domingo, 29 de diciembre de 2013

Animales (33) Animales descubiertos durante el 2013

Animales descubiertos durante el 2013

Cada año algunas especies del mundo se extinguen, pero también se descubren algunas otras.

Ecoticias.com 02/01/2014





Aunque lamentablemente cada año algunas especies del mundo se extinguen, también se descubren algunas otras. Aquí le contamos sobre especies animales, entre mamíferos, peces y aves, que fueron descubiertas este 20013.


Una de los animales descubiertos es el Bassaricyon neblina o Olinguito, una especie que parece el cruce entre un gato y un oso. Es el primer carnívoro descubierto en el hemisferio occidental en los últimos 35 años. Habita en Colombia y Ecuador.









Leopardus guttulus. Antes los científicos creían que existe solo una especie de tigrinas (leopardus tigrinus), leopardos con el tamaño de un gato. Sin embargo, mediante pruebas de ADN con marcadores moleculares, los investigadores concluyeron que hay dos especies diferentes en el sur y en el norte de Brasil, y bautizaron a la nueva especie como leopardus guttulus.
















Coendou baturitensis, puercoespín de Baturité. Este adorable animal es una nueva especie del generó coendú, puercoespines americanos de cola larga, roedores herbívoros nocturnos. Se cree que esta especie vive solo en la región de Baturité, en el estado brasileño de Ceara.





Trol. “No puedo decir la familia de esta especie con certeza”, dijo sobre este insecto con aspecto de ‘trol’ y ‘melena’ Trond Larsen, científico de la Universidad de Princeton que lo descubrió en los bosques de Surinam. Se cree que esta criatura es la ninfa (insecto inmaduro) de alguna especie de fulgoromorfos, infraorden de insectos hemípteros: Dictyopharidae, Nogodinidae, Lophopidae o Tropiduchidae. La ‘melena’ de 7 milímetros es de cera y en realidad no crece en la cabeza, sino en el abdomen. Los científicos suponen que podría servir para asustar a los depredadores.










Strix omanensis o búho de Omán. Aunque los búhos no son aves raras, en este caso se trata de una especie separada y además la única típica exclusivamente para Omán, y la primera especie de ave descubierta en este país en más de 70 años. Los científicos intuyeron que es una especie separada al escuchar su canto antes de observar el animal.








Pogonophryne neyelovi. Este tipo de pez, que tiene un tamaño de unos 30 centímetros, vive en la profundidad de las aguas del Antártico. Su cuerpo color café y manchado tiene una forma similar a la de un renacuajo. Una afilada y negra espina dorsal se extiende a lo largo de su cuerpo. Actualmente, no se sabe mucho acerca de su comportamiento o alimentación.











Cardiocondyla pirata, hormiga pirata. Esta subespecie de hormiga, que vive en las islas Filipinas, recibió su nombre por la banda oscura que tiene en los ojos, que se asemeja al parche de un pirata. Solo las hembras tienen este ‘parche’.

sábado, 14 de diciembre de 2013

Animales (32) Wounda regresa a casa





Gran Jane Goodall, otro de nuestros seres humanos favoritos. Aquí despidiéndose de una amiga a la que devuelven, al final de su vida, al hogar que le fue arrebatado. 

La difícil labor de rescate y rehabilitación de chimpancés por parte del equipo del Instituto Jane Goodall en la República del Congo brinda a veces el mejor de los premios para todos: poder reintroducir un chimpancé en una selva protegida, devolviéndole la oportunidad que nuestra propia especie le había quitado.

viernes, 6 de diciembre de 2013

Amor (13) Los enamoramientos

No hay emoción humana más evocada en la historia de la música que el amor, así que hemos decidido recrear en cinco listas de reproducción las distintas etapas del amor romántico (al aspecto puramente sexual del amor ya le dedicamos nuestra lista Fuck me). Comenzamos con veinte miradas musicales a las primeras fases del amor, los deslumbramientos iniciales, la dopamina desbocada en el cerebro de los amantes, la entrega incondicional a la mirada de ese fascinante ser que arrebata tu pensamiento. La segunda la dedicaremos a la consolidación de la relación de pareja, los primeros desencuentros en la siempre difícil convivencia y la tercera al final del amor, las rupturas y el desamor, ese reverso tenebroso. En fin, con nuestra lista -con otra de las magníficas portadas del gran Javipellena de músicos talentosos celebrando el amor en clave de folk, rock, pop o electrónica, les dejamos. Only for lovers.



