigue metiendo en el mismo saco a plantas como la marihuana, con sustancias letales como la metaanfetamina y la heroína, unas políticas maniqueas e ineficaces que no han logrado impedir que la droga siga destruyendo la vida de millones de personas en todo el mundo.
Por poner un ejemplo cercano, España es el primer país del mundo en consumo de cocaína, cuadruplicamos la media europea, uno de cada cinco consumidores de nuestro continente vive en España, los jóvenes españoles, al grito de "todo por la napia", han multiplicado por cuatro el consumo de cocaína en los últimos diez años.
El narcotráfico campa por sus respetos mediatizando buena parte de los destinos de unos cuantos países como Afganistán, Pakistán, Irán, México, Thailandia, Rusia, Colombia, Estados Unidos, China, sin olvidarnos del problema que también supone en Europa. A lo largo de todo el mundo, los beneficios del tráfico de estupefacientes financian crímenes, fraude, guerrillas y terrorismo a escala global. Por no hablar de las numerosas infiltraciones de los capos de la droga en la misma clase política que se supone lo combate, en países como México o Colombia.
Por todo esto es por lo que en la Convención para Estupefacientes de la ONU celebrada a mediados de marzo se admitió que las políticas para combatir el tráfico y consumo de estupefacientes han sido un fracaso, que estos diez años han sido diez años perdidos.
En esta convención el presidente boliviano Evo Morales clamaba en la ONU por lo que consideraba un error histórico, la permanencia de la hoja de coca en la lista de estupefacientes de la organización. "Esto es una hoja de coca, no es cocaína, es parte de una cultura". "Tengo todavía esperanza de que el presidente Obama pueda cambiar estas políticas de satanización de la hoja de coca", añadió.
Diez millones de personas mastican hoja de coca en los países andinos donde es utilizada para calmar la fatiga y el hambre. Visité hace años Bolivia y las minas de Potosí y, como es la costumbre, entregué a los sacrificados trabajadores de la mina un inquietante pack regalo de bolsas de hojas de coca y cartuchos de dinamita, obsequios de buena voluntad que se adquirían en puestitos en los exteriores de la mina. Lo cierto es que creo que el masticar continuo de estas hojas era lo único que podía mantener cuerdos y en pié a los mineros en sus extenuantes y peligrosas jornadas de trabajo.
Viendo las muchas caras y aristas que tiene un tema como el cultivo y consumo de la hoja de coca, es como se comprende que en el tema de las drogas hay que desprenderse de bastantes corsés mentales y prejuicios poco realistas. Puede que diera en la clave uno de los delegados en esa Convención el brasileño Rubem Cesar Fernandes, miembro de la Comisión Latinoamericana sobre la Droga y la Democracia que comentaba"Hace falta más realismo. Tenemos que aprender a convivir con las drogas. Hay un gran tabú y cuestiones como la despenalización del consumo nunca son debatidas. Debemos encontrar un punto intermedio entre criminalizar y legalizar, planteando la estrategia menos como una guerra y más como la cura de una enfermedad social. No pedimos la legalización del cannabis, pero sí un enfoque más racional. Hay evidencias de que el cannabis es menos dañino que el tabaco o el alcohol, sin embargo, en muchos países se sigue penalizando con la cárcel la posesión para consumo propio".
Desde luego, como se han hecho las cosas hasta ahora no se puede seguir. Algo hay que hacer porque sólo se ha conseguido dilapidar miles de millones de dólares en una lucha infructuosa que sigue haciendo que algunas naciones se estremezcan. Parece que ya se está extendiendo la idea de que quizá hay que afrontar un cambio de paradigma para afrontar el problema de la droga en el mundo, quizá adoptando soluciones mixtas de legalización de algunas drogas que acentúen la educación de los jóvenes, que permitan quitar poder y dinero a los grandes clanes y redes del narcotráfico que existen en todo el mundo y que faciliten el tratamiento de los desdichados que se dejan la vida buscando otra dosis.
