Nuestro ADN no es un código inmutable, no debe ser entendido como un mapa predeterminado que determina de forma implacable nuestro comportamiento a lo largo de la vida, sino como algo que interactúa con el medio ambiente en el que transcurre nuestra existencia configurando nuestra personalidad.
Dependiendo de cómo nos afecta nuestro entorno, las cosas que nos van ocurriendo a lo largo de nuestra vida, los amores, desamores, accidentes, alegrías, soledades, frustraciones o triunfos se expresan o no distintos tramos de esa secuencia genética, se va modelando nuestro carácter. Estos mecanismos e interacciones son conocidos como Epigenética e influyen de forma directa en la herencia genética que traspasamos a nuestra descendencia. La comida en la parte del entorno que más afecta nuestra epigenética al ser lo que introducimos dentro de nuestro cuerpo y convertirmos en las vitales calorías que nos dan la vida, en las fibras, huesos y neuronas que articulan nuestro ser. El estupendo documental Epigenética: cómo la alimentación altera nuestros genes que a continuación les ofrecemos nos habla de ello.
Dependiendo de cómo nos afecta nuestro entorno, las cosas que nos van ocurriendo a lo largo de nuestra vida, los amores, desamores, accidentes, alegrías, soledades, frustraciones o triunfos se expresan o no distintos tramos de esa secuencia genética, se va modelando nuestro carácter. Estos mecanismos e interacciones son conocidos como Epigenética e influyen de forma directa en la herencia genética que traspasamos a nuestra descendencia. La comida en la parte del entorno que más afecta nuestra epigenética al ser lo que introducimos dentro de nuestro cuerpo y convertirmos en las vitales calorías que nos dan la vida, en las fibras, huesos y neuronas que articulan nuestro ser. El estupendo documental Epigenética: cómo la alimentación altera nuestros genes que a continuación les ofrecemos nos habla de ello.
Somos lo que comemos
Terra.org 05/11/2011
El viejo dicho "Somos lo que comemos" está resultando ser cierto. Cada vez hay más evidencias de que activamos o desactivamos nuestros genes en función de nuestra dieta. Mediante los alimentos controlamos nuestra apariencia, nuestra conducta y nuestra salud, a veces para toda nuestra vida e incluso afectando a la de las futuras generaciones.
Una revolución silenciosa
Tras décadas de difusión de las teorías de Darwin sobre la selección natural, se pensó que la lógica del ADN seguía un planteamiento mecanicista que se acoplaba a la idea de pura competitividad. Los genes se expresaban en una programación predefinida que llevamos al nacer, y sólo aquellos individuos más competitivos en el medio sobrevivían. Entonces se valoraba que los cambios más radicales de adaptación al medio se debían a algún tipo de mutación. Esta explicación darwinista clásica influyó de manera principal en la comprensión del mundo y de la ciencia.Durante todo el siglo XX, la herencia genética y el ADN han sido entendidos como un mapa determinista, algo aislado del medio y cuya expresión funcionaba de manera un tanto tiránica. Pues bien, hoy es necesario empezar a cambiar todo éste pensamiento del siglo pasado, porque los nuevos datos revelan que los genes no son una codificación completamente determinista sino que interaccionan con el medio. Se activan o desactivan en función de lo que hay en nuestro cuerpo y por tanto en función también del medio ambiente.
La Epigenética es el marco científico que se ocupa al estudio de todos aquellos factores no genéticos que determinan la ontogenia, es decir el desarrollo de un organismo durante su trayectoria vital. Dentro de la biología, la epigenética existe como puente entre las influencias genéticas y ambientales.
El documental "Epigenética: cómo la alimentación altera nuestros genes" lo explica de manera pedagógica. Ha sido realizado para la cadena alemana ZDF y fue exhibido en el canal ARTE, y cuenta además con la intervención de algunos científicos españoles. Este interesante documental explora de manera histórica y científica lo que puede constituir una revolución en la manera de entender nuestra relación con la alimentación y con nuestro entorno.
Si las aportaciones de Darwin fueron una pieza de primer orden para comprender el siglo pasado, las progresivas revisiones de sus ideas lo pueden ser mucho más. Por ello lo recomendamos sin dudas, ya que refleja la necesidad de un cambio de paradigma respecto a la influencia de la alimentación en el desarrollo biológico. Nos ayuda a replantearnos la idea que hasta hoy hemos mantenido popularmente respecto al papel de la genética en el individuo y la sociedad, así como nuestra relación con la alimentación y el medio ambiente.
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