Music kills me (XI) Los enamoramientos

Tracklist:

1 - You're so cool (Hans Zimmer - True Romance O.S.T.)
2 - Parlami d'amore Mariu (Achille Togliani)
3 - Everybody knows (Except you) (The Divine Comedy)
4 - A girl like you (Edwyn Collins)
5 - Baby I love you (The Ramones)
6 - Here comes your man (Pixies)
7 - I want you (Bob Dylan)
8 - New lover (Josh Ritter)
9 - A man is in love (The Waterboys)
10 - In love with a friend (Deep Dish)
11 - Playground love (feat. Gordon Tracks) (Air)
12 - Mad About You (Hooverphonic)
13 - I'm in love (Moby)
14 - Angel (Massive Attack)
15 - Angels (The xx)
16 - Melodies and Desires (Lykke Li)
17 - Lovesong (The Cure cover) (Mariee Sioux)
18 - I'm your man (live) (Leonard Cohen)
19 - Corazón (Clyde)
20 - There is a light that never goes out (The Smiths)

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Viajes y Migraciones (9) Un mundo aparte -capítulos 7 al 13-

“13 etnias apartadas, 13 contextos diferentes, 13 capítulos. Un solo viaje.” Y tres amigos, tres tipos conscientes de tener, al menos durante dos años, el mejor trabajo del mundo. Acá van el resto de capítulos de la serie documental "Un mundo aparte". Disfrútenlos.

7. Laberinto Amazonas

Desde Cartagena de Indias hasta Canaima, para luego pasar al encuentro del Amazonas y el Río Negro donde tardamos tres días para llegar a las aldeas de los indios suruis.




8. El imperio de los hijos del Sol


Viajamos a las ruinas de Tiwanaku y al lago Titicaca, luego vamos a Perú para visitar Cuzco y Machu Picchu. Recorremos con una avioneta los desiertos de Chile y el paisaje del sur de Bolivia.



9. Herederos de los Andes

Abrimos la etapa argentina en las cataratas de Iguazú, luego seguimos por Buenos Aires y La Pampa. Navegamos entre témpanos de hielo y conocemos a los tehuelches, últimos indígenas al sur de América.



10. Los reinos olvidados de África

En Sudáfrica disfrutamos de los contrastes de las ciudades y la fauna salvaje. Viajamos a Kimberley, la ciudad de los diamantes y los reinos de Suazilandia y Lesoto, que nos enseñan el valor de la supervivencia.



11. Más allá de los desiertos

Visitamos Namibia, empezando por el Cañón del Río Fish. Seguimos por las dunas más grandes del mundo en la ciudad Fantasma de Kolmanskop. También convivimos con los himbas, en una de sus aldeas apartadas.


12. El hombre entre las bestias



Nos dirigimos a Livingston desde el P.N.Etosha, para luego acercarnos a la fauna espectacular en el Bajo Zambeze. En Tanzania, los masai nos enseñan a sobrevivir en la precariedad, junto al Kilimanjaro o al cráter del Ngorongoro.



13. Siguiendo la estela del Nilo

Seguimos la estela del Nilo Azul, donde visitamos los templos ortodoxos y Gondar. Llegamos a las pirámides de Giza, y a los templos de Karnak. Bordeamos el mediterráneo hasta llegar a casa.

martes, 3 de diciembre de 2013

Comida (18) El Comidista y los alimentos con poder


Recogemos en nuestro blog un artículo de Mikel López Iturriaga en su blog El Comidista de El País sobre su estancia en Burkina-Fasso visitando a los pequeños agricultores locales y promocionando la campaña para la campaña Alimentos con poder de Oxfam Intermón. No se lo pierdan y anímense a participar.

En busca de los alimentos con poder

Por: Mikel López Iturriaga | 07 de noviembre de 2013


Bueno, pues ya has llegado a Burkina Faso. Ouagadougu es una ciudad casi tan fea como difícil de pronunciar. Tu habitación de hotel equivale a la de una pensión cutre española, aunque seguramente es de lo mejor que ofrece esta desvencijada capital. El baño te da un poco de miedo: los has visto mejor mantenidos en casas de asesinos de películas de terror. Y tus amigos los mosquitos anofeles te están esperando ahí afuera para darte un besito de buenas noches y contagiarte la malaria. ¿Quién coño te mandaría venir? Eso me decía mi yo europeo de clase media en las primeras horas que pasé en el África tropical. Por suerte, allí estaba también mi yo concienciado para replicarle: has venido a hacer algo bueno para gente que lo necesita, así que deja de pensar como un occidental malcriado. Compórtate como un hombre. Adáptate como si fueras un aventurero. Y sobre todo, barnízate de repelente contra los insectos.

Cosas que puedes hacer si has comido: educarte y curarte. / Ainhoa Gomá

Situado en el interior oeste del continente -sí, yo también tuve que mirar en Wikipedia-, y sin apenas recursos naturales, Burkina Faso no es precisamente Suiza. Tiene 17 millones de habitantes, el 86% de su población activa trabaja en el campo y la mitad de ella vive en condiciones cercanas a la miseria. Mi misión en el cuarto país menos rico del planeta era la de protagonizar un vídeo para la campaña Alimentos con poder de Oxfam Intermón, una organización no gubernamental de cooperación para desarrollo y lucha contra la pobreza a cuya filosofía siempre me he sentido muy cercano. No sé si muy sensatamente, pensaron que yo, como periodista/bloguero gastronómico medio famosillo, era la persona adecuada para ver y después contar que un puñado de arroz puede enseñar a leer, una mazorca de maíz puede prevenir el cólera y un mango puede luchar por los derechos de las mujeres.

