domingo, 29 de diciembre de 2013

Animales (33) Animales descubiertos durante el 2013

Animales descubiertos durante el 2013

Cada año algunas especies del mundo se extinguen, pero también se descubren algunas otras.

Ecoticias.com 02/01/2014





Aunque lamentablemente cada año algunas especies del mundo se extinguen, también se descubren algunas otras. Aquí le contamos sobre especies animales, entre mamíferos, peces y aves, que fueron descubiertas este 20013.


Una de los animales descubiertos es el Bassaricyon neblina o Olinguito, una especie que parece el cruce entre un gato y un oso. Es el primer carnívoro descubierto en el hemisferio occidental en los últimos 35 años. Habita en Colombia y Ecuador.









Leopardus guttulus. Antes los científicos creían que existe solo una especie de tigrinas (leopardus tigrinus), leopardos con el tamaño de un gato. Sin embargo, mediante pruebas de ADN con marcadores moleculares, los investigadores concluyeron que hay dos especies diferentes en el sur y en el norte de Brasil, y bautizaron a la nueva especie como leopardus guttulus.
















Coendou baturitensis, puercoespín de Baturité. Este adorable animal es una nueva especie del generó coendú, puercoespines americanos de cola larga, roedores herbívoros nocturnos. Se cree que esta especie vive solo en la región de Baturité, en el estado brasileño de Ceara.





Trol. “No puedo decir la familia de esta especie con certeza”, dijo sobre este insecto con aspecto de ‘trol’ y ‘melena’ Trond Larsen, científico de la Universidad de Princeton que lo descubrió en los bosques de Surinam. Se cree que esta criatura es la ninfa (insecto inmaduro) de alguna especie de fulgoromorfos, infraorden de insectos hemípteros: Dictyopharidae, Nogodinidae, Lophopidae o Tropiduchidae. La ‘melena’ de 7 milímetros es de cera y en realidad no crece en la cabeza, sino en el abdomen. Los científicos suponen que podría servir para asustar a los depredadores.










Strix omanensis o búho de Omán. Aunque los búhos no son aves raras, en este caso se trata de una especie separada y además la única típica exclusivamente para Omán, y la primera especie de ave descubierta en este país en más de 70 años. Los científicos intuyeron que es una especie separada al escuchar su canto antes de observar el animal.








Pogonophryne neyelovi. Este tipo de pez, que tiene un tamaño de unos 30 centímetros, vive en la profundidad de las aguas del Antártico. Su cuerpo color café y manchado tiene una forma similar a la de un renacuajo. Una afilada y negra espina dorsal se extiende a lo largo de su cuerpo. Actualmente, no se sabe mucho acerca de su comportamiento o alimentación.











Cardiocondyla pirata, hormiga pirata. Esta subespecie de hormiga, que vive en las islas Filipinas, recibió su nombre por la banda oscura que tiene en los ojos, que se asemeja al parche de un pirata. Solo las hembras tienen este ‘parche’.

sábado, 14 de diciembre de 2013

Animales (32) Wounda regresa a casa





Gran Jane Goodall, otro de nuestros seres humanos favoritos. Aquí despidiéndose de una amiga a la que devuelven, al final de su vida, al hogar que le fue arrebatado. 

La difícil labor de rescate y rehabilitación de chimpancés por parte del equipo del Instituto Jane Goodall en la República del Congo brinda a veces el mejor de los premios para todos: poder reintroducir un chimpancé en una selva protegida, devolviéndole la oportunidad que nuestra propia especie le había quitado.

viernes, 6 de diciembre de 2013

Amor (13) Los enamoramientos

No hay emoción humana más evocada en la historia de la música que el amor, así que hemos decidido recrear en cinco listas de reproducción las distintas etapas del amor romántico (al aspecto puramente sexual del amor ya le dedicamos nuestra lista Fuck me). Comenzamos con veinte miradas musicales a las primeras fases del amor, los deslumbramientos iniciales, la dopamina desbocada en el cerebro de los amantes, la entrega incondicional a la mirada de ese fascinante ser que arrebata tu pensamiento. La segunda la dedicaremos a la consolidación de la relación de pareja, los primeros desencuentros en la siempre difícil convivencia y la tercera al final del amor, las rupturas y el desamor, ese reverso tenebroso. En fin, con nuestra lista -con otra de las magníficas portadas del gran Javipellena de músicos talentosos celebrando el amor en clave de folk, rock, pop o electrónica, les dejamos. Only for lovers.