En estos diez años ya perdidos no sólo no se ha conseguido frenar el tráfico y el consumo sino que se ha extendido el problema por todo el mundo a lomos de la globalización, mientras se cronifica un mal terrible que atraviesa y distorsiona el alma de casi todas las sociedades del mundo.
Segunda parte. Drogas, el mayor negocio del mundo
Según datos de Wikipedia, "se cree que los ingresos totales que producen las ventas de estupefacientes, tan solo en Estados Unidos, ascienden a entre 60.000 millones y 120.000 millones de dólares. Si restamos unos 20.000 millones de dólares para gastos, eso deja un beneficio neto de entre 40.000 millones y 100.000 millones de dólares. El tráfico de drogas, que mueve unos 300.000 millones de dólares al año, es el mayor negocio del mundo”, dice la revista World Press Review.
Para cartografiar los entornos del tráfico de drogas tomaremos el caso de una sustancia que aún convulsiona el mundo. La heroína.
Las propiedades analgésicos del opio son conocidas y utilizadas desde hace más de 5000 años. A finales del siglo XIX, Bayer logró sintetizar e incluso llegó a comercializar la heroína -era tres veces más potente que la morfina- en las farmacias pues demostró su eficacia contra la tuberculosis, aunque fue rápidamente retirada al comprobar la terrible adicción que suponía su consumo.
Hoy la heroína vuelve a inundar el mundo, en más cantidad, más pura y potente que nunca. Para ilustrarlo les ofrecemos, subido a la red por Bizzente en uno de sus blogs, el documental La heroína de Afganistán, país donde el cultivo de la amapola de donde se extrae el opio supone un 50% de su PIB, pues produce el 90% del opio que se vende en el mundo, ya que para millones de campesinos es la única cosecha rentable. La mayor parte viene de la provincia de Helmand, uno de los centros de operaciones de los talibanes, que financian su demente visión del mundo y sus operaciones terroristas mediante el tráfico de esta sustancia. Este es uno de los principales problemas que han de afrontar los gobiernos de la coalición que lucha contra los talibanes, ya que esa inmensa cantidad de heroína proveniente de los campos afganos está inundando el mundo a través de las porosas fronteras con las repúblicas ex-soviéticas, Pakistán e Irán. Un mar de heroína circulando por la zona donde se dirimirán algunos de los destinos del mundo en los próximos años.
En este documental se pone rostro a la brutal adicción física y psicológica que provoca esta droga letal. Así describe una de las protagonistas del documental el momento en que los caballos salvajes entraban en sus venas.
Es una sensación increíble. No se podía comparar a nada que hubiera experimentado antes. En unos segundos, una ola cálida me recorría el cuerpo. Se me relajaban los músculos y me pesaban los párpados. Me quedaba tirada en un sillón...La condición humana mostrando sus terribles vulnerabilidades. Vean y estremézcanse.
Tercera parte. Timothy Leary, Sumo Sacerdote de las drogas
De los ficheros de Dos son multitud extraemos la biografía del doctor Timothy Leary, legendario apologista de las drogas en los convulsos y apasionantes sesenta. Tras probar los efectos del LSD, Leary focalizó su vida en el estudio del cerebro y los niveles de conciencia y cómo ciertas prácticas y drogas pueden trascender aquellos niveles de consciencia que gestionan comúnmente nuestra mente. Leary creó su propio mantra, "Turn on, Tune In, Drop Out" que podría traducirse libremente como "entra, sintoniza, déjate caer". Les dejamos con Max y Lula, Dos son multitud, que nos introducen en la biografía de este señor tan simpático y flipadete.
Timothy Leary
Cualquiera que bucee en los orígenes de la cultura hippy se encontrará con el Doctor Timothy Leary. Está considerado como uno de los gurús de las drogas psicodélicas, que en los años sesenta utilizó para estudiar las posibilidades del cerebro humano. Fue un defensor a ultranza de los beneficios terapéuticos y espirituales del LSD. Doctor en Psicología por la Universidad de California,profesor adjunto en Berkley y director de investigaciones psiquiátricas en la fundación Kaiser Family, comentaba que durante las cinco horas que pasaron después de probar los hongos alucinógenos (psilocibes) aprendió más sobre psicología que en sus quince años de estudios e investigación.
Los estudios sobre los hongos le llevó a diseñar una versión sintética de la droga junto al químico Albert Hofmann (Abby, de la empresa farmacéutica Sandoz). El objetivo era transformar la conducta humana mediante el uso equilibrado de las drogas. Entre otros experimentos, administraron LSD a 300 profesores, estudiantes, escritores e intelectuales del momento. También les suministraron LSD a algunos religiosos y las tres cuartas partes afirmaron haber tenido la experiencia más religiosa de sus vidas. Claro, la gente comenzó a querer participar en los experimentos y se generó una gran demanda, y con ella un mercado negro cerca del campus de la universidad de Harvard, lo que les supuso la expulsión.
El 6 del 10 del 66 el LSD es declarado ilegal. Su lema, "Turn on, tune in, drop out” surgió en un primer momento para promover los beneficios del LSD. Tuvo algunos encontronazos con la ley (fue sentenciado a 30 años de cárcel, a una sanción de $30 000, a tener que someterse a tratamiento psiquiátrico, etc). El día que su condena fue eliminada, Leary anuncia su candidatura para gobernador de California, compitiendo contra Ronald Reagan. El slogan de su campaña fue "Turn on, Tune In, Drop Out". Lennon escribe la canción para su campaña, que no es otra que la archiconocida “Come together”.
Tras muchas aventuras (estuvo exiliado en Suiza), el presidente Richard Nixon dice de él que es “el hombre más peligroso de Norteamérica”. Los jueces alegaron que “si se le permitía estar libre, iba a hacer publicidad a sus ideas” con lo que le acaban condenando a 95 años de prisión (donde compartió muro con Charles Manson, sí, el de Helter Skelter). En fin, muy recomendable ampliar la breve información que tenéis aquí. Viva la Mari :-)
Cuarta parte. Metaanfetamina, la droga más peligrosa del mundo
"Se ha llevado a mis hijos, se ha llevado mi libertad, mis dientes, mi aspecto y mi capacidad para desenvolverme en la sociedad..."
Con la colaboración de uno de nuestros grandes proveedores de audiovisuales, La guarida de Bizzentte ofrecemos el estupendo documental de Documentos TV Metaanfetamina, la droga más devastadora sobre la auténtica plaga que en algunas zonas del mundo supone la adicción a la metaanfetamina.
Conocida en la actualidad como speed, meth, hielo o cristal, esta droga puede ser inhalada, fumada, puede inyectarse en vena o tragarse. Es cuatro veces más potente que la cocaína y más barata ya que resulta fácil de fabricar al encontrarse su ingrediente principal, la pseudoefedrina, en medicamentos y piensos, pudiéndose destilar de estos con métodos y materiales caseros.
Se calcula que hasta 30 millones de personas en todo el mundo están enganchadas a esta droga mortal. Proporciona a quien la consume intensos estados de euforia, energía y confianza; sin embargo, la terrible adicción que acarrea esta droga, con el cerebro pidiendo a gritos otro chute de dopamina desbocada, puede hacer a una vida caer en barrena. El consumo compulsivo de esta droga provoca un enorme deterioro económico, físico y mental en el que se sumen con rapidez los consumidores frecuentes de estos ponzoñosos cristales, pudiéndoles ocasionar daños cerebrales crónicos así como paranoias y psicosis.
Se calcula que hasta 30 millones de personas en todo el mundo están enganchadas a esta droga mortal. Proporciona a quien la consume intensos estados de euforia, energía y confianza; sin embargo, la terrible adicción que acarrea esta droga, con el cerebro pidiendo a gritos otro chute de dopamina desbocada, puede hacer a una vida caer en barrena. El consumo compulsivo de esta droga provoca un enorme deterioro económico, físico y mental en el que se sumen con rapidez los consumidores frecuentes de estos ponzoñosos cristales, pudiéndoles ocasionar daños cerebrales crónicos así como paranoias y psicosis.