Ella sí se aprendió los homónimos. / AINHOA GOMÀ

Me explico: no se trataba de asistir a ritos de magia ancestral africana ni de ponernos a hacer vudú con cuatro patatas. En nuestro mundo, llamamos “hambre” a sentir el estómago vacío y, como mucho, cierta debilidad pasajera. Pero el hambre con mayúsculas tiene otros efectos más devastadores. No te permite hacer nada. Ni educarte, ni trabajar, ni sobreponerte a las enfermedades, ni luchar por tus legítimos derechos, ni prosperar por mucho que te esfuerces. El hambre es un callejón sin salida, un no future más grande que el del punk. Por ello el arroz, la cebolla, el maíz y otros alimentos tienen el poder de permitirte llevar a cabo todas esas actividades que en nuestro opulento universo se dan por sentadas.

A la mañana siguiente a mi llegada, fuimos en coche hacia la central de la ONG en Ouagadougou a través de sus enormes e inhóspitas avenidas, que imaginé como unos Campos Elíseos en los que los nobles palacios decimonónicos hubieran sido sustituidos por desastrados edificios oficiales setenteros aislados entre chabolas. El director de Oxfam en Burkina, Omer Kabore, nos habló allí de sus proyectos más importantes, entre ellos, uno especialmente significativo: el de la transformación del mango

En el pasado, el excedente de esta fruta, muy abundante en su temporada, se pudría en muchos lugares. Pasada esta época, llegaban la escasez y la malnutrición. Con el apoyo de la ONG, una asociación local llamada Wouol creó varios centros para secarlo, y así poder venderlo en otros meses del año a un precio más elevado que el que obtendrían en la época de recogida. Hoy, 1.300 personas, la mayoría mujeres, trabajan en estas factorías, que exportan un excelente -y confirmo que adictivo- mango seco con certificación ecológica a Alemania. Cuando la producción de esta fruta se acaba, las mujeres emplean los meses restantes hasta la siguiente recogida transformando anacardo. Una tarea tan ímproba como minuciosa, pero con la que obtienen ganancias que les permiten vivir dignamente durante todo el año. “Es un ejemplo de éxito”, asegura Kabore. “Una referencia de desarrollo para todo el país”.

Oxfam también promueve iniciativas de producción de arroz y maíz, pero para verlas en acción hay que darse un pequeño paseo de seis horas en coche hacia el suroeste, por una carretera “internacional” -va de Mali a Costa de Marfil- que equivaldría a una comarcal española. En obras. El paisaje, verde y frondoso en el final de la estación lluviosa, pero tan llano y monótono como un disco de Jarabe de Palo, no distrae demasiado. Llegar a Bobo, la segunda ciudad del país, supuso un alivio, y más al comprobar que es más humana que Ouagadougou: aquí las calles son estrechas, hay tiendas, tienen un mercado de comida interesante y una mezquita antigua imponente.

Pero no estábamos allí para hacer turismo. Al día siguiente nos fuimos derechos a una escuela de Bama, un pueblo a unos 20 kilómetros. La visita fue una de esas experiencias que no se te olvida en la vida. En un aula bastante humilde pero digna, asistí a una clase de lengua francesa impartida a unos 70 niños cuya disciplina y entusiasmo participativo ya quisieran muchos profesores españoles. Me sentí un poco Angelina Jolie en Camboya o, en el peor de los casos, Tamara Falcó en Mozambique, pero grabar parte del vídeo aquí tuvo su sentido: estos críos pueden aprender algo porque han comido. Si no, no tendrían la energía suficiente para adquirir ninguna clase de conocimiento, y por eso la campaña dice que el arroz tiene el poder de enseñar. A pesar de que yo desayuné bien, no me entró la lección de los homónimos: debe de ser que no tengo ni idea de francés.

Algunas personas del Primer Mundo piensan que las ayudas a la cooperación con los países pobres son dinero tirado a la basura. “Por qué vamos a dar a otros si aquí lo necesitamos tanto”, claman. Si pudiera, yo les invitaría a viajar a Bama y visitar el centro de la Unión Nacional de Transformadoras de Arroz (Uneriz), una cooperativa creada con el apoyo de Oxfam Intermón. Allí podrían ver cómo un dinero concedido por la Junta de Andalucía para comprar equipamientos ha cambiado la vida de muchos seres humanos que hasta hace poco pasaban hambre.

630 personas trabajan en la transformación del arroz usando las instalaciones, dentro de una red de centros que emplea a más de 2.000 mujeres en todo Burkina. Lo precuecen con vapor y luego lo secan al sol, con lo que el cereal aumenta su precio y también su valor nutricional al difundirse las vitaminas del grupo B en el interior del grano. El trabajo es duro, ya que se hace con técnicas muy manuales y maquinaria rudimentaria. Las tinajas de arroz en las que se vaporiza el arroz emiten un calor y un humo que marea, al menos a un europeo blandengue poco acostumbrado a los padecimientos como yo. Las mujeres, muchas de ellas cargadas con niños pequeños a la espalda, arrastran sacos de 50 kilos de arroz. Pero tienen algo de lo que muchas de sus compatriotas carecen: un medio de subsistencia estable. De ganar unos 45 euros al mes en 2009 han pasado a 75. Cifras que suenan ridículas en Europa, pero que en Burkina suponen salir de la pobreza.

Trabajar duro. Y salir del hoyo. / AINHOA GOMÀ

Mi tercera jornada en Burkina amaneció, ¡sorpresa!, con un calor que te mueres. Sol abrasador. El tiempo perfecto para ir a ver a los cultivadores en los campos de arroz y socarrarse el cogote. Aun así, la experiencia valió la pena. Un agricultor me dejó su cuchillo, me agaché, probé a cortar unas cuantas ramas del cereal y me deslomé en unos tres minutos. El paisaje era de una belleza imponente, pero no quiero pensar lo que tiene que ser trabajar aquí, con tus pies hundiéndose en un limo grisáceo, tus riñones al jerez por la postura y unos cinco millones de mosquitos bailando la conga a tu alrededor.

Aunque las tierras burkinesas poseen un gran potencial para producir arroz, el producto local sólo cubre el 25% de la demanda. La inmensa mayoría de las explotaciones son pequeñas (de tres a seis hectáreas) y pertenecen a familias como la de La gran familia (11 miembros de media) en las que los hombres practican la poligamia. Oxfam busca incrementar la productividad con semillas mejoradas y abonos sostenibles que no empobrezcan el suelo. Y, como en el caso de las mujeres transformadoras, trata de propagar un mensaje entre los cultivadores: si se unen, tendrán más fuerza para negociar mejores condiciones de venta e influir en las políticas agrícolas.

El arroz es el cuarto cereal con mayor producción en el país, después del sorgo, el mijo y el maíz. A éste último dedicamos el último y quizá más emocionante día en la zona. El esquema de acción de la ONG se repite: a través de una organización local (FEBAP), apoyan a los hombres cultivadores y a sus mujeres transformadoras para que obtengan un mayor rendimiento de su trabajo. La diferencia es que, en la aldea que visitamos, nos dieron a probar los platos que hacen con los derivados del maíz. 

De vuelta a Ouagadougou para coger el vuelo a París nos quedaba una parada en un poblado cerca de la carretera en la que vimos la cara al hambre: niños con la tripa hinchada, mujeres tiradas en el suelo, miradas serias y sensación de subdesarrollo extremo. Pero en ese momento, gracias a la acción de Oxfam y de las personas que la apoyan, estábamos en un lugar donde la gente parecía razonablemente contenta.


Pastuflis, cuscús y pelotillas maravillosas que hacen con maíz. / Ainhoa Gomá


Mientras los hombres, para variar, se tocaban los pies, las mujeres prepararon un montón de platos diferentes con derivados del maíz -harina, grano tierno, cuscús- elaborados por ellas mismas. Algunos, como una versión aún más compacta de la polenta, resultaban un poco duros; otros, como unas bolitas de maíz y verdura con salsa de tomate y manteca de karité, eran una verdadera delicia. Viéndome catarlos y zamparme los que más me gustan, esta gente se desorinaba de la risa. Por fin me sentí en mi salsa: no sé si funcionaré como protagonista de una campaña para recaudar fondos, pero como bufón gastronómico, triunfé.

sábado, 30 de noviembre de 2013

Periodista (25) Tim Hetherington, un fotógrafo en la línea de fuego


El 20 de abril de 2011, poco después de estrenar "Restrepo", documental nominado a los Oscar sobre un grupo de soldados estadounidenses que combaten en el valle más peligroso de Afganistán, (y que ya publicamos en este blog) su codirector, el fotoperiodista británico Tim Hetherington, murió en la calle Tripoli de la ciudad libia de Misrata (junto al también periodista Chris Hondros y varios libios más), donde se encontraba cubriendo el conflicto en primera línea de fuego. "Tim Hetherington. Un fotógrafo en la línea de fuego" (subido a la red por el gran Bizzentte) es un homenaje del periodista Sebastian Junger -el otro codirector de "Restrepo"- a su amigo fallecido y a su trabajo en los campos de batalla de medio mundo, que le convirtió en un referente de su profesión. El documental, producido por HBO, no sólo revela su singular talento y el increíble ser humano que era Hetherington, quien empatizaba y se comprometía con las historias de la gente a quien fotografiaba, sino que también muestra los enormes riesgos que corren los periodistas de guerra, que a menudo dejan su vida en las zonas en conflicto.

viernes, 29 de noviembre de 2013

Extinción (32) El rapto del olivo milenario

Pobres ancianos secuestrados en jardines

La Crónica Verde - 29 noviembre 2013

La historia es real. Un artista se enamoró de un árbol y quiso inmortalizarlo en una pintura única. Era un olivo del Maestrazgo, en Castellón, al que le calculaban 1.300 años. Por ponerle una cifra, pues resulta imposible conocer su edad exacta. Todas las tardes el pintor acudía al olivar buscando esa luz única incidiendo en la corteza retorcida del coloso, que dibujaba con primor de escolar. Pero al llegar un día el gigante había desaparecido. ¿Se habría confundido de lugar? El agujero abierto en la tierra le confirmó su peor presentimiento. Lo habían vendido por un puñado de euros, para desolación del artista y de los muchos vecinos y forasteros que lo admiraban. Un triste cuadro sin terminar fue su último recuerdo.



En la Comunidad Valenciana todos estos árboles grandiosos están protegidos desde 2006. Pero no los que se llevaron antes en camiones a golpe de cheque, la mayoría muertos durante el transporte, abandonados en viveros, languideciendo en rotondas, campos de golf, urbanizaciones; la minoría en jardines donde se coleccionan como un lujo más, los últimos testigos vivos de la historia dando sombra a la piscina.

Uno de ellos, quizá el del cuadro inacabado, se ha hecho famoso. Forma parte de la caprichosa colección de olivos centenarios del banquero Emilio Botín. 475 vetustos ejemplares expoliados a mayor gloria del mercado financiero. Bautizado “Santander”, al menos ha servido para algo más que el adorno. De él se ha extraído la primera secuenciación completa del ADN de la especie.

Gracias a sus añejos genes podremos mejorar la futura producción olivarera. Pero nunca lograremos que el viejo árbol vuelva a disfrutar de esas puestas de sol mediterráneas, auténticamente sublimes en estos días de finales de otoño. Ni que nosotros las disfrutemos a su sombra.


Foto superior: Ejemplar secuenciado en el proyecto del CSIC. ©Banco Santander/CSIC

Foto inferior: Olivo Domiciano, nacido en el Maestrazgo (Castellón) hace casi 2000 años y que fue subastado en Francia por 64.000 euros como “escultura viva del Imperio romano“. Las subastas de estos ejemplares únicos que deberían estar protegidos y ser atractivos turísticos de la comarca siguen dando fabulosos beneficios a los intermediarios de tan vergonzoso comercio.

jueves, 28 de noviembre de 2013

Corrupción y Fraude (13) El impostor

Fascinante documental con formas cinematográficas sobre el engaño y el autoengaño, sobre la identidad y la falsa identidad, la necesidad de cerrar heridas y encontrar un sitio en el mundo, hecho con pocos recursos e impecable resultado. 

En junio de 1994, Nicholas Barclay, un niño tejano de 13 años, desapareció sin dejar rastro. Tres años después, se reciben noticias sorprendentes sobre el caso: el chico ha sido hallado en España y afirma que ha sido torturado por sus secuestradores. Tras la inicial alegría de la familia al recuperarlo, se plantea un problema inexplicable: ¿cómo es posible que el hijo rubio de los Barclay sea ahora moreno?

"'The Imposter' es evasiva, manipuladora, inestable (...) También es uno de los documentales más entretenidos desde 'Exit Throught the Gift Shop', igualmente obesionada con el juego de roles y el engaño" Jeannette Catsoulis: The New York Times
"Aquel viejo refrán sobre la realidad más extraña que la ficción se queda corto cuando se aplica al fascinante documental de Bart Layton"
David Rooney: The Hollywood Reporter
'El Impostor' hace un hábil trabajo de su astuto tema, utilizando recreaciones muy evocadoras y duras entrevistas de descubrimiento del alma para explorar un alucinante caso de identidad falsa "
Peter Debruge: Variety
"Una película que ofrece duras especulaciones y verdades aún más duras. No vas a ser capaz de sacártela de la cabeza (...)
Peter Travers: Rolling Stone
"Es como un choque de trenes que crees que ves venir, pero no importa cuán preparado estés su naturaleza y su alcance del daño te abrumarán"
Kenneth Turan: Los Angeles Times
"Bendecido con una historia improbable-pero-cierta que funciona irónicamente en muchos niveles, este inteligente documental verbaliza más elementos sobre el complejo carácter americano (...) que todo un estante de películas de ficción (...)
Joshua Rothkopf: Time Out
"Un relato fascinante que no proporciona herramientas al espectador para desentrañar el enigma"
Jordi Costa: Diario El País
"La historia es tan apasionante e inescrutable que se le perdonan a Layton los deslices estéticos hacia la televisión de usar y tirar"
Sergi Sánchez: Diario La Razón
"Una lección narrativa, de cómo utilizar los recursos cinematográficos de la no ficción, para construir un artefacto de terrorífica eficacia"
Jesús Palacios: Fotogramas

martes, 26 de noviembre de 2013

Infancia (20) El triste destino de los niños indígenas

El pasado 20 de noviembre se celebraba el Día Internacional de la Infancia y bueno, aunque no pudimos publicar este post en esa fecha oficial, es evidente que eso es lo de menos cuando se trata de recordar a algunos de los niños más desvalidos y menos tenidos en cuenta por nuestras sociedades depredadoras, los niños de los pueblos indígenas, cuyos pueblos han sido acosados y arrancados del modo de vida ancestral que les ha permitido vivir durante siglos en su medio natural, de forma digna y de acuerdo a sus usos y costumbres tradicionales. Es por ello que hemos incorporado a nuestra web un reportaje de Survival International sobre ellos, los pequeños indígenas que aún sobreviven en el mundo y deberían ser el futuro de sus pueblos y que cada vez más son abocados a un destino desdichado, de drogas, desarraigo y alienación, que en demasiadas ocasiones les lleva a terminar con su vida.