Music kills me (XI) Los enamoramientos

Tracklist:

1 - You're so cool (Hans Zimmer - True Romance O.S.T.)
2 - Parlami d'amore Mariu (Achille Togliani)
3 - Everybody knows (Except you) (The Divine Comedy)
4 - A girl like you (Edwyn Collins)
5 - Baby I love you (The Ramones)
6 - Here comes your man (Pixies)
7 - I want you (Bob Dylan)
8 - New lover (Josh Ritter)
9 - A man is in love (The Waterboys)
10 - In love with a friend (Deep Dish)
11 - Playground love (feat. Gordon Tracks) (Air)
12 - Mad About You (Hooverphonic)
13 - I'm in love (Moby)
14 - Angel (Massive Attack)
15 - Angels (The xx)
16 - Melodies and Desires (Lykke Li)
17 - Lovesong (The Cure cover) (Mariee Sioux)
18 - I'm your man (live) (Leonard Cohen)
19 - Corazón (Clyde)
20 - There is a light that never goes out (The Smiths)

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Viajes y Migraciones (9) Un mundo aparte -capítulos 7 al 13-

“13 etnias apartadas, 13 contextos diferentes, 13 capítulos. Un solo viaje.” Y tres amigos, tres tipos conscientes de tener, al menos durante dos años, el mejor trabajo del mundo. Acá van el resto de capítulos de la serie documental "Un mundo aparte". Disfrútenlos.

7. Laberinto Amazonas

Desde Cartagena de Indias hasta Canaima, para luego pasar al encuentro del Amazonas y el Río Negro donde tardamos tres días para llegar a las aldeas de los indios suruis.




8. El imperio de los hijos del Sol


Viajamos a las ruinas de Tiwanaku y al lago Titicaca, luego vamos a Perú para visitar Cuzco y Machu Picchu. Recorremos con una avioneta los desiertos de Chile y el paisaje del sur de Bolivia.



9. Herederos de los Andes

Abrimos la etapa argentina en las cataratas de Iguazú, luego seguimos por Buenos Aires y La Pampa. Navegamos entre témpanos de hielo y conocemos a los tehuelches, últimos indígenas al sur de América.



10. Los reinos olvidados de África

En Sudáfrica disfrutamos de los contrastes de las ciudades y la fauna salvaje. Viajamos a Kimberley, la ciudad de los diamantes y los reinos de Suazilandia y Lesoto, que nos enseñan el valor de la supervivencia.



11. Más allá de los desiertos

Visitamos Namibia, empezando por el Cañón del Río Fish. Seguimos por las dunas más grandes del mundo en la ciudad Fantasma de Kolmanskop. También convivimos con los himbas, en una de sus aldeas apartadas.


12. El hombre entre las bestias



Nos dirigimos a Livingston desde el P.N.Etosha, para luego acercarnos a la fauna espectacular en el Bajo Zambeze. En Tanzania, los masai nos enseñan a sobrevivir en la precariedad, junto al Kilimanjaro o al cráter del Ngorongoro.



13. Siguiendo la estela del Nilo

Seguimos la estela del Nilo Azul, donde visitamos los templos ortodoxos y Gondar. Llegamos a las pirámides de Giza, y a los templos de Karnak. Bordeamos el mediterráneo hasta llegar a casa.

martes, 3 de diciembre de 2013

Comida (18) El Comidista y los alimentos con poder


Recogemos en nuestro blog un artículo de Mikel López Iturriaga en su blog El Comidista de El País sobre su estancia en Burkina-Fasso visitando a los pequeños agricultores locales y promocionando la campaña para la campaña Alimentos con poder de Oxfam Intermón. No se lo pierdan y anímense a participar.

En busca de los alimentos con poder

Por: Mikel López Iturriaga | 07 de noviembre de 2013


Bueno, pues ya has llegado a Burkina Faso. Ouagadougu es una ciudad casi tan fea como difícil de pronunciar. Tu habitación de hotel equivale a la de una pensión cutre española, aunque seguramente es de lo mejor que ofrece esta desvencijada capital. El baño te da un poco de miedo: los has visto mejor mantenidos en casas de asesinos de películas de terror. Y tus amigos los mosquitos anofeles te están esperando ahí afuera para darte un besito de buenas noches y contagiarte la malaria. ¿Quién coño te mandaría venir? Eso me decía mi yo europeo de clase media en las primeras horas que pasé en el África tropical. Por suerte, allí estaba también mi yo concienciado para replicarle: has venido a hacer algo bueno para gente que lo necesita, así que deja de pensar como un occidental malcriado. Compórtate como un hombre. Adáptate como si fueras un aventurero. Y sobre todo, barnízate de repelente contra los insectos.

