Un libro narra el engaño de una barcelonesa en el 11-S
'La mujer que no estaba allí', una novedad editorial y una película sobre una impostura desvelada por 'The New York Times' y 'La Vanguardia' | Alicia Esteve cambió su personalidad en el 2003 y se convirtió en Tania Head | Hicieron correr que se había suicidado, pero reapareció en Nueva York en el 2011
La Vanguardia Libros | 16/04/2012
El impacto. Esta ilustración, cartel de la película sobre la impostora y los supervientes, refleja el supuesto momento en que Tania vivió el impacto del avió Photo Omar Sanders / Chase Stone (Ilustración)
Francesc Peirón | Nueva York
La cronología de la gran mentira
11/IX/2001. El día de los atentados de Nueva York, Alicia Esteve no estaba en las Torres Gemelas. Pocos días después empezó curso en Esade. Tania estuvo ingresada en un hospital hasta noviembre
13/V/2003. El nacimiento de Tania se produjo ese día, cuando envió el primer e-mail como superviviente de la torre sur del WTC. El 10 de noviembre relató su “milagro”
28/I/2004. Después de seis meses de crear su nueva personalidad en internet, a finales de enero del 2004 se presentó físicamente en una reunión
07/IX/2005. Tania hace de guía en el primer tour oficial en la zona cero, al que asisten el entonces gobernador George Pataki, el alcalde Bloomberg y el ex Rudy Giuliani
27/IX/2007. The New York Times desvela la gran mentira de Tania Head
29/IX/2007. La Vanguardia descubre que la impostora es la barcelonesa Alicia Esteve Head
14/IX/2011. El cineasta Angelo Guglielmo se la encontró en Manhattan. Fue su reaparición después de que algunos dijeran en la red que se había suicidado
Su otra partida de "nacimiento" lleva fecha del 13 de mayo del 2003. "Pienso que he de hablar con alguien, explicarle mi historia, pero no sé como gestionarlo. Lograrlo en una sola ocasión sería suficiente".
Hay una firma. "God bless (Dios os bendiga), Tania".
De esta manera rubricó el primer e-mail que dejó en el espacio web que se abrió en su ordenador tras escribir en el buscador "9/11 survivors help" (ayuda a los sobrevivientes del 11-S). Durante meses continuó su correspondencia en internet -cómplice imprescindible en esta fantasía desbocada- enviando "cortos, agradecidos comentarios" por la muchas respuestas que recibía.
En junio del 2003 aceptó la cita de ir al World Trade Center (WTC) de Nueva York, antigua sede de las Torres Gemelas destruidas en el ataque terrorista del 2001 y de las que Tania consiguió escapar con vida. Canceló su compromiso a última hora. "Aún no estoy preparada para volver", se excusó en un correo.
Su tragedia la desveló en un post -este muy largo- del 10 de noviembre. Les dejó subyugados. El amor de su vida, Dave -lo conoció discutiendo por un taxi, cada uno iba a entrar por una puerta-; murió en la torre norte.
Ella sobrevivió en la zona de impacto del segundo avión en la torre sur -contó que vio cómo su secretaria resultaba decapitada-, gracias a la ayuda de un enigmático bombero, con un pañuelo rojo tapando su boca, que le abrió camino para descender desde la planta 78. Sufrió quemaduras -"olía mi carne chamuscada"- y su brazo derecho quedó maltrecho. A los cinco días despertó en un hospital, donde estuvo ingresada más de dos meses.
Por fin, el 28 de enero del 2004 se hizo presente. Tania apareció físicamente en una de las reuniones fundacionales de la Red de Supervivientes del WTC. "Todos los ojos estaban puestos en ella. Ninguno la había visto, pero todos sabían quién era... Tania se había convertido en una leyenda, era la super sobreviviente".
Así se explica en The woman who wasn't there o La mujer que no estaba allí (Simon & Schuster). Robin Gaby Fisher y Angelo J. Guglielmo desmenuzan cómo Tania Head alcanzó notoriedad y se encumbró hasta la presidencia de la asociación de supervivientes. Sin haber estado allí el día de la tragedia, mediante una biografía totalmente inventada.
Su impostura, que la ha aupado a un lugar de honor en el altar de los fraudes, la destapó The New York Times el 27 de septiembre del 2007. Los padres de Dave no tenían ni idea de una novia y menos de una esposa; en Merrill Lynch, la empresa donde decía trabajar, no la conocían; no figuraba su nombre en "sus" universidades, Harvard y Stanford; no había rastro en ningún hospital,...
Ni siquiera se encontraba en Nueva York aquella jornada, como destapó La Vanguardia dos días después de descubrirse la gran mentira. "La impostora del 11-S es barcelonesa". Tania se llamaba Alicia Esteve Head, nacida el 31 de julio de 1973, en una familia de la burguesía que en 1992 ingresó en la crónica negra.
Su padre, Francisco Esteve Corbella, y su hermano Javier, se vieron involucrados en el escándalo financiero de BFP, el asunto de los pagarés falsos en el que detuvieron y condenaron al ex conseller Jordi Planasdemunt. En 1994, a los Esteve les cayeron seis años de cárcel. Esto motivó una ruptura: la madre y la hija se alejaron del resto de parientes.
En septiembre del 2001, Alicia, que ya tenía el brazo derecho deformado a causa de un accidente de tráfico, empezó en Esade el curso de gestión empresarial (MBA). Ella, de demostrada capacidad fabuladora, no le comentó a nadie que hubiera estado en Nueva York. Su pista se pierde en julio del 2002, al graduarse.
"Yo creo que su idea empezó por entones, cuando acabó el máster", aventura Guglielmo, que este fin de semana también ha visto como se estrenaba el documental, con el mismo título que el libro. "Estudió mucho lo que se publicaba sobre las víctimas y los supervivientes -añade-, pero internet es la clave en la creación de su nueva persona".
Guglielmo ya estrenó una película -El corazón de acero-, sobre los equipos de primeros auxilios que actuaron en el 11-S y sobre las familias de las víctimas. Hizo amistad con Tania en el 2005, en los cursos de preparación para ejercer de guías en las visitas a la zona cero. Ella fue la elegida para hablar en la jornada inaugural (7 de septiembre) en presencia de las autoridades. "Estamos muy orgullosos de ti", le dijo George Pataki, entonces gobernador del estado de Nueva York. El ex alcalde, Rudy Giuliani, la besó: "Has hecho un gran trabajo",
"Ella era mágica", sentencia Guglielmo. "No sospechamos porque tenía un magnetismo increíble. Sobrevivió de milagro y todos queríamos creer en él. Era una elegida, te explicaba cosas terribles y no podías atacarla".
A Alicia, traumatizada por el devenir de su familia, su brazo maltrecho y su físico poco agraciado, sumado a su amor por Estados Unidos, no se le ocurrió otra cosa que redimirse con el 11-S. "Aquí halló una comunidad herida, unas personas con las que conectar y canalizar su dolor con las de ellas, ser querida, aceptada e idolatrada", sostiene.
De su trato concluye que quedó atrapada en su fraude. "No actuaba, lo vivía". No podía salir, ni siquiera después. "No ha pedido perdón y cree que es la víctima".
Tania fue la que le insistió para que realizara el documental de los supervivientes. Ante la cámara dio fe de su ficción para tratar de ahuyentar a los periodistas. Aunque estos fueron muy crédulos, les temía a causa del tremendo secreto que escondía.
De inicio, el Times sólo pretendía hacer un perfil. Sus continuos desplantes al reportero David Dunlap provocaron aún más interés. Además, el jefe de local, Kevin Flynn, era coautor del libro 102 minutes en el que había una pormenorizada documentación de los presentes en las torres. Tania Head no figuraba.