Los niños indígenas abocados al suicidio y la adicción

Con motivo del Día Internacional de la Infancia, que se celebra el 20 de noviembre, una nueva fotogalería de Survival International destaca los alarmantes niveles de suicidio y el desmoronamiento social entre los niños y las niñas indígenas cuyas tierras les han sido arrebatadas. Desde la selva húmeda de la Amazonia hasta la tundra siberiana, los niños indígenas son los herederos de las lenguas, formas de vida y el conocimiento ambiental únicos de sus pueblos. Sin embargo, a lo largo de siglos estas tierras han sido taladas, minadas y quemadas y a los indígenas de estos territorios rara vez se los consulta, y con frecuencia se los expulsa. A menudo la pérdida y la destrucción de sus tierras se encuentran en la raíz del sufrimiento de los niños. La mortalidad infantil, la adicción y el suicidio juveniles (así como enfermedades crónicas y una esperanza de vida reducida), son algunas de las consecuencias de intentar asimilar forzosamente a los pueblos indígenas y sus hijos en las culturas dominantes.

Survival revela nuevas cifras impactantes que muestran que la diabetes tipo 2 afecta a niños innus del noreste de Canadá. El estilo de vida de los innus era el propio de los cazadores nómadas, pero desde que se los presionó para instalarse en asentamientos fijos a mediados del siglo XX, las tasas de suicidio, adicción y diabetes se han disparado. Nuevos hallazgos también muestran que el exceso de caza en la selva de los pigmeos bakas, en la cuenca del Congo, ha traído como consecuencia deficiencias proteínicas entre sus niños. También señalan que en la República del Congo los comerciantes contratan a niños pigmeos para limpiar letrinas a cambio de pegamento para inhalar. 

La galería de Survival explora cómo las niñas de la tribu más amenazada de la Tierra, los awás de Brasil (uno de los últimos pueblos indígenas nómadas del país) aprenden a recolectar bayas para hacer jugo de açaí desde una edad temprana, y cómo los jóvenes bosquimanos en el sur de África aprendían a cazar con arcos y flechas de juguete. Pero la supervivencia de la tribu está en riesgo ya que su selva está siendo talada más rápido que cualquier otra zona indígena en Brasil, abocando a los awás al borde de la extinción; también los bosquimanos están siendo empujados fuera de su tierra ancestral por el Gobierno de Botsuana.

El director de Survival, Stephen Corry, dijo hoy: “Mientras celebramos la extraordinaria diversidad de la vida tribal en el Día Internacional de la Infancia, no debemos olvidar que su sola existencia está bajo amenaza. A menos que los gobiernos protejan los derechos de los pueblos indígenas a su tierra y autodeterminación, sus hijos se enfrentan un futuro incierto y desalentador”.


La mayoría de los pueblos indígenas tienen una visión extensa de la vida: toman en cuenta en sus decisiones diarias la salud futura del ambiente y el bienestar de las generaciones sucesivas. Si pretendemos que las vidas de los niños indígenas de hoy sean incorruptibles por la opresión, la explotación y el racismo, los gobiernos y empresas que actualmente violan sus derechos deben adoptar un marco de pensamiento igualmente sustentable y ver más allá de las ganancias políticas y comerciales inmediatas.

La problemática de los pueblos indígenas se está impulsando cada vez más en esferas políticas y culturales. Pero aún siguen siendo vulnerables, en buena parte porque sus tierras aún son codiciadas. Su necesidad urgente es que personas de todo el mundo se unan al movimiento de Survival y ayuden en su incansable lucha para que estos sean vistos como iguales. Un mundo en el que los niños indígenas sean libres de vivir junto a sus familias en sus propias tierras del modo que elijan es su prerrogativa. Para lograrlo hay que partir del reconocimiento de dos derechos humanos fundamentales: el derecho al territorio y a la autodeterminación.

No estamos aquí por nosotros. Estamos aquí por nuestros hijos y los hijos de nuestros nietos.
Bosquimano de Botsuana.


Awás (Brasil)

En la frondosa selva de la Amazonia brasileña, se enseña a sobrevivir desde temprana edad a los hijos de los indígenas awás. Los niños juegan con arcos y flechas en miniatura para aprender las habilidades de un cazador exitoso. Las niñas aprenden cómo recolectar frutas y hacer jugo de açaí. Todos los niños desarrollan un conocimiento enciclopédico de la selva que los rodea.


