Cuando compramos un nuevo ordenador o cambiamos de móvil, no nos paramos a pensar qué ocurre con esa cantidad de basura electrónica que los países más desarrollados generan constantemente.
Agbogbloshie, vertedero electrónico del primer mundo
En Agbogbloshie, a las afueras de Accra, la capital de Ghana, pilas de ordenadores viejos, destartaladas lavadoras u oxidados frigoríficos, la mayoría provenientes de Europa, se amontonan en medio de un vertedero, donde la antigua basura se mezcla con nuevos desperdicios, cada vez más peligrosos y contaminantes.
En medio del vertedero, envueltos por el humo tóxico, jóvenes y adolescentes, sin ser conscientes de la peligrosidad de los elementos que manejan, destripan los aparatos para sacarles el cobre, el plomo y otros componentes que venden por unos pocos euros.
Plomo, arsénico, cobalto, mercurio, cadmio, un cóctel de sustancias tóxicas, que se esparcen por el terreno y que ocasionan graves problemas de salud, enfermedades incurables y destrozos medioambientales, que contaminan el agua, los alimentos y que crean una atmosfera irrespirable.
El colaborador interesado
Cuando el equipo de En Portada se planteó hacer este reportaje, recurrimos a uno de los periodistas medioambientales de Ghana que denunció este vertedero en los medios de comunicación, y que había recibido premios internacionales por ello, pero la importante suma de dinero que nos pidió por acompañarnos, hizo que fracasara este intento de colaboración.
Sin embargo lo que más nos sorprendió es que algunas instituciones relacionadas con este tema y que en su día colaboraron con el citado periodista, nos fueran cerrando también las puertas cuando decidimos hacer el reportaje por nuestra cuenta y riesgo.
Acompañados por un funcionario del Ministerio de Información ghanés, logramos acceder finalmente a este vertedero, aunque tuvimos que pagar una pequeña cantidad, que nos exigió el denominado “chef” o jefe del barrio. Él nos buscó un guía ya que adentrarse en este pequeño “mundo” es prácticamente imposible sin llevar a tu lado un “guía autorizado por el “chef”.
Algunos de los protagonistas del reportaje
Así conocimos a Karim, uno de los personajes de nuestro reportaje que nos condujo por el barrio. Nos contó que la basura electrónica comenzó a llegar a este barrio hace aproximadamente quince años y nos habló de lugares como el Lago Cole, que cruza este vertedero, y que cuando él llegó era azul y ahora, está teñido de negro como el resto del terreno que rodea este fantasmagórico lugar.
Hussein lleva un año trabajando en el barrio, quemando los cables de los viejos ordenadores y nos confesaba que muchas veces tiene problemas al respirar, también nos encontramos con Abdulkarim que hace lo mismo, desde hace 6 meses, porque su familia no tiene más medios que el poco dinero que él consigue cada día en este lugar . Muchos de estos jóvenes han abandonado los estudios por falta de medios, en una etapa crucial de sus vidas, familias que en su mayoría provienen del campo y se han trasladado a la gran ciudad, donde sólo han encontrado trabajo en el vertedero de Agbogbloshie.
Al vertedero huyendo de los enfrentamientos tribales de los 90
La mayoría de la gente que trabaja aquí proviene del Norte, donde a finales de los 90 se vivieron los enfrentamientos tribales más trágicos de la historia del país, pero cada vez, llega más gente de todas partes, o incluso de otros países vecinos. La zona ha ido creciendo y se ha ido contaminando cada vez más.
En Ghana no existen leyes que regulen la llegada de esta basura electrónica, aunque las autoridades nos aseguran que están en ello pero, mientras por el puerto de Tema, el más grande de Ghana, siguen llegando contenedores repletos de viejos aparatos electrónicos que tarde o temprano van a parar a Agbogbloshie.
La mirada del Norte
La Agencia Europea del Medio Ambiente calcula que el volumen de basura electrónica está aumentando tres veces más rápidamente que otras formas de desperdicios. La organización ecologista Greenpeace elaboró en agosto de 2008 una investigación sobre el tráfico de residuos a Ghana y sus efectos sobre la salud, el medio ambiente y la pobreza. En este estudio, denominado “Envenenando la pobreza”, la organización descubrió, a través de unas muestras tomadas en el vertedero de Agbogbloshie que contenían sustancias peligrosas y niveles muy altos de metales tóxicos.
La Unión Europea dispone de leyes que prohíben la exportación de residuos peligrosos, pero encubiertos como bienes de segunda mano o incluso donaciones, consiguen burlar las barreras legales y llegar a puerto. En Estados Unidos no existe normativa que prohíba la exportación de residuos electrónicos.
En España, recientemente la asociación de consumidores OCU, llevó a cabo una investigación para saber a dónde iban a parar algunos de los desechos electrónicos. Enrique García, responsable de prensa de esta organización contó al programa En Portada, como realizaron este estudio, que descubrió cómo muchos de los aparatos se pierden o no van al lugar apropiado, es decir a una planta de reciclaje, a pesar de que el consumidor paga, cuando compra ese aparato, una cantidad destinada para eso.
Productores, consumidores y sobre todo los gobiernos deben evitar que la ciberbasura siga extendiéndose en interés de todo el planeta, porque tal y como nos decía uno de los responsables de Medio Ambiente de Ghana, “tenemos que darnos cuenta que el medio ambiente no tiene fronteras”.
Asi se hizo Ciberbasura sin fronteras
De Torrespaña a Ghana, al vertedero africano donde llegan a diario toneladas de desechos electrónicos procedentes del primer mundo. La trastienda de un reportaje en el que cada hora de rodaje hacía algo habitual diez de permisos, cartas y negociaciones. Las imágenes de 'Ciberbasura sin fronteras' que no veremos en televisión. Un vídeo de José Jiménez Pons
De Torrespaña a Ghana, al vertedero africano donde llegan a diario toneladas de desechos electrónicos procedentes del primer mundo. La trastienda de un reportaje en el que cada hora de rodaje hacía algo habitual diez de permisos, cartas y negociaciones. Las imágenes de 'Ciberbasura sin fronteras' que no veremos en televisión. Un vídeo de José Jiménez Pons
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