lunes, 22 de diciembre de 2008

Bosque (2) Bosque de Teutoburg, la tumba de Varo


"Quintilio Varo, devuélveme mis legiones!!"

Quintili Varus, legiones redde! gritaba, fuera de sí, el primer emperador de Roma, Octavio Augusto, mientras golpeaba su cabeza con las paredes, cuando recordaba el episodio en el que, tras tres días de feroz batalla Roma perdió para siempre (esas legiones, la XVII, XVIII y XIX, nunca fueron recompuestas) tres legiones enteras en los bosques germanos, estableciendo para siempre en el Rhin el límite de la civilización romana en el este de Europa. Los aniversarios de la batalla de Teutoburg fueron desde entonces días funestos para el emperador, que dejó crecer su cabello y barba durante meses en señal de duelo.

En la batalla, una coalición de tribus germanas comandadas por Arminius, caudillo querusco y antiguo militar romano, engañaron y emboscaron en una zona de bosque cerrado y pantanos, terrible para la desenvoltura de un ejército romano estando éste además desorganizado y mal liderado por el gobernador de la que iba a ser nueva provincia romana de Germania Magna, Quintilio Varo.

El salvaje combate cuerpo a cuerpo, la lluvia constante que convertía el terreno en un lodazal y hacía más pesada la impedimenta romana, las oleadas de flechas, los aullidos de los guerreros germanos al rematar legionarios heridos o al capturar prisioneros a los que luego quemaban vivos...

Soldados, mujeres y niños que componían la que iba ser primera oleada de colonización en la nueva provincia del Imperio, salvo un par de decenas de supervivientes, todos fueron aniquilados. Cuando cinco años Germánico volvió con 50.000 hombres al escenario de la batalla, pudieron contemplar las calaveras clavadas en los árboles, la maquinaria de guerra romana aplastada, los restos ignominiosos del ejército de Varo.

Esta batalla marcó el "limes" romano en el Este ya que salvo algunas campañas de castigo como la reseñada de Germánico los romanos no volvieron a intentar colonizar al este del Rhin. El gran historiador J.F.C. Fuller consideraba decisiva esta batalla ya que pensaba que si la Germania entre el Rhin y el río Elba hubiera sido romanizada y cubierta de calzadas durante cuatro siglos, una sola cultura, y no dos en perpetuo conflicto, habría imperado en el mundo occidental y no hubieran existido las guerras que desde el siglo XVI se han venido sucediendo por las fricciones entre los pueblos germanos y los latinos como los franceses. Otros autores resaltan que lo que sí parece previsible es que las tribus del Mar del Norte que luego se conocieron como sajones habrían perdido su idioma en favor del latín y no hubiera existido el inglés, ni los ingleses, no habrían existido Shakespeare, ni Morrisey. Ni Benny Hill.

En fin, si se quiere profundizar en los detalles de estos tres trascendentales días de septiembre del año 9 d.c. desde "Vida y Tiempos..." les ofrecemos estos estupendos documentales del Canal Historia. Se estaba escribiendo el destino de Europa.


1ª parte. Una provincia demasiado lejana



2ª parte. La batalla

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