Este conocimiento, sin embargo, está en peligro. La selva de los awás está desapareciendo a una velocidad más rápida que cualquier otra zona indígena en Brasil: cerca del 30% de una reserva awá legalmente protegida ya ha sido talada por los madereros y ganaderos. "Los foráneos están viniendo y es como si nuestra selva estuviera siendo engullida", dijo Takia, un hombre awá. Los awás no contactados y sus hijos son particularmente vulnerables a las fuerzas externas: un resfriado común podría matar a toda una comunidad ya que los indígenas aislados tienen poca resistencia frente a las enfermedades que vienen de fuera.

Guaraníes (Brasil)

Se cree que los guaraníes de Brasil fueron uno de los primeros pueblos en ser contactados después de que los europeos llegaran a Sudamérica. Una vez habitaron una extensión de bosques y llanuras en Brasil de casi unos 350.000 kilómetros cuadrados. Hoy en día, tras haber perdido la mayoría de su territorio, viven hacinados en pequeñas parcelas de tierra y rodeados de ganaderos y vastos campos de soja y caña de azúcar. Algunos no tienen ninguna tierra y viven en campamentos junto a los bordes de las carreteras.

En los últimos 30 años más de 625 indígenas guaraníes se han suicidado. La mayoría de las víctimas tienen entre 15 y 29 años de edad, pero la víctima más joven de la que se tiene registro tenía solo 9 años.

"Los guaraníes se están suicidando porque no tenemos tierra", dijo un hombre guaraní. "Antes éramos libres; ahora ya no somos libres. Por eso nuestros jóvenes miran a su alrededor y piensan que no queda nada. Se sientan y piensan, olvidan, se pierden y al final se suicidan."


Bosquimanos (Botswana)

Crecí cazador, dijo Roy Sesana. No puedo leer libros, pero sé cómo leer la tierra y los animales. Todos nuestros niños lo saben. Los bosquimanos son los habitantes originarios del sur de África. Por miles de años han desarrollado prácticas de caza que les han permitido satisfacer las necesidades de la comunidad sin destruir el entorno local.

A los niños pequeños se les daban arcos y flechas de juguete para cazar ratas y pequeños pájaros y se les enseñaba a matar liebres saltadoras o a hacer mantas con las pieles de gacelas oryx. Las niñas, desde una edad tan temprana como los 5 años, ayudaban a sus madres a recolectar plantas, bayas y tubérculos. Niños y niñas aprendían a ser tanto humildes como valientes y se les enseñaba que la generosidad era admirable y el egoísmo algo a rechazar.


Hoy en día, sin embargo, tras las expulsiones forzosas de sus terrenos de caza en la Reserva de Caza del Kalahari Central (CKGR según sus siglas en inglés), muchos niños bosquimanos viven en miserables campos de reasentamiento a los que llaman “campos de la muerte”, en los que prolifera el SIDA y donde una vida privada de la caza y de rituales tradicionales arraigados en el tiempo fomenta la depresión y el alcoholismo.

Los hijos de los bosquimanos solo pueden entrar libremente a la reserva hasta los 16 años de edad. Después, tal y como le sucede al resto, solo se les admite con permisos de un mes de duración. En septiembre de 2013 Survival International lanzó un boicot turístico a Botsuana por los continuos intentos de forzar a los bosquimanos a salir de su tierra ancestral en la Reserva de Caza del Kalahari Central, mientras promueve la reserva como un destino turístico y utiliza imágenes de los bosquimanos y de sus hijos en su material promocional. A menos que a todos los bosquimanos se les permita regresar sin impedimentos a sus tierras ancestrales, sus hijos no heredarán las formas de vida únicas de sus bisabuelos sino una vida de dependencia, desesperación y enfermedad, dice Stephen Corry, director de Survival.


Yanomamis (Brasil)

Los niños yanomamis de la Amazonia brasileña aprenden a “leer” las huellas de los animales, utilizan la savia de las plantas como veneno y trepan por los árboles amarrando sus pies con lianas. "En aquellos días mi madre siempre me llevaba con ella a la selva para buscar cangrejos, peces con timbó o recolectar frutos silvestres", dice Davi Kopenawa, portavoz del pueblo yanomami. También solía ir con ella a los campos cuando necesitábamos cosechar yuca, plátanos o cortar leña. A veces, los cazadores también me llamaban de madrugada cuando iban a salir hacia la selva. Así es como crecí yo en la selva.

En los últimos años ha habido informes alarmantes de que las adolescentes y jóvenes yanomamis han sido víctimas de abuso sexual por soldados del ejército brasileño. Tras haber sido engatusadas con regalos de comida y alcohol, el abuso sexual ha derivado en embarazos no deseados y enfermedades de transmisión sexual como la gonorrea y la sífilis. Cuando el ejército llegó, empezaron a molestar a los indígenas, dijo Davi Kopenawa. Pidieron a las mujeres que durmieran con ellos y les dieron comida de arroz y harina. Ellos usaban a nuestras indígenas. Ahora están enfermas. Los soldados les han transmitido enfermedades.; las mujeres están enfermas de gonorrea y sífilis.

