sábado, 5 de enero de 2013

Animales (17) Una pregunta inquietante sobre los animales


Publicamos un muy interesante artículo leído en el también muy interesante blog de El País "Vientos de Brasil", que intenta retratar las idiosincrasias del gigante brasileño, de las luchas internas de su sociedad variopinta, de su recurrente lucha entre el desarrollo y la necesidad de conservar sus tesoros naturales, como el autor dice, "el Brasil de las mil razas y culturas que conviven sin guerras."

Este artículo se plantea como correlato de una ley de reciente aprobación por el Senado brasileño que penaliza el maltrato a los animales domésticos la pregunta de por qué a muchas personas nos conmueve de forma especial el maltrato a los animales. El Juez Roy Bean tiene la fundamentada creencia de que en la Naturaleza y en los animales residen las únicas verdades absolutas que existen en este mundo y que si existe algún pecado original que tiene el humano al nacer es el sufrimiento y muerte animal que va a causar su existencia, así que una ley de este tipo alegra su atribulada conciencia animalista. 



Que nos parezca tan absolutamente lejano que en España se pueda aprobar una ley de este tipo dice muy poquito (una vez más) de nuestro país. Habrá que ver si ese respeto a los animales en Brasil se extiende también a las explotaciones ganaderas que surten de carne al país carioca al igual que a los incontables animales salvajes que aún viven en las inmensas áreas amazónicas y que son amenazados por la deforestación continuada, la construcción de megapresas, las prospecciones petrolíferas etc  En fin, una gran noticia que esperemos se extienda por el resto del mundo. 

Una pregunta inquietante sobre los animales

Juan Arias | 30 de mayo de 2012 - Blog Vientos de Brasil, de El País

Maltrato (1)
No he abordado una sola vez el tema de los malos tratos a los animales sin que se haya desencadenado una avalancha de comentarios y miles de lectores hayan recomendado el texto en los Facebook. También la noticia de ayer de que la Comisión de Juristas del Senado de Brasil ha aprobado que maltratar o abandonar a un animal pase a ser crimen castigado hasta con cuatro años de cárcel, ha suscitado una marea de consenso y de gratitud a Brasil que, según la mayoría de los comentaristas habría dado un gran ejemplo de civilización.

Algunos lectores, sin embargo, se preguntan porqué conmueven tanto los malos tratos a los animales cuando, dentro mismo de Brasil, son asesinados niños de la calle y a veces mendigos son quemados vivos. La pregunta es más que pertinente. El mundo está lleno de violencia perpetrada contra los humanos por mano de los humanos. Son torturados y asesinados, blancos y negros, hombres, mujeres y niños. Son maltratados y perseguidos los diferentes y existen holocaustos de indios y negros. O los 49 niños y 34 mujeres que acaban de ser asesinados en Siria. Y ahí viene la pregunta inquietante: ¿por qué los malos tratos a los animales despiertan si cabe mayor indignación? He releído los comentarios de los lectores a este y otros posts semejantes y he hallado dos palabras claves referidas a los animales: son indefensos y son víctimas inocentes.

Niño con perro
He ido a desempolvar mis libros de la facultad de psicología y he revisado dos procesos clásicos: el de identificación y el de proyección. El adulto, aún el que se siente más fuerte y realizado, arrastra consigo miedos ancestrales, algunos de ellos provenientes de la infancia. ¿Quien no recuerda la desesperación de un niño que se siente perdido en un parque o en una plaza? Ese animal abandonado: “No me abandones, yo no lo haría”, he leído en carteles en las carreteras españolas, sería el espejo inconsciente de nuestros abandonos reales o imaginarios.

Y a pesar de que podamos sentirnos hombres o mujeres justos, llevamos siempre encima una carga de sentido de culpa, de pérdida de inocencia, de oscuras zonas de sombra, de las que hablaba el apóstol Pablo. Tomando parte de la inocencia proverbial de los animales que no conocerían el pecado, nos sentimos como redimidos. Descubrimos el niño inocente que fuimos y que ya no somos. Paulo Coelho suele decir que uno de los éxitos de sus libros es porque llevan una llamada implícita a “ese niño que nunca muere dentro de nosotros”, que nos recuerda un paraíso sin culpas.

Salí hoy a la calle para hacer a la gente que pasaba esa pregunta inquietante. Las respuestas fueron unánimes: “Los animales no se pueden defender y son inocentes”. ¿Y los niños? Una mujer me dijo: “Los niños tienen mayores defensas. Y de hecho, sentimos el dolor infligido a un niño en la medida en que es más pequeño, más bebé, porque lo vemos también indefenso e inocente. Cuando crecen lo son menos, se parecen ya más a nosotros”. Era una mujer de la limpieza. Sin duda cada lector debe tener una respuesta a esa pregunta que no deja de inquietarnos. Sería grato si quisiera compartirla con nosotros en este blog.

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Hasta a cuatro años de cárcel puede ser ahora condenado en Brasil quien maltrate o abandone a un animal doméstico. Lo que hasta ahora era considerado una simple contravención , no prevista en el Código penal, ahora pasa a ser crimen con todas las de la ley.

Perro quemado vivo (4)Lo acaba de aprobar la Comisión de juristas que discute la reforma del Código Penal en el Senado y ahora deberá ser ratificado por el pleno del Congreso donde no encontrará problemas ya que ha sido enorme la presión de la sociedad ante la Comisión del Senado.
Según uno de los senadores, ningún otro punto concerniente la reforma del Código Penal motivó tantas manifestaciones públicas y tantas peticiones como la de castigar severamente los malos tratos a los animales o su abandono en cualquier lugar público.

Ello se debe no sólo el proverbial amor que los brasileños profesan a los animales sino también a una serie de casos graves de malos tratos a perros y gatos que tuvieron lugar hace unos meses y que conmovieron a la opinión pública, como el hombre que enterró vivo a su perro de cuatro meses, que fue milagrosamente salvado por una sacrificada veterinaria que acabó adoptándolo.

O el caso de la enfermera que martirizó durante tres días frente a una hija de cuatro años a su perro porque ladraba mucho, lanzándolo repetidamente con fuerza contra la pared hasta que acabó expirando. O el que quemó vivo a su perro de 20 dias. O la señora que tenía decenas de gatos en su casa a los que dejaba morir de hambre y de sed y después los iba arrojando a la basura.

Bebé abrazado con un perroEn el nuevo crimen que será introducido en el Código Penal, figura también como tal el tráfico ilegal de animales salvajes o protegidos. 
O también los que trafican, por ejemplo con pieles de serpiente que pueden recibir hasta diez años de cárcel. Además de haber cuadruplicado las penas contra la crueldad con los animales, ellas serán aumentadas hasta un tercio más, pasando hasta a seis años de cárcel, si el animal maltratado ha sufrido una lesión irreparable para toda la vida. Las mismas penas serán infligidas a quienes existiendo alguna alternativa usen a animales vivos para experimentos aunque sea con fines didácticos. Según los expertos, la decisión de Brasil de convertir en crimen con varios años de cárcel los malos tratos a los animales es una de las más valientes del mundo civilizado.

Ni qué decir que todas las asociaciones que se dedican a rescatar animales abandonados o a vigilar para que no sean abandonados o sacrificados gratuitamente, han aplaudido las medidas del Senado. En verdad ellas han contribuido con sus campañas callejeras y a través de las redes sociales para convertir en crimen, lo que cualquier persona mínimamente sensible, considera como tal: hacer sufrir a un animal inocente y más después de habernos dado a veces años de compañía y de cariño, como a menudo ni los humanos somos capaces de dar.

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