miércoles, 2 de marzo de 2011

Gorriones (1) Los gorriones desaparecen de Madrid

Dedicamos esta nueva entrada de nuestro vocabulario emocional básico al humilde gorrión común (Passer domesticus), este gordezuelo y simpático pájarito que aún sobrevive en nuestras cada vez más desnaturalizadas ciudades y lo hacemos dando eco a la alarma que suponen sus cada vez más menguantes poblaciones en las mismas. Las radiaciones electromagnéticas de nuestras antenas, la competencia de la tan vilipendiadas como duras palomas (auténticos marines alados que acaparan los pocos restos de comidas que vamos dejando), la disminución de zonas verdes, la contaminación creciente se configuran como las amenazas que nos van dejando sin el piar alegre y los saltos pizpiretos de estos fragmentitos de naturaleza (y la de otras especies de aves que ya desaparecieron del cielo de esta ciudad) que tanto reconfortan el alma del Juez Roy Bean y sus secuaces.

El gorrión desaparece de Madrid - 20minutos.es

En otros tiempos era habitual escuchar su piar y verles revoloteando en parques y jardines. Pero ya no. El gorrión, el pájaro más abundante de Madrid, se extingue poco a poco. Y lo que es peor, nadie sabe a ciencia cierta por qué. Un estudio de la Sociedad Española de Ornitología (SEO/Birdlife) asegura que esta población de aves disminuye a un ritmo de 14.000 ejemplares al año en la región. Y, pese a que su número todavía es muy grande (1,4 millones), avisa: el problema es generalizado en todas las grandes urbes de Europa. En Londres o Praga, por ejemplo, ya no queda ninguno.

El coordinador del estudio, Juan Carlos del Moral, manifiesta que aún no se conocen a ciencia cierta las causas de esta extinción. Otros expertos, sin embargo, sí que mencionan algunas posibles causas, como la contaminación y el urbanismo. "Las nuevas edificaciones, planas y sin oquedades, no dejan huecos para que estos animales aniden", dice Eduardo de Juana, profesor de Zoología de la Universidad Complutense. Teo Overhuver, portavoz de Ecologistas en Acción, apunta, sin embargo, en otra dirección: "La contaminación atmosférica es uno de los principales riesgos de salud que tienen los pájaros". Otras razones probables, como este crudo invierno, quedan desechadas: "A las aves no les afecta tanto el frío mientras encuentren alimento, asegura De Juana. "La disminución de zonas verdes sí que es bastante más grave", apostilla.
 
Palomas voraces

Otras de las causas que se barajan es la competencia de las palomas. En efecto, el gorrión se ha convertido en la única ave urbana que ha registrado un descenso de su población. En contra, las palomas, mucho más voraces, no paran de ganar terreno. Crecen anualmente a un ritmo en torno al 3%, hasta el punto de que su población ya debe superar los 300.000 individuos, según otro estudio de SEO.

Especies como el mirlo siguen el mismo camino de expansión.
En la zonas no urbanizadas de la comunidad hay otras muchas aves en peligro. Este mismo martes, Ecologistas en Acción denunció que los futuros desarrollos urbanísticos de Pinto (que incluyen además un circuito de Fórmula 1) conllevarán la desaparición de una veintena de nidos de aguilucho cenizo. El último espacio de nidificación de esta ave en la zona sur y uno de los pocos que quedan en la región.

Pájaros de ciudad


Gorrión común. El ave acorralada. Pese a ser inofensivos y nada perjudiciales, en España desaparecen a marchas forzadas. En los naranjales de Valencia los descensos son superiores al 90%. Es la única ave que nos acompaña desde el Neolítico.
Mirlo común. Símbolo en la antigüedad. Crece a un ritmo del 1% al año, y su población es similar a la de las palomas, pero son menos sociables y no viven en grupo. Su color negro les ha dado un aura de simbolismo desde tiempos remotos.
 
Cernícalo primilla. Un ex vecino de Madrid. El gorrión podría seguir los pasos de este pequeño rapaz. Una especie que antes criaba en la ciudad de Madrid y que ya no lo hace. Ocupaba huecos y cavidades de edificios viejos, tejados y acantilados.

Paloma bravía. La paloma fue domesticada hace mucho tiempo por el hombre, pero en la actualidad muchas viven libres en la ciudad. Son portadoras de múltiples parásitos y un problema de salud pública.


Tórtola turca. Una emigrante de 50 años. Comenzó a anidar a en la Península Ibérica hace más de 50 años desde su zona de origen, en Anatolia. Se encuentra en plena expansión, y en Madrid habrá unas 30.000. Muy confiadas y sociables.


Cigüeña. Alcalá, ciudad de zancudas. Un ave muy protegida, pero también muy frágil, debido a su visibilidad. Alcalá de Henares es el tercer casco urbano del país con mayor número de parejas, más de 100. Suelen anidar en iglesias y monumentos.

2 comentarios:

  1. Eso si que es una entrada currada. No sabía que estaba pasando eso con los gorriones. Sería toda una pena, porque esos pajarillos son parte del recuerdo de mi infancia

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  2. Pues sí, es una lástima que estén desapareciendo. La verdad es que en las calles casi sólo se ven robóticas palomas patrullando y abalanzándose sobre las migas o los pocos restos de comida que se encuentran. Mientras, los gorriones se quedan en los árboles charlando entre ellos pero sin pillar cacho...

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