Pigmeos (Congo)

En la cuenca del Congo una madre “pigmea” lleva consigo a su bebé mientras recolecta plantas silvestres y nueces en la selva. Por décadas los pigmeos han sido víctimas del despojo de sus tierras en el nombre de la conservación y también han sufrido de las consecuencias de la minería, la tala de madera y la producción de aceite de palma. Actualmente hay planes para explotar hierro y otros minerales en la región fronteriza entre Camerún y el Congo. Esto traerá la irrupción de un ferrocarril y una gran afluencia de obreros que destruirán de los medios de vida de miles de pigmeos bakas.

La salud de muchos bakas, mbendjeles y otros niños pigmeos de muchas regiones ha sufrido distintos problemas tras la sedentarización, debido a una nutrición deficiente, por ejemplo, y a la alta incidencia de enfermedades contagiosas. Cazar en la selva húmeda de África Central se está volviendo cada vez más difícil debido al exceso de caza (como consecuencia de la demanda de carne de animales salvajes en los campamentos madereros y en ciudades de toda la región) y a la confiscación por parte de las autoridades de carne de animales salvajes cazados legalmente en muchos de los parques nacionales de la zona.

En la República del Congo algunos niños pigmeos mbendjeles también están siendo empleados por inmigrantes comerciantes para limpiar letrinas. A menudo su único pago consiste en pegamento para inhalar.

Innus (Canadá)



El noreste de Canadá es una explanada subártica de tundra, lagos y bosques. Hasta la segunda mitad del siglo XX, los innus vivieron aquí como cazadores nómadas que dependían principalmente del pastoreo de caribúes que migraban a través de su tierra cada primavera y otoño.

Sin embargo, durante las décadas de 1950 y 1960, los innus fueron presionados por el Gobierno canadiense y la Iglesia católica para establecerse en comunidades fijas. El despojo del lugar que ellos llaman “Nitassinan” condujo al desempleo, a problemas crónicos de salud como la diabetes y a niveles alarmantes de suicidio e inhalación de gasolina entre los niños innus.

Al preguntar a los jóvenes innus cómo se sienten al crecer en los asentamientos, responden una y otra vez: nos hace avergonzarnos de ser innus.

(La imagen muestra al niño innu Davis Inlet, en Canadá)

La inhalación de pegamento también es un problema serio entre niños y adolescentes innus; la obesidad y la diabetes están igualmente generalizadas. Los niños y jóvenes innus de entre 10 y 18 años están siendo diagnosticados de diabetes tipo 2, una enfermedad occidental que solo se desarrolló luego de que los innus fueran presionados para establecerse en comunidades fijas. La diabetes tipo 2 fue en su momento un factor de riesgo extendido entre personas mayores de 40 años. Ahora muchos jóvenes innus son diagnosticados a comienzos de la veintena. Los expertos médicos consideran que los jóvenes con diabetes tipo 2 tienen el doble de riesgo de morir en comparación con quienes padecen diabetes tipo 1, y en menor tiempo.


Yo recuerdo que, cuando era niño, hace unos quince años, aquí no había diabetes ni cáncer. "Nuestros abuelos cazaban y se alimentaban de forma saludable con los productos de la tierra", explica Michel Andrew, un hombre innu de Sheshatshiu. La diabetes ha alcanzado proporciones de epidemia en las comunidades indígenas y pone su misma existencia en riesgo.



Penanes (Malasia)

Los penanes, del estado malasio de Sarawak, llevan bloqueando la presa de Murum desde septiembre, pidiendo mejor compensación y más tierras. La presa inundará el hogar tradicional en la selva de las tribus penanes y kenyahs.

En noviembre de 2013 ocho penanes, incluido un niño de unos 13 años, fueron arrestados en el emplazamiento de la presa y llevados en custodia por la policía. Otros dos penanes, incluido un niño con cerca de 16 años, fueron detenidos cuando intentaban visitar a sus familiares en la estación de policía.







Chakmas y Jummas (Bangladesh)

© David Brunetti / davidbrunetti.com/

Una madre chakma en Bangladesh coloca a su hijo recién nacido en un cesto tradicional llamado dhulon, y le canta nanas o canciones de cuna conocidas como olee daagaanaa.

Desde que Bangladesh se independizó de Pakistán en 1971, el pueblo indígena jumma de las Chittagong Hill Tracts, en la montañosa región sureste, ha soportado algunas de las peores violaciones de derechos humanos en Asia.

Amables, compasivos y tolerantes con otras religiones, los jummas se diferencian étnica y lingüísticamente de la mayoría bengalí. Hoy en día, los jummas también son uno de los pueblos indígenas más perseguidos. La brutalidad sexual ejercida contra las niñas y mujeres jummas es abrumadoramente alta. La violación a menudo presenta un subregistro debido al estigma social. Desde los inicios de 2013 ha habido al menos once casos registrados de violencia sexual cometidos por colonos bengalíes contra niñas jummas. De ellos, siete incluyen a niñas de menos de 16 años.

Se ha hecho poco para perseguir a los perpetradores de estos crímenes, dice Sophie Grig de Survival International. Esto deja a las mujeres y niñas jummas en una posición altamente vulnerable mientras sus atacantes actúan con impunidad.