Como parte de los reportajes que En Portada va a dedicar a los derechos de la mujer en el mundo (y que publicaremos en este blog) un equipo del programa ha viajado hasta Malicounda, Senegal, para contar la historia de un grupo excepcional de mujeres que en 1997, alentadas por la labor de la ONG 'Tostan', dijeron no para siempre a la mutilación genital femenina en su comunidad. 'Tostan' llegó hasta esta aldea de Senegal para educar a las mujeres y para hablarles de Derechos Humanos y dignidad. Sus talleres se convirtieron en el detonante del juramento de Malicounda. Las mujeres de Malicounda se dieron cuenta de que los malos espíritus no eran los causantes de sus enfermedades, ni los que se habían llevado la vida de muchas de sus hijas sino que era la propia ablación el origen de muchas de sus desdichas. El paso adelante de las mujeres de esta aldea tuvo consecuencias. En 1999 el gobierno senegalés prohibió la ablación por ley y fijó en 2015 el plazo para su definitiva erradicación.
Según datos facilitados por UNICEF, más de 125 millones de niñas y mujeres vivas han sido sometidas a la ablación. 30 millones de niñas en todo el mundo corren el riesgo de ser víctimas de la ablación en la próxima década. Sin embargo, actitudes como las de las mujeres de Malicounda pueden contribuir a luchar contra las estadísticas. El juramento de Malicounda marcó toda una revolución social en Senegal, consiguiendo que más de 6.000 pueblos anunciaran el abandono definitivo de la mutilación genital femenina.
En Portada - El juramento de Malicounda
En Portada - El juramento de Malicounda
Según las cifras publicadas por Unicef, más de 125 millones de niñas y mujeres vivas hoy en día han sido sometidas a la ablación y 30 millones de niñas corren el riesgo de ser víctimas de ella en la próxima década. A pesar de ello, a veces surgen historias que rompen ese pesimismo y parecen indicar que en algunos lugares empieza a cuestionarse una práctica que se ha mantenido en algunos países desde hace siglos.
Un juramento para la esperanza
Nuestra historia, que inaugura una serie de reportajes de En Portada sobre los derechos de la mujer en el mundo, comienza un 31 de julio de 1997 en una aldea de Senegal llamada Malicounda, donde un grupo de mujeres decide poner fin a esa pesadilla. Ante jefes tribales, líderes religiosos, autoridades políticas y representantes de los medios de comunicación de todo el mundo, pronuncian el Juramento de Malicounda, una solemne promesa de no practicar nunca más la mutilación genital en su comunidad. En 1999 el gobierno de Senegal prohíbió la ablación con pena de cárcel y fijó un objetivo: que para el 2015 esta práctica fuera erradicada totalmente en el país.
El juramento de Malicounda representa un importante paso, que marca toda una revolución social en el país, que se expande pueblo por pueblo e incluso sale fuera de las fronteras hasta conseguir que más de 6.000 pueblos en Senegal y otros países vecinos hayan anunciado el abandono definitivo de la mutilación genital femenina.
Un juramento para la esperanza
Nuestra historia, que inaugura una serie de reportajes de En Portada sobre los derechos de la mujer en el mundo, comienza un 31 de julio de 1997 en una aldea de Senegal llamada Malicounda, donde un grupo de mujeres decide poner fin a esa pesadilla. Ante jefes tribales, líderes religiosos, autoridades políticas y representantes de los medios de comunicación de todo el mundo, pronuncian el Juramento de Malicounda, una solemne promesa de no practicar nunca más la mutilación genital en su comunidad. En 1999 el gobierno de Senegal prohíbió la ablación con pena de cárcel y fijó un objetivo: que para el 2015 esta práctica fuera erradicada totalmente en el país.
El juramento de Malicounda representa un importante paso, que marca toda una revolución social en el país, que se expande pueblo por pueblo e incluso sale fuera de las fronteras hasta conseguir que más de 6.000 pueblos en Senegal y otros países vecinos hayan anunciado el abandono definitivo de la mutilación genital femenina.
Tostan y los Derechos Humanos
Suddenaya Naay es el nombre en wolof, una de las lenguas de Senegal, de Molly Melching, una norteamericana que llega a Senegal en 1974 para terminar su tesis doctoral en literatura africana, pero que acaba quedándose allí. Durante cuatro décadas Molly se dedica especialmente a la educación, en un país donde la tasa de analfabetismo supera al 80% de la población. Su programa se basa en el uso de las lenguas africanas y técnicas basadas en las tradiciones y modelos de aprendizaje locales.
Molly pasa años conviviendo con las mujeres en las aldeas, aprende su lengua y sus costumbres. Con ese bagaje, emprende su labor en la ONG que crea en 1991 y que llama Tostan, una palabra en wolof que significa romper el cascarón. Además de enseñarles a leer y escribir, les habla de Derechos Humanos y de dignidad para todos. En 1995 Tostan, con apoyo de la Unicef, llega a una localidad llamada Malicounda.
Las mujeres están especialmente interesadas en aprender sobre la salud, el embarazo, la menopausia y las relaciones matrimoniales, así que la monitora de Tostan lo utiliza para abordar un tema tabú: la mutilación genital femenina. Su interés no era forzar el abandono de esta práctica sino hablarles de sus derechos. Al principio, las mujeres de Malicounda se niegan a hablar sobre ello pero, poco a poco, van venciendo sus miedos y comienzan a compartir sus difíciles experiencias. Se dan cuenta que los malos espíritus no son los causantes de sus enfermedades, ni los que han arrebatado la vida de muchas de sus hijas, sino que la ablación es el origen de todos esos males y deciden abandonar esta práctica. Su decisión sorprende a la propia fundadora de Tostan que queda impresionada del coraje y valentía de estas mujeres. Su ejemplo ha sido seguido por otras comunidades y su labor continúa hoy en día, explicando ellas mismas lo que en su día a ellas les explicaron, llevando el mensaje a todos los rincones del país y a otros países vecinos para poner fin definitivamente a esta práctica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario