El momento, la proclamación del moronic Donald Trump como presidente USA, que tanto tememos se acerca y la era Obama (con la que comenzamos este blog hace 8 años) da ya sus últimos coletazos. El propio Barack Obama ofrecía hace unos días una emocionante despedida de sus incondicionales en el lugar donde todo empezó, Chicago. En su discurso de despedida repasaba su trayectoria, alertaba de las amenazas a la democracia (en la mente de todos un flequillo ridículo) y hacía un alegato por la inmigración, la creatividad y la igualdad de oportunidades.
Como leemos en la web Política Exterior: 'Si el triunfo de Barack Obama fue una enmienda a la totalidad de la presidencia de George W. Bush, la victoria de Donald Trump es la refutación de toda una época. Obama llegó con la promesa de cambio y, a la hora de su partida, deja la sensación de que el suyo ha sido un mandato, más que frustrado, frustrante. Idealista y pragmático a partes iguales, la acción política del 44º presidente de Estados Unidos ha estado marcada por las contradicciones, los éxitos y los fracasos. Con la llegada de Donald Trump su legado está en franco peligro de desmantelamiento'
Efectivamente, la era Obama está compuesta de luces, de acciones honestas y promesas cumplidas pero también de sombras, decepciones y esperanzas rotas. Cogió a su país con una economía al borde de la recesión, inmerso en la mayor crisis económica desde la Gran Depresión y en dos guerras provocadas por Bush Jr. que habían costado cuatro billones de dólares y la vida o la salud a miles de soldados estadounidenses; un país profundamente dividido por las desigualdades económicas y sociales y las mentiras y miserias morales de la doble Administración G.W. Bush.
En estos ocho años de mandato Barack Obama ha vuelto a recuperar la economía estadounidense reformando el sistema financiero y aplicando un ambicioso programa de estímulos económicos, factores ambos que han hecho alcanzar una tasa de paro inferior al 5% (técnicamente pleno empleo). Su ardientemente defendido programa de sanidad pública conocido como ObamaCare ha dado -ahí su crimen- cobertura médica a 20 millones de sus compatriotas (aún quedaron 30 millones fuera) pero Trump ya ha avisado de que intentará desmantelarlo en cuanto alcance el poder. De hecho el Senado ha empezado ya los trámites para ello.
Obama ha dulcificado la imagen de los Estados Unidos en el mundo y sobre todo en Europa, ha intentado impulsar políticas de lucha contra el cambio climático, ha creado la zona protegida más grande del mundo pero también es el presidente que ha conseguido la independencia energética de los Estados Unidos a los lomos del auge del fracking, lo que ha tenido importantes repercusiones medioambientales y indirectamente ha impulsado hacia abajo los precios del petróleo, lo que a su vez ha fomentando su uso y aumentado la contaminación. Lo que ocurre con los Estados unidos es que por su magnitud y su peso en la economía y política mundial cualquier cosa que hagan tiene efectos a nivel planetario.
Obama ha dulcificado la imagen de los Estados Unidos en el mundo y sobre todo en Europa, ha intentado impulsar políticas de lucha contra el cambio climático, ha creado la zona protegida más grande del mundo pero también es el presidente que ha conseguido la independencia energética de los Estados Unidos a los lomos del auge del fracking, lo que ha tenido importantes repercusiones medioambientales y indirectamente ha impulsado hacia abajo los precios del petróleo, lo que a su vez ha fomentando su uso y aumentado la contaminación. Lo que ocurre con los Estados unidos es que por su magnitud y su peso en la economía y política mundial cualquier cosa que hagan tiene efectos a nivel planetario.
También aprobó una ley para prohibir la perforación petrolífera en el Ártico durante al menos 5 años, medida recibida con satisfacción por las organizaciones ecologistas pero esta prohibición puede ser anulada por Trump, que ha prometido aumentar las perforaciones off-shore. También ha anunciado que retirará los fondos comprometidos por EEUU para cumplir el Acuerdo de París sobre el clima, decisión que ahora puede tomar sin oposición, gracias al dominio republicano en ambas cámaras.
Ha habido temas en los que no ha podido hacer más por el bloqueo republicano como el cierre de Guantánamo, a pesar de haber firmado en enero de 2009 una orden ejecutiva para hacerlo o la lucha contra la proliferación de las armas de fuego en la sociedad estadounidense, una lacra que parece inevitable seguirá ocasionando miles de muertos cada año gracias a la tóxica labor de la NRA y el Partido Republicano.
En cuanto a la política exterior, la Doctrina Obama ha sido el presidente de la contundencia diplomática y la contención militar. El Commander in Chief que acabó con Bin Laden y retiró la mayoría de tropas estadounidenses de las guerras de Bush, Afganistán e Irak pero que llevado de la real-politik se vio obligado a mantener una presencia de cierto número de soldados y fuerzas de élite en ambos países (requeridas por sus propios gobiernos) que se han visto necesarias para mantener la estabilidad en la lucha contra los taliban, Al-Qaeda y DAESH.
También quien criticó a Israel y al menos removió la ira de Netanyahu y los colonos, quien impulsó el proceso de normalización de las relaciones diplomáticas con Cuba iniciado a fines de 2014 y logró desactivar el programa nuclear iraní a cambio de suspender las sanciones económicas internacionales sobre el país persa, lo que le ha permitido relanzar su economía. En los últimos días hemos de resaltar la conmutación de la pena restante a la ex-soldado Chelsea Manning, quien en 2010 filtró un número récord de documentos secretos a WikiLeaks y de quien dijo que ha cumplido ya una 'dura' sentencia a prisión.
Hay muchos que reclaman que debería devolver el Nobel de la Paz 2009, un regalo envenenado que nunca pidió y que asumió resignado sabiendo que su cargo no le permitiría ser muy pacífico. Ha sido en sus legislaturas cuando el presidente ha asumido la prerrogativa a ejecutar a cualquier enemigo de América sin necesidad de detenerlo o juzgarlo gracias al auge de los ataques por drones que han actuado sobre Yemen, Somalia, Pakistán, Afganistán etc, una forma de guerra ultramoderna que sigue produciendo lamentables daños colaterales, aunque también ha acabado con miles de objetivos legítimos para un presidente USA, para cualquiera que llegue al cargo.
Hay muchos que reclaman que debería devolver el Nobel de la Paz 2009, un regalo envenenado que nunca pidió y que asumió resignado sabiendo que su cargo no le permitiría ser muy pacífico. Ha sido en sus legislaturas cuando el presidente ha asumido la prerrogativa a ejecutar a cualquier enemigo de América sin necesidad de detenerlo o juzgarlo gracias al auge de los ataques por drones que han actuado sobre Yemen, Somalia, Pakistán, Afganistán etc, una forma de guerra ultramoderna que sigue produciendo lamentables daños colaterales, aunque también ha acabado con miles de objetivos legítimos para un presidente USA, para cualquiera que llegue al cargo.
Se le ha acusado también de no haber actuado en Siria, de no haberlo hecho ni siquiera cuando el régimen sirio traspasó la línea roja que él mismo había marcado en 2012, la del ataque con armas químicas contra su propia población. Esto ocurrió de forma plenamente documentada cuando en agosto de 2013 las fuerzas de al-Assad usaron gas sarín en Ghouta -a las afueras de Damasco-, zona controlada por los rebeldes, causando la muerte de casi 1.500 civiles incluyendo más de 400 niños. Pero tras lo que parecieron preparativos de de ataques aéreos en forma inminente contra el gobierno sirio, Washington aceptó un acuerdo in extremis mediado por Moscú a través del cual Siria enviaba sus armas químicas a Rusia, país que junto a China ha bloqueado todas las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU contra Siria desde el principio de la guerra.
Los críticos afirman que esa decisión encorajinó al criminal régimen sirio y alentó a Rusia a apoyarlo decididamente, comenzando a lanzar sus propios ataques aéreos en apoyo al gobierno sirio, aumentando las tensiones entre Moscú y Washington y la apuesta de Putin sobre su aliado sirio, país en el que mantiene la base naval de Tartus y bases aéreas en Latakia. Pero esto hubiera terminado ocurriendo igual pues el curso de la guerra habría obligado igual a los rusos a intervenir decididamente al lado de al-Assad.
Además, ¿qué hubiera significado haber intervenido en Siria? ¿haber desplegado tropas terrestres USA en el terreno? Eso sí hubiera sido un error descomunal, hacer otro Iraq en Siria, una posibilidad que habrá escalofriado a cualquier responsable militar norteamericano, ante la cual los ataques aéreos de la coalición internacional sobre objetivos de Al-Qaeda y el DAESH que llevan tiempo sucediéndose y minando su poder en el norte de Siria y Iraq se antojan razonables en un contexto bélico y geoestratégico altamente complejo y volátil.
Ahora Rusia e Irán (con el inestimable apoyo de Hezbollah y otras milicias chiíes) llevan la iniciativa militar y su apoyo al régimen sirio se ha tornado decisivo para devolver a al-Assad el control de la mayor parte de la Siria útil. Pero aún queda mucha guerra y muchas cosas pueden ocurrir, aunque eso es tema de otro post que esperamos publicar en breve.
Los críticos afirman que esa decisión encorajinó al criminal régimen sirio y alentó a Rusia a apoyarlo decididamente, comenzando a lanzar sus propios ataques aéreos en apoyo al gobierno sirio, aumentando las tensiones entre Moscú y Washington y la apuesta de Putin sobre su aliado sirio, país en el que mantiene la base naval de Tartus y bases aéreas en Latakia. Pero esto hubiera terminado ocurriendo igual pues el curso de la guerra habría obligado igual a los rusos a intervenir decididamente al lado de al-Assad.
Además, ¿qué hubiera significado haber intervenido en Siria? ¿haber desplegado tropas terrestres USA en el terreno? Eso sí hubiera sido un error descomunal, hacer otro Iraq en Siria, una posibilidad que habrá escalofriado a cualquier responsable militar norteamericano, ante la cual los ataques aéreos de la coalición internacional sobre objetivos de Al-Qaeda y el DAESH que llevan tiempo sucediéndose y minando su poder en el norte de Siria y Iraq se antojan razonables en un contexto bélico y geoestratégico altamente complejo y volátil.
Ahora Rusia e Irán (con el inestimable apoyo de Hezbollah y otras milicias chiíes) llevan la iniciativa militar y su apoyo al régimen sirio se ha tornado decisivo para devolver a al-Assad el control de la mayor parte de la Siria útil. Pero aún queda mucha guerra y muchas cosas pueden ocurrir, aunque eso es tema de otro post que esperamos publicar en breve.
Llega Trump: ¿Y ahora?
Con su salida de la Casa Blanca y la llegada de Trump se abre una época de incertidumbres y pocas certezas, aunque ya con los nombramientos de los que van a conformar el más alto nivel de su Administración, llena de militares empresarios multimillonarios (la fortuna de todos ronda los 35000 millones $) y otros ultra-conservadores se puede adivinar el retroceso a todos los niveles que puede sufrir con su gobernanza el aún hegemón mundial. E insistimos, su mala influencia la sufrirá también el mundo.
El Obamacare, Siria, Ucrania, el medioambiente, Rusia, el cambio climático, Cuba, México, Irán, Israel y Palestina, su machismo recalcitrante, su polémica relación con la prensa etc son temas en los que Trump puede liarla y muy probablemente lo haga. Él y su Gabinete representan a la derecha política más reaccionaria y al poder económico desmesurado, es la cara del fascismo en América y su triunfo el reflejo del descontento de los prejuiciosos y haters pero también representan la venganza de la clase media perjudicada por la globalización o idiotizada por la Fox y la religión. Porque parece claro que Estados Unidos está ahora más dividido que nunca y según vayan surgiendo las polémicas, los enfrentamientos y la previsible resistencia de la sociedad civil la brecha entre una y otra parte se va a seguir ahondando.
Pero es que no es solo Trump, son Theresa May, Vladimir Putin, Erdogan, Rodrigo Duterte, Bashar al-Assad, Abdelfatah Al-Sisi, Xi Jinping, Viktor Orban, Marine LePen, Benjamin Netanyahu y otros tiranuelos que medran por todo el mundo, es el cambio climático que no cesa ni cesará y va a poner el mundo patas arribas. Nos esperan tiempos muy difíciles. Lo que va a empezar a ocurrir este viernes no lo hemos visto nunca. Ni con George W. Bush, otro producto de lo peor de esa América que proclaman y que sin embargo también le ha criticado, síntoma de las dificultades del neoyorquino para lograr el apoyo de los líderes del partido. El contraste entre uno y otro presidente va a ser brutal y así empezaremos a valorar al que se va. Adiós Barack Obama (y Michelle , otra crack), os vamos a echar de menos.
P.D. Les dejamos con 'Obama out', la visión que En Portada (un clásico en este blog) nos ofrece de la extinción de la era Obama. Si quieren profundizar en su legado les recomendamos este Especial de la Revista de Política Exterior, una antología de 25 artículos que repasan sus ochos años en la Casa Blanca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario