Recogemos una acción emprendida por la ONG Salva la selva para intentar parar la plaga de palma aceitera que todo lo invade en Borneo y que está acabando con los últimos ejemplares de elefante pigmeo de la isla, favorecido por los turbios intereses en la deforestación masiva por parte del gobernador del estado malayo de Sabah, Musa Aman, donde viven la mayoría de los ejemplares de esta especie. El hallazgo de 14 ejemplares de elefante pigmeo envenenados (algunos grotescamente hinchados y con graves hemorragias internas) con veneno para ratas presuntamente colocado por los trabajadores de las plantaciones, en los límites de la Reserva Forestan Gunung Rara y en las cercanías de un campamento maderero y de plantaciones de palma, ha indignado a las asociaciones conservacionistas y ha supuesto el comienzo de numerosas iniciativas internacionales para parar la destrucción de los remanentes de animales y jungla que aún quedan en la isla.
Si algún seguidor de esta web quiere aportar su firma a la carta de Salva La Selva al Primer Ministro malayo para que su gobierno pare la deforestación de la jungla y con ella la muerte de decenas de miles de animales a ellas asociados, al final del artículo está el enlace.
Los últimos elefantes pigmeos de Malasia
Un cuadro espeluznante ante los guardabosques de la Reserva Forestal Gunung Rara. Una
cría de elefante intenta despertar con su trompa a su mamá, tendida en
el suelo. Aparentemente ha sido envenenada, al igual que otros 13
elefantes. Sus cuerpos se encontraron las cuatro últimas semanas en la
concesión de la empresa estatal de madera y palma aceitera Yayasan
Sabah. Los elefantes pertenecen todos a la misma manada y se encontraban
en los límites de la reserva forestal, muy cerca de un campamento
maderero y plantaciones de aceite de palma.
“Los elefantes comieron veneno para ratas. Los trabajadores intentan evitar que los animales se coman los frutos de la palma”,
sospecha Laurentius Ambu, director de la oficina local para la
protección ambiental. Los elefantes pigmeos de Borneo son una especie
rara de elefantes, de los que sólo sobreviven unos 1.500 -casi todos en
Sabah.
Malasia prioriza la madera tropical y el aceite de palma para la exportación. Los
políticos permiten la destrucción de las últimas áreas de salva para
establecer plantaciones de palma en los estados de Sabah y Sarawak en
Borneo. Y con las selvas desaparece una cantidad enorme de animales y
plantas, no sólo los elefantes, también rinocerontes, orangutanes y
monos narigudos. El gobernador de Sabah,
Musa Aman, está involucrado personalmente en la deforestación. Él es
quén ha entregado concesiones para talar las selvas y establecer
plantaciones de palma. Al mismo tiempo es el presidente de la empresa
estatal Yayasan Sabah. A fines de 2012, la empresa comenzó a talar
70.000 hectáreas de selvas para establecer plantaciones. Para los
elefantes no hay lugar.
Por favor, exija a Aman y al gobierno de Malasia
detener inmediatamente los crímenes contra la naturaleza y proteger las
selvas y sus habitantes.
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