Descubierto el fraude, Alicia intentó mantener contacto con sus amigos de la asociación. Sin éxito. Al cabo de un tiempo, algunos recibieron un email en el que les aseguraban que Tania se había sucidado. El pasado 14 de septiembre, por casualidad, Guglielmo se la tropezó en Manhattan. Cuando ella vio que se le acercaba con la cámara, le amenazó con llamar a la policía. "Y llamó", dice él.
Queda un interrogante: "¿Dónde está Alicia/Tania?"
Otros engaños célebres
Falso huérfano del 11-M. Frédéric Bourdin ha asumido más de 39 identidades. “Puedo convertirme en quien yo quiera”, chulea. En 1997 se hizo pasar por un desaparecido en Texas y engañó a la propia madre del tejano. hasido refugiado bosnio en Italia o huérfano en los atentados del 11-M en Madrid. Le llaman El Camaléon.
El resistente era un nazi. Maurice Papon borró tan bien sus huellas como colaboracionista con los nazis que fue condecorado por De Gaulle por sus actividades en la Resistencia y fue ministro con Giscard hasta que Le Canard Enchaîné le desenmascaró.
No estuvo en Mauthausen. Enric Marco, ex cenetista, fue presidente de la Asociación Amical de Mauthausen hasta que el historiador Benito Bermejo documentó en el 2005 que Marco había falseado su estancia en el campo de exterminio nazi.
Atrápame si puedes. Frank Abagnale se hizo famoso gracias al filme de Spielberg Atrápame si puedes. Se hizo pasar por copiloto de la Panam, médico, abogado, agente del Servicio Secreto. Estuvo preso en Perpiñán, Malmö y Petersburg (EE.UU.) Al final trabajó con el Gobierno para luchar contra el fraude.
La princesa falsa de Rusia. Anna Anderson hizo crear a muchos que era la princesa Anastasia Romanov, hija del último zar Nicolás II, sobreviviente de la matanza de Kaptiaki. El hallazgo del cuerpo de la verdadera Anastasia desmontó la farsa. Anna Anderson era en realidad Franziska Schanzkowska, una obrera polaca con problemas mentales.
'La mujer que no estaba allí', una novedad editorial y una película sobre una impostura desvelada por 'The New York Times' y 'La Vanguardia' | Alicia Esteve cambió su personalidad en el 2003 y se convirtió en Tania Head | Hicieron correr que se había suicidado, pero reapareció en Nueva York en el 2011
La Vanguardia Libros | 16/04/2012
El impacto. Esta ilustración, cartel de la película sobre la impostora y los supervientes, refleja el supuesto momento en que Tania vivió el impacto del avió Photo Omar Sanders / Chase Stone (Ilustración)
Francesc Peirón | Nueva York
La cronología de la gran mentira
11/IX/2001. El día de los atentados de Nueva York, Alicia Esteve no estaba en las Torres Gemelas. Pocos días después empezó curso en Esade. Tania estuvo ingresada en un hospital hasta noviembre
13/V/2003. El nacimiento de Tania se produjo ese día, cuando envió el primer e-mail como superviviente de la torre sur del WTC. El 10 de noviembre relató su “milagro”
28/I/2004. Después de seis meses de crear su nueva personalidad en internet, a finales de enero del 2004 se presentó físicamente en una reunión
07/IX/2005. Tania hace de guía en el primer tour oficial en la zona cero, al que asisten el entonces gobernador George Pataki, el alcalde Bloomberg y el ex Rudy Giuliani
27/IX/2007. The New York Times desvela la gran mentira de Tania Head
29/IX/2007. La Vanguardia descubre que la impostora es la barcelonesa Alicia Esteve Head
14/IX/2011. El cineasta Angelo Guglielmo se la encontró en Manhattan. Fue su reaparición después de que algunos dijeran en la red que se había suicidado
Su otra partida de "nacimiento" lleva fecha del 13 de mayo del 2003. "Pienso que he de hablar con alguien, explicarle mi historia, pero no sé como gestionarlo. Lograrlo en una sola ocasión sería suficiente".
Hay una firma. "God bless (Dios os bendiga), Tania".
De esta manera rubricó el primer e-mail que dejó en el espacio web que se abrió en su ordenador tras escribir en el buscador "9/11 survivors help" (ayuda a los sobrevivientes del 11-S). Durante meses continuó su correspondencia en internet -cómplice imprescindible en esta fantasía desbocada- enviando "cortos, agradecidos comentarios" por la muchas respuestas que recibía.
En junio del 2003 aceptó la cita de ir al World Trade Center (WTC) de Nueva York, antigua sede de las Torres Gemelas destruidas en el ataque terrorista del 2001 y de las que Tania consiguió escapar con vida. Canceló su compromiso a última hora. "Aún no estoy preparada para volver", se excusó en un correo.
Su tragedia la desveló en un post -este muy largo- del 10 de noviembre. Les dejó subyugados. El amor de su vida, Dave -lo conoció discutiendo por un taxi, cada uno iba a entrar por una puerta-; murió en la torre norte.
Ella sobrevivió en la zona de impacto del segundo avión en la torre sur -contó que vio cómo su secretaria resultaba decapitada-, gracias a la ayuda de un enigmático bombero, con un pañuelo rojo tapando su boca, que le abrió camino para descender desde la planta 78. Sufrió quemaduras -"olía mi carne chamuscada"- y su brazo derecho quedó maltrecho. A los cinco días despertó en un hospital, donde estuvo ingresada más de dos meses.
Por fin, el 28 de enero del 2004 se hizo presente. Tania apareció físicamente en una de las reuniones fundacionales de la Red de Supervivientes del WTC. "Todos los ojos estaban puestos en ella. Ninguno la había visto, pero todos sabían quién era... Tania se había convertido en una leyenda, era la super sobreviviente".
Así se explica en The woman who wasn't there o La mujer que no estaba allí (Simon & Schuster). Robin Gaby Fisher y Angelo J. Guglielmo desmenuzan cómo Tania Head alcanzó notoriedad y se encumbró hasta la presidencia de la asociación de supervivientes. Sin haber estado allí el día de la tragedia, mediante una biografía totalmente inventada.
Su impostura, que la ha aupado a un lugar de honor en el altar de los fraudes, la destapó The New York Times el 27 de septiembre del 2007. Los padres de Dave no tenían ni idea de una novia y menos de una esposa; en Merrill Lynch, la empresa donde decía trabajar, no la conocían; no figuraba su nombre en "sus" universidades, Harvard y Stanford; no había rastro en ningún hospital,...
Ni siquiera se encontraba en Nueva York aquella jornada, como destapó La Vanguardia dos días después de descubrirse la gran mentira. "La impostora del 11-S es barcelonesa". Tania se llamaba Alicia Esteve Head, nacida el 31 de julio de 1973, en una familia de la burguesía que en 1992 ingresó en la crónica negra.
Su padre, Francisco Esteve Corbella, y su hermano Javier, se vieron involucrados en el escándalo financiero de BFP, el asunto de los pagarés falsos en el que detuvieron y condenaron al ex conseller Jordi Planasdemunt. En 1994, a los Esteve les cayeron seis años de cárcel. Esto motivó una ruptura: la madre y la hija se alejaron del resto de parientes.
En septiembre del 2001, Alicia, que ya tenía el brazo derecho deformado a causa de un accidente de tráfico, empezó en Esade el curso de gestión empresarial (MBA). Ella, de demostrada capacidad fabuladora, no le comentó a nadie que hubiera estado en Nueva York. Su pista se pierde en julio del 2002, al graduarse.
"Yo creo que su idea empezó por entones, cuando acabó el máster", aventura Guglielmo, que este fin de semana también ha visto como se estrenaba el documental, con el mismo título que el libro. "Estudió mucho lo que se publicaba sobre las víctimas y los supervivientes -añade-, pero internet es la clave en la creación de su nueva persona".
Guglielmo ya estrenó una película -El corazón de acero-, sobre los equipos de primeros auxilios que actuaron en el 11-S y sobre las familias de las víctimas. Hizo amistad con Tania en el 2005, en los cursos de preparación para ejercer de guías en las visitas a la zona cero. Ella fue la elegida para hablar en la jornada inaugural (7 de septiembre) en presencia de las autoridades. "Estamos muy orgullosos de ti", le dijo George Pataki, entonces gobernador del estado de Nueva York. El ex alcalde, Rudy Giuliani, la besó: "Has hecho un gran trabajo",
"Ella era mágica", sentencia Guglielmo. "No sospechamos porque tenía un magnetismo increíble. Sobrevivió de milagro y todos queríamos creer en él. Era una elegida, te explicaba cosas terribles y no podías atacarla".
A Alicia, traumatizada por el devenir de su familia, su brazo maltrecho y su físico poco agraciado, sumado a su amor por Estados Unidos, no se le ocurrió otra cosa que redimirse con el 11-S. "Aquí halló una comunidad herida, unas personas con las que conectar y canalizar su dolor con las de ellas, ser querida, aceptada e idolatrada", sostiene.
De su trato concluye que quedó atrapada en su fraude. "No actuaba, lo vivía". No podía salir, ni siquiera después. "No ha pedido perdón y cree que es la víctima".
Tania fue la que le insistió para que realizara el documental de los supervivientes. Ante la cámara dio fe de su ficción para tratar de ahuyentar a los periodistas. Aunque estos fueron muy crédulos, les temía a causa del tremendo secreto que escondía.
De inicio, el Times sólo pretendía hacer un perfil. Sus continuos desplantes al reportero David Dunlap provocaron aún más interés. Además, el jefe de local, Kevin Flynn, era coautor del libro 102 minutes en el que había una pormenorizada documentación de los presentes en las torres. Tania Head no figuraba.
Descubierto el fraude, Alicia intentó mantener contacto con sus amigos de la asociación. Sin éxito. Al cabo de un tiempo, algunos recibieron un email en el que les aseguraban que Tania se había sucidado. El pasado 14 de septiembre, por casualidad, Guglielmo se la tropezó en Manhattan. Cuando ella vio que se le acercaba con la cámara, le amenazó con llamar a la policía. "Y llamó", dice él.
Queda un interrogante: "¿Dónde está Alicia/Tania?"
Otros engaños célebres
Falso huérfano del 11-M. Frédéric Bourdin ha asumido más de 39 identidades. “Puedo convertirme en quien yo quiera”, chulea. En 1997 se hizo pasar por un desaparecido en Texas y engañó a la propia madre del tejano. hasido refugiado bosnio en Italia o huérfano en los atentados del 11-M en Madrid. Le llaman El Camaléon.
El resistente era un nazi. Maurice Papon borró tan bien sus huellas como colaboracionista con los nazis que fue condecorado por De Gaulle por sus actividades en la Resistencia y fue ministro con Giscard hasta que Le Canard Enchaîné le desenmascaró.
No estuvo en Mauthausen. Enric Marco, ex cenetista, fue presidente de la Asociación Amical de Mauthausen hasta que el historiador Benito Bermejo documentó en el 2005 que Marco había falseado su estancia en el campo de exterminio nazi.
Atrápame si puedes. Frank Abagnale se hizo famoso gracias al filme de Spielberg Atrápame si puedes. Se hizo pasar por copiloto de la Panam, médico, abogado, agente del Servicio Secreto. Estuvo preso en Perpiñán, Malmö y Petersburg (EE.UU.) Al final trabajó con el Gobierno para luchar contra el fraude.
La princesa falsa de Rusia. Anna Anderson hizo crear a muchos que era la princesa Anastasia Romanov, hija del último zar Nicolás II, sobreviviente de la matanza de Kaptiaki. El hallazgo del cuerpo de la verdadera Anastasia desmontó la farsa. Anna Anderson era en realidad Franziska Schanzkowska, una obrera polaca con problemas mentales.
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