Fue diseñada hace más de cien años y ampliamente utilizada en la Segunda Guerra Mundial en ambos bandos, para dar coraje a los soldados y permitirles luchar durante días sin apenas descanso o alimento; sólo con frecuentes inyecciones de esta sustancia pudo Hitler aguantar sus tremendas jornadas de trabajo y parece que los kamikazes japoneses también le daban al asunto antes de emprender sus inútiles viajes sin retorno.
En Thailandia es conocida como "ya ba" y se ha convertido en toda una adicción social. Se han realizado estimaciones que alcanzaban hasta tres millones de consumidores, ya que es utilizada por individuos de todas las clases sociales ya que les permite trabajar sin descanso y aparentemente sin cansarse; incluso es repartida por algunos empresarios entre sus trabajadores para que estos trabajen sin cesar, hasta reventar.
La terrible combinación de presión laboral para ganar más dinero presente en la sociedad thailandesa y la adicción a la ya ba crean zombies laborales que trabajan hasta que petan o hasta que no pueden pagarse más dosis; entonces, muchos de estos desdichados individuos se lanzan a cometer crímenes y asaltos enloquecidos en plena calle que les permitan pagar su próxima dosis, lo que se está convirtiendo en un grave asunto de orden público en el país asiático.
En el documental se informa de cómo la metaanfetamina actúa en el cerebro, forzando la fabricación de dopamina en las neuronas aumentando la sensación de euforia y placer a niveles de más de 1200 unidades de dopamina, cuatro veces más intensa que la cocaína y seis veces más de la que el cuerpo produce. Y puede durar hasta 12 horas.
"Hace más de un año que estoy limpio y no hay un día que pase que no piense en la metaanfetamina", reconoce con terrible certeza uno de los desafortunados personajes que recorren este magnífico documental sobre una de las más terribles caras de la adicción.
Última parte. Brian y la farlopa
La terrible combinación de presión laboral para ganar más dinero presente en la sociedad thailandesa y la adicción a la ya ba crean zombies laborales que trabajan hasta que petan o hasta que no pueden pagarse más dosis; entonces, muchos de estos desdichados individuos se lanzan a cometer crímenes y asaltos enloquecidos en plena calle que les permitan pagar su próxima dosis, lo que se está convirtiendo en un grave asunto de orden público en el país asiático.
En el documental se informa de cómo la metaanfetamina actúa en el cerebro, forzando la fabricación de dopamina en las neuronas aumentando la sensación de euforia y placer a niveles de más de 1200 unidades de dopamina, cuatro veces más intensa que la cocaína y seis veces más de la que el cuerpo produce. Y puede durar hasta 12 horas.
"Hace más de un año que estoy limpio y no hay un día que pase que no piense en la metaanfetamina", reconoce con terrible certeza uno de los desafortunados personajes que recorren este magnífico documental sobre una de las más terribles caras de la adicción.
Última parte. Brian y la farlopa
Una de las razones por las que la droga lleva tanto al vicio la tienen en esta escena de Padre de familia, cuando gracias a su olfato, Brian se mete a perro policía para detectar drogas en el aeropuerto. Observen su cara.
La droga es la basura que corrompe todo, que mata a las personas y que hace que gobiernos y mafias sean la misma bazofia. El consumo de cualquier tipo de droga engrasa los engranajes que remueven mierda y llena los depósitos de las lanchas de los hijos de perra sin escrúpulos que hincan el diente en todo lo que apeste a dinero: extorsión, trata de blancas, tráfico de armas...
ResponderEliminarLas drogas son una ful de estambul (nunca mejor dicho en casos específicos como el famoso "costo culero") y también estoy en contra del botellón y de los progres que lo defienden aun a sabiendas de que nuestros adolescentes y nosotros mismos somos unos gorrinos incivilizados que no sólo generan basura en las calles sino que se revuelcan en ella. Hala
Qué rico salmón el de Vancouver. La marihuana es una chufa.
ResponderEliminarQuerida Miss Chiflein, a usted le marihuana le vendría muy bien para alguna de sus cosas de Chiflein.
ResponderEliminarMagnífica entrada sobre un tema complicado que a algunos nos ha tocado muy de cercA. Para cuando esa segunda entrada?
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