Cosas que puedes hacer si has comido: educarte y curarte. / Ainhoa Gomá

Situado en el interior oeste del continente -sí, yo también tuve que mirar en Wikipedia-, y sin apenas recursos naturales, Burkina Faso no es precisamente Suiza. Tiene 17 millones de habitantes, el 86% de su población activa trabaja en el campo y la mitad de ella vive en condiciones cercanas a la miseria. Mi misión en el cuarto país menos rico del planeta era la de protagonizar un vídeo para la campaña Alimentos con poder de Oxfam Intermón, una organización no gubernamental de cooperación para desarrollo y lucha contra la pobreza a cuya filosofía siempre me he sentido muy cercano. No sé si muy sensatamente, pensaron que yo, como periodista/bloguero gastronómico medio famosillo, era la persona adecuada para ver y después contar que un puñado de arroz puede enseñar a leer, una mazorca de maíz puede prevenir el cólera y un mango puede luchar por los derechos de las mujeres.

Ella sí se aprendió los homónimos. / AINHOA GOMÀ

Me explico: no se trataba de asistir a ritos de magia ancestral africana ni de ponernos a hacer vudú con cuatro patatas. En nuestro mundo, llamamos “hambre” a sentir el estómago vacío y, como mucho, cierta debilidad pasajera. Pero el hambre con mayúsculas tiene otros efectos más devastadores. No te permite hacer nada. Ni educarte, ni trabajar, ni sobreponerte a las enfermedades, ni luchar por tus legítimos derechos, ni prosperar por mucho que te esfuerces. El hambre es un callejón sin salida, un no future más grande que el del punk. Por ello el arroz, la cebolla, el maíz y otros alimentos tienen el poder de permitirte llevar a cabo todas esas actividades que en nuestro opulento universo se dan por sentadas.

A la mañana siguiente a mi llegada, fuimos en coche hacia la central de la ONG en Ouagadougou a través de sus enormes e inhóspitas avenidas, que imaginé como unos Campos Elíseos en los que los nobles palacios decimonónicos hubieran sido sustituidos por desastrados edificios oficiales setenteros aislados entre chabolas. El director de Oxfam en Burkina, Omer Kabore, nos habló allí de sus proyectos más importantes, entre ellos, uno especialmente significativo: el de la transformación del mango

En el pasado, el excedente de esta fruta, muy abundante en su temporada, se pudría en muchos lugares. Pasada esta época, llegaban la escasez y la malnutrición. Con el apoyo de la ONG, una asociación local llamada Wouol creó varios centros para secarlo, y así poder venderlo en otros meses del año a un precio más elevado que el que obtendrían en la época de recogida. Hoy, 1.300 personas, la mayoría mujeres, trabajan en estas factorías, que exportan un excelente -y confirmo que adictivo- mango seco con certificación ecológica a Alemania. Cuando la producción de esta fruta se acaba, las mujeres emplean los meses restantes hasta la siguiente recogida transformando anacardo. Una tarea tan ímproba como minuciosa, pero con la que obtienen ganancias que les permiten vivir dignamente durante todo el año. “Es un ejemplo de éxito”, asegura Kabore. “Una referencia de desarrollo para todo el país”.

Oxfam también promueve iniciativas de producción de arroz y maíz, pero para verlas en acción hay que darse un pequeño paseo de seis horas en coche hacia el suroeste, por una carretera “internacional” -va de Mali a Costa de Marfil- que equivaldría a una comarcal española. En obras. El paisaje, verde y frondoso en el final de la estación lluviosa, pero tan llano y monótono como un disco de Jarabe de Palo, no distrae demasiado. Llegar a Bobo, la segunda ciudad del país, supuso un alivio, y más al comprobar que es más humana que Ouagadougou: aquí las calles son estrechas, hay tiendas, tienen un mercado de comida interesante y una mezquita antigua imponente.

Pero no estábamos allí para hacer turismo. Al día siguiente nos fuimos derechos a una escuela de Bama, un pueblo a unos 20 kilómetros. La visita fue una de esas experiencias que no se te olvida en la vida. En un aula bastante humilde pero digna, asistí a una clase de lengua francesa impartida a unos 70 niños cuya disciplina y entusiasmo participativo ya quisieran muchos profesores españoles. Me sentí un poco Angelina Jolie en Camboya o, en el peor de los casos, Tamara Falcó en Mozambique, pero grabar parte del vídeo aquí tuvo su sentido: estos críos pueden aprender algo porque han comido. Si no, no tendrían la energía suficiente para adquirir ninguna clase de conocimiento, y por eso la campaña dice que el arroz tiene el poder de enseñar. A pesar de que yo desayuné bien, no me entró la lección de los homónimos: debe de ser que no tengo ni idea de francés.

Algunas personas del Primer Mundo piensan que las ayudas a la cooperación con los países pobres son dinero tirado a la basura. “Por qué vamos a dar a otros si aquí lo necesitamos tanto”, claman. Si pudiera, yo les invitaría a viajar a Bama y visitar el centro de la Unión Nacional de Transformadoras de Arroz (Uneriz), una cooperativa creada con el apoyo de Oxfam Intermón. Allí podrían ver cómo un dinero concedido por la Junta de Andalucía para comprar equipamientos ha cambiado la vida de muchos seres humanos que hasta hace poco pasaban hambre.

630 personas trabajan en la transformación del arroz usando las instalaciones, dentro de una red de centros que emplea a más de 2.000 mujeres en todo Burkina. Lo precuecen con vapor y luego lo secan al sol, con lo que el cereal aumenta su precio y también su valor nutricional al difundirse las vitaminas del grupo B en el interior del grano. El trabajo es duro, ya que se hace con técnicas muy manuales y maquinaria rudimentaria. Las tinajas de arroz en las que se vaporiza el arroz emiten un calor y un humo que marea, al menos a un europeo blandengue poco acostumbrado a los padecimientos como yo. Las mujeres, muchas de ellas cargadas con niños pequeños a la espalda, arrastran sacos de 50 kilos de arroz. Pero tienen algo de lo que muchas de sus compatriotas carecen: un medio de subsistencia estable. De ganar unos 45 euros al mes en 2009 han pasado a 75. Cifras que suenan ridículas en Europa, pero que en Burkina suponen salir de la pobreza.

Trabajar duro. Y salir del hoyo. / AINHOA GOMÀ

Mi tercera jornada en Burkina amaneció, ¡sorpresa!, con un calor que te mueres. Sol abrasador. El tiempo perfecto para ir a ver a los cultivadores en los campos de arroz y socarrarse el cogote. Aun así, la experiencia valió la pena. Un agricultor me dejó su cuchillo, me agaché, probé a cortar unas cuantas ramas del cereal y me deslomé en unos tres minutos. El paisaje era de una belleza imponente, pero no quiero pensar lo que tiene que ser trabajar aquí, con tus pies hundiéndose en un limo grisáceo, tus riñones al jerez por la postura y unos cinco millones de mosquitos bailando la conga a tu alrededor.

Aunque las tierras burkinesas poseen un gran potencial para producir arroz, el producto local sólo cubre el 25% de la demanda. La inmensa mayoría de las explotaciones son pequeñas (de tres a seis hectáreas) y pertenecen a familias como la de La gran familia (11 miembros de media) en las que los hombres practican la poligamia. Oxfam busca incrementar la productividad con semillas mejoradas y abonos sostenibles que no empobrezcan el suelo. Y, como en el caso de las mujeres transformadoras, trata de propagar un mensaje entre los cultivadores: si se unen, tendrán más fuerza para negociar mejores condiciones de venta e influir en las políticas agrícolas.

El arroz es el cuarto cereal con mayor producción en el país, después del sorgo, el mijo y el maíz. A éste último dedicamos el último y quizá más emocionante día en la zona. El esquema de acción de la ONG se repite: a través de una organización local (FEBAP), apoyan a los hombres cultivadores y a sus mujeres transformadoras para que obtengan un mayor rendimiento de su trabajo. La diferencia es que, en la aldea que visitamos, nos dieron a probar los platos que hacen con los derivados del maíz. 

De vuelta a Ouagadougou para coger el vuelo a París nos quedaba una parada en un poblado cerca de la carretera en la que vimos la cara al hambre: niños con la tripa hinchada, mujeres tiradas en el suelo, miradas serias y sensación de subdesarrollo extremo. Pero en ese momento, gracias a la acción de Oxfam y de las personas que la apoyan, estábamos en un lugar donde la gente parecía razonablemente contenta.


Pastuflis, cuscús y pelotillas maravillosas que hacen con maíz. / Ainhoa Gomá


Mientras los hombres, para variar, se tocaban los pies, las mujeres prepararon un montón de platos diferentes con derivados del maíz -harina, grano tierno, cuscús- elaborados por ellas mismas. Algunos, como una versión aún más compacta de la polenta, resultaban un poco duros; otros, como unas bolitas de maíz y verdura con salsa de tomate y manteca de karité, eran una verdadera delicia. Viéndome catarlos y zamparme los que más me gustan, esta gente se desorinaba de la risa. Por fin me sentí en mi salsa: no sé si funcionaré como protagonista de una campaña para recaudar fondos, pero como bufón gastronómico, triunfé.