Cuando en este blog tratamos de las sensaciones y emociones humanas siempre nos gusta indagar (en nuestra etiqueta dedicada a las Neurociencias) en qué ocurre en nuestro cerebro cuando experimentamos el amor, el dolor, el miedo, la música, el sexo, la felicidad o la maldad, o dónde residen la memoria y el olvido, o cómo funciona el cerebro esquizofrénico, o el de los psicópatas, pero para conocer más sobre él ello añadimos una serie de entradas dedicadas específicamente a la creación más compleja de la evolución sobre la Tierra, el cerebro humano.El cerebro es el centro de mando de nuestro sistema nervioso, regula la sensación consciente e inconsciente, la percepción, la conducta y las actividades de los órganos internos. Casi un kilo y medio de masa blanda y gelatinosa formada por miles de millones de células cerebrales, neuronas y otras células auxiliares, cuyos axones y dendritas conectan el cableado por el que viaja la corriente electroquímica de hormonas y neurotransmisores. Es un universo configurado por billones de conexiones fulgurantes que lo recorren de lado a lado y que definen nuestra personalidad, lo que somos como individuos en el mundo que nos rodea.
El cerebro interpreta actúa como interfase entre nosotros y el medio ambiente interno y externo, interpretando nuestro código genético en función de los distintos entornos que nos rodean durante nuestra vida, en un diálogo perpetuo entre sentidos, genes y neuronas. En el cerebro no hay compartimentos estancos donde tiene lugar una u otra función mental sino que trabaja en red, es la interconexión entre los módulos cerebrales lo que permite el procesamiento de datos, los relaciona, hace predicciones, elabora hipótesis y toma decisiones dando lugar a la conciencia creadora, a la cognición. Estas interconexiones crean las arquitecturas mentales que nos permiten evaluar las sensaciones procedentes del medio, almacenarlas, integrarlas y elaborar una respuesta adecuada para que el individuo pueda hacer frente a las situaciones del día a día.
En nuestro cerebro albergamos nuestras distintas memorias, la memoria de trabajo, la memoria a corto y largo plazo, las memorias sensorial y asociativa, pero también una memoria ancestral que incorpora el sedimento genético de todas las experiencias vividas por nuestros antepasados. El cerebro ha ido evolucionando en los animales vertebrados añadiendo nuevas estructuras sobre las existentes, más primitivas, evolucionando mientras potenciaban el desarrollo de unas sobre otras, según el modo de vida y entorno donde se ha desarrollado cada especie. De esta forma, tenemos un cerebro reptiliano que compartimos con todos los animales, un núcleo de instintos primarios que gobierna las reacciones de territorialidad, agresividad, dominancia etc, así como el instinto reproductor. Sobre este pack de instintos básicos los mamíferos desarrollaron el sistema límbico en el llamado cerebro emocional, que gestiona las relaciones afectivas y emocionales entre los seres vivos. A estos dos capas, los primates sumaron la corteza cerebral o cortex, que culminó tras una evolución de milenios en la racionalidad y el pensamiento abstracto de la actual raza humana.
Les ofrecemos una descripción más extensa de Carl Sagan de la evolución del cerebro humano así como una charla TED, donde el neurocientífico Allan Jones nos muestra cómo su equipo cartografía los genes que se activan en cada pequeña región y cómo todo se conecta con todo en este órgano que alberga los rasgos de nuestras emociones y nuestro carácter, que contiene nuestro alma, nuestro cielo y nuestro infierno y es aún la gran frontera por descubrir.
Evolución del cerebro humano
Comos todos nuestros órganos, el cerebro humano evolucionó aumentando a través de millones de años, tanto en contenido como en complejidad informacional. Su estructura actual refleja todos los estadíos por los cuales ha pasado. Hoy sabemos que el cerebro evolucionó desde dentro hacia fuera. En lo más profundo del cerebro está la parte más antigua, el llamado tronco cerebral, que regula muchas de las funciones biológicas básicas, incluyendo los ritmos de la vida, como los latidos del corazón o la función respiratoria. Las funciones más complicadas del cerebro evolucionaron en tres etapas sucesivas sucesivos de acuerdo con el descubrimiento del biólogo americano Paul Mac Lean.Cerebro más primitivo o arquicerebro (cerebro reptiliano): Cubre el tronco cerebral y ahí está el llamado “complejo R”, (R de Reptil) , es donde se encuentran la agresividad, la territorialidad y las jerarquías sociales, la tendencia a seguir ciegamente a líderes. Este cerebro se desarrolló hace algunos cientos de millones de años, en nuestros antecesores, los reptiles y mamíferos marinos. De manera que en lo más profundo de nuestro cerebro hay algo parecido al cerebro de un cocodrilo.Cerebro emocional, límbico o paleocerebro: Alrededor del “complejo R” está el complejo sistema límbico o “cerebro mamífero”, él evolucionó hace cientos de millones de años atrás en antecesores que eran mamíferos pero no primates como los monos y los simios. Este cerebro emocional, es una fuente importante de nuestros estados de ánimos, nuestras emociones, inquietudes, nuestra preocupación por los hijos, etc.Y finalmente en la parte más externa del cerebro, viviendo en un tipo de tratado incierto con los cerebros más primitivos, está la corteza cerebral que ha evolucionado hace millones de años en nuestros antecesores los primates. (...)
Esta corteza que comprende más de los dos tercios de la masa cerebral, es la responsable tanto de la intuición como del análisis crítico. Será aquí donde tendremos las ideas y las inspiraciones, será aquí donde leeremos o escribiremos, será aquí donde hagamos matemáticas o música, la corteza regula nuestras vidas conscientes y es por tanto una distinción de nuestra especie, es el asiento de nuestra humanidad. Arte y ciencia viven aquí. La civilización es un producto de la corteza cerebral. (...)
El paisaje de nuestra corteza cerebral humana está profundamente contorneada por las circunvoluciones del mismo, existe una buena razón para ello: estas circunvoluciones, aumentan enormemente el área de superficie disponible para guardar información, en un cráneo de tamaño limitado. El mundo de los pensamientos está dividido en dos hemisferios. Allí está el hemisferio derecho del córtex cerebral, que es responsable principalmente por el reconocimento de patrones de intuición, de sensibilidad, de ideas creativas, y aquí está el hemisferio izquierdo presidiendo sobre el pensamiento racional, analítico y crítico.
Estos son los dos lados internos de cada hemisferio, las fuerzas duales, los opuestos esenciales que caracterizan al pensamiento humano, entre ellos estarán los medios tanto para generar ideas (hemisferio derecho), como para testar su validez (hemisferio izquierdo). Hay un diálogo continuo entre los dos hemisferios del cerebro, canalizado a través de este inmenso conglomerado de fibras nerviosas que es llamado el cuerpo calloso. El cuerpo calloso es un puente entre la creatividad y el análisis, ambas capacidades necesarias si pretendemos comprender el mundo
Es importante recordar acá que nuestra evolución es conservadora, es decir que no descarta lo anterior, de manera que cada nuevo cerebro se acopló e interconectó e integró con los anteriores, es así que los humanos tenemos los tres cerebros, el reptiliano, el mamifero y el humano y estas tres estructuras pugnarán por manifestarse o imponerse en cada momento, de ahí que una de las principales funciones de una sociedad próspera sería el permitir el desarrollo, las expresiones y el comando de nuestra corteza frontal canalizando y jerarquizando las expresiones de nuestro cerebro emocional y reptiliano para permitir la expresión en la mayoría de nuestras acciones, de un ser verdaderamente humanizado, porque es allí y específicamente en la región prefrontal, donde se localiza eso que llamamos conciencia.
Allan Jones: un mapa del cerebro
El cerebro interpreta actúa como interfase entre nosotros y el medio ambiente interno y externo, interpretando nuestro código genético en función de los distintos entornos que nos rodean durante nuestra vida, en un diálogo perpetuo entre sentidos, genes y neuronas. En el cerebro no hay compartimentos estancos donde tiene lugar una u otra función mental sino que trabaja en red, es la interconexión entre los módulos cerebrales lo que permite el procesamiento de datos, los relaciona, hace predicciones, elabora hipótesis y toma decisiones dando lugar a la conciencia creadora, a la cognición. Estas interconexiones crean las arquitecturas mentales que nos permiten evaluar las sensaciones procedentes del medio, almacenarlas, integrarlas y elaborar una respuesta adecuada para que el individuo pueda hacer frente a las situaciones del día a día.
En nuestro cerebro albergamos nuestras distintas memorias, la memoria de trabajo, la memoria a corto y largo plazo, las memorias sensorial y asociativa, pero también una memoria ancestral que incorpora el sedimento genético de todas las experiencias vividas por nuestros antepasados. El cerebro ha ido evolucionando en los animales vertebrados añadiendo nuevas estructuras sobre las existentes, más primitivas, evolucionando mientras potenciaban el desarrollo de unas sobre otras, según el modo de vida y entorno donde se ha desarrollado cada especie. De esta forma, tenemos un cerebro reptiliano que compartimos con todos los animales, un núcleo de instintos primarios que gobierna las reacciones de territorialidad, agresividad, dominancia etc, así como el instinto reproductor. Sobre este pack de instintos básicos los mamíferos desarrollaron el sistema límbico en el llamado cerebro emocional, que gestiona las relaciones afectivas y emocionales entre los seres vivos. A estos dos capas, los primates sumaron la corteza cerebral o cortex, que culminó tras una evolución de milenios en la racionalidad y el pensamiento abstracto de la actual raza humana.
Les ofrecemos una descripción más extensa de Carl Sagan de la evolución del cerebro humano así como una charla TED, donde el neurocientífico Allan Jones nos muestra cómo su equipo cartografía los genes que se activan en cada pequeña región y cómo todo se conecta con todo en este órgano que alberga los rasgos de nuestras emociones y nuestro carácter, que contiene nuestro alma, nuestro cielo y nuestro infierno y es aún la gran frontera por descubrir.
Evolución del cerebro humano
Comos todos nuestros órganos, el cerebro humano evolucionó aumentando a través de millones de años, tanto en contenido como en complejidad informacional. Su estructura actual refleja todos los estadíos por los cuales ha pasado. Hoy sabemos que el cerebro evolucionó desde dentro hacia fuera. En lo más profundo del cerebro está la parte más antigua, el llamado tronco cerebral, que regula muchas de las funciones biológicas básicas, incluyendo los ritmos de la vida, como los latidos del corazón o la función respiratoria. Las funciones más complicadas del cerebro evolucionaron en tres etapas sucesivas sucesivos de acuerdo con el descubrimiento del biólogo americano Paul Mac Lean.Cerebro más primitivo o arquicerebro (cerebro reptiliano): Cubre el tronco cerebral y ahí está el llamado “complejo R”, (R de Reptil) , es donde se encuentran la agresividad, la territorialidad y las jerarquías sociales, la tendencia a seguir ciegamente a líderes. Este cerebro se desarrolló hace algunos cientos de millones de años, en nuestros antecesores, los reptiles y mamíferos marinos. De manera que en lo más profundo de nuestro cerebro hay algo parecido al cerebro de un cocodrilo.Cerebro emocional, límbico o paleocerebro: Alrededor del “complejo R” está el complejo sistema límbico o “cerebro mamífero”, él evolucionó hace cientos de millones de años atrás en antecesores que eran mamíferos pero no primates como los monos y los simios. Este cerebro emocional, es una fuente importante de nuestros estados de ánimos, nuestras emociones, inquietudes, nuestra preocupación por los hijos, etc.Y finalmente en la parte más externa del cerebro, viviendo en un tipo de tratado incierto con los cerebros más primitivos, está la corteza cerebral que ha evolucionado hace millones de años en nuestros antecesores los primates. (...)
Esta corteza que comprende más de los dos tercios de la masa cerebral, es la responsable tanto de la intuición como del análisis crítico. Será aquí donde tendremos las ideas y las inspiraciones, será aquí donde leeremos o escribiremos, será aquí donde hagamos matemáticas o música, la corteza regula nuestras vidas conscientes y es por tanto una distinción de nuestra especie, es el asiento de nuestra humanidad. Arte y ciencia viven aquí. La civilización es un producto de la corteza cerebral. (...)
El paisaje de nuestra corteza cerebral humana está profundamente contorneada por las circunvoluciones del mismo, existe una buena razón para ello: estas circunvoluciones, aumentan enormemente el área de superficie disponible para guardar información, en un cráneo de tamaño limitado. El mundo de los pensamientos está dividido en dos hemisferios. Allí está el hemisferio derecho del córtex cerebral, que es responsable principalmente por el reconocimento de patrones de intuición, de sensibilidad, de ideas creativas, y aquí está el hemisferio izquierdo presidiendo sobre el pensamiento racional, analítico y crítico.
Estos son los dos lados internos de cada hemisferio, las fuerzas duales, los opuestos esenciales que caracterizan al pensamiento humano, entre ellos estarán los medios tanto para generar ideas (hemisferio derecho), como para testar su validez (hemisferio izquierdo). Hay un diálogo continuo entre los dos hemisferios del cerebro, canalizado a través de este inmenso conglomerado de fibras nerviosas que es llamado el cuerpo calloso. El cuerpo calloso es un puente entre la creatividad y el análisis, ambas capacidades necesarias si pretendemos comprender el mundo
Es importante recordar acá que nuestra evolución es conservadora, es decir que no descarta lo anterior, de manera que cada nuevo cerebro se acopló e interconectó e integró con los anteriores, es así que los humanos tenemos los tres cerebros, el reptiliano, el mamifero y el humano y estas tres estructuras pugnarán por manifestarse o imponerse en cada momento, de ahí que una de las principales funciones de una sociedad próspera sería el permitir el desarrollo, las expresiones y el comando de nuestra corteza frontal canalizando y jerarquizando las expresiones de nuestro cerebro emocional y reptiliano para permitir la expresión en la mayoría de nuestras acciones, de un ser verdaderamente humanizado, porque es allí y específicamente en la región prefrontal, donde se localiza eso que llamamos conciencia.
Allan Jones: un mapa del cerebro
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