De la mano de Jordi Évole (y de Bizzentte) volvemos al lugar de la tragedia ocurrida en el Metro de Valencia que, en julio de 2006, dejó un saldo de 43 personas muertas y 47 heridos, el accidente más grave del transporte en España. Este terrible accidente fue ocultado y silenciado por el gobierno local ante la llegada del Papa tres días después a la por entonces triomfant Valencia de Barberá y Camps y de hecho nunca hubo un juicio que aclarase sus numerosas sombras y responsabilidades ocultas. Uno de los highlights del programa -y el colmo de la desvergüenza- es la actitud patética y miserable del presidente de las Cortes valencianas Juan Cotino fingiendo por teléfono ser su hermano para eludir las preguntas de Évole y eludir todas sus preguntas en una de esas actuaciones que retratan a las personas.
En el 2006, un trágico accidente en el metro de Valencia causó 43 muertos y 47 heridos graves, pero tan sólo una persona declaró ante el juez. Jordi Évole y su equipo investigaron en el programa titulado ‘Los olvidados’ de Salvados ese trágico accidente que ha quedado completamente en el olvido. Está considerado el peor accidente de transporte registrado nunca en España. El reportaje de Évole se convirtió en pocos minutos en uno de los ‘trending topics’ de Twitter con el ‘hashtag’ #olvidados #0responsables.
El reportaje dió comienzo con el testimonio de Vicenç Peris Lluch, director del documental ’0 responsables’, que pone de manifiesto que el accidente ha quedado en el olvido. “Siete años después, nadie lo recuerda. El Gobierno valenciano quiso taparlo”, aseguró Peris.
La causa fue un exceso de velocidad y se le atribuyó la responsabilidad al maquinista, y único fallecido. ”La causa se archivó antes de que se celebrase un juicio”, reveló Peris. Y ese dato desató comentarios de indignación entre los tuiteros, como el de la periodista Ana Pastor “no hubo juicio!!!!! 43 víctimas mortales!!! #salvados #olvidados”.
Jorge Álvarez, maquinista de la línea 1 del metro de Valencia aportó otro dato esclarecedor. “Existía un informe de los maquinistas que había un punto negro en el lugar del accidente. Si en la estación de Jesús se hubiera puesto una baliza indicando al tren no superar los 40 km/h se hubiera evitado el accidente”, aseguró Álvarez.
Andrés Perelló, ex diputado de las Corts PSV-PSOE hizo una importante revelación: “un documento elaborado por HM&Sanchís sirvió para aleccionar a técnicos de FGV que comparecían ante la comisión parlamentaria”.
Beatriz Garrote, presidenta de la Asociación de Víctimas de Metro 3 de julio, y Enric Chulio, ex presidente de la misma Asociación, comentaron que “Los días siguientes al accidente, recibimos visitas de personal del PP en tanatorios y en casas particulares”, afirma Garrote. ¿El objetivo? Acallar a las víctimas y evitar que emprendieran acciones legales contra la empresa de Ferrocarriles de la Generalitat Valenciana. Parece ser que cuando Cotino visitaba a las víctimas, iba perfectamente informado de los estudios y formación de las familias a las que ofrecía incluso puestos de trabajo y les daba su número de teléfono.
Asímismo, apenas mes y medio después del accidente, a las victimas les llegó un fax comunicándoles que ya estaba disponible la indemnización en las dependencias de FGV (Ferrocarriles de la Generalitat Valenciana). Allí, les esperaba un documento que era una especie de contrato donde la última cláusula decía que el firmante se comprometía a no emprender ninguna acción legal en contra de la empresa. Finalmente, esa cláusula se eliminó.
Juan Cotino, presidente de las Cortes Valencianas, se convirtió en el protagonista del programa ‘Los olvidados’ después de que se hiciera pasar supuestamente por su hermano en una llamada de Évole y escabullera las preguntas de Évole.
Posteriormente Évole logra entrevistar a Cotino en una Feria de Vinos y le preguntó que qué que tenía decir, ya que mucha gente había hablado de él diciendo cosas que probablemente a el no le gustarían. A lo que el presidente de las Cortes Valencianas respondió “No hace falta, porque lo que tengo que hacer lo hago y no me hace falta defensa de nada”. Aseguró que todo está hablado y donde tenía que hablarlo. Cotino se negó a responder a las preguntas de Évole, y también se negó a contestar a los ciudadanos que se unieron al periodista para que el presidente respondiera.
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