Publicamos otro de los grandes reportajes del periodista catalán Jordi Évole que esta vez indaga en una de las indeseables consecuencias de nuestras sociedades de consumo, el infame despilfarro de millones de toneladas de comida, en países como el nuestro en el que ya pasan hambre tres millones de personas.
Salvados - Con la comida no se juega
El objetivo de Jordi Évole en este programa se ha centrado en averiguar quién es el responsable de las más de nueve millones de toneladas de comida que España lanza a la basura cada año, mientras tres millones de personas pasan hambre. Para ello, Évole ha visitado un campo de mandarinas en Alcanar (Tarragona). Cales Roig, un agricultor, le ha confirmado que más del 40% de su producción se descarta por no cumplir los criterios estéticos que imponen los supermercados. Las explicaciones de Roig acerca del proceso de maquillaje que se aplica a las clementinas para que sean 'aptas' ha generado comentarios en Twitter como el de Patricia Hernando (@PatHernando) "La dictadura de lo estético en la sociedad, también se da en la comida. ¿Para cuándo la dictadura de lo lógico?", o el de @ele_manzaon: "Solo el 20% de los supermercados donan la comida que va a caducar a onenegés. El otro 80% prefiere #tirarcomida aunque haya gente pasando hambre".
Por la borda
Tras las mandarinas, como representantes de la fruta que se desperdicia en España, le ha tocado el turno al pescado. Évole se ha desplazado a Galicia, donde los pescadores se ven obligados a tirar por la borda toneladas de pescado muerto, para respetar la normativa de la UE.
Antonio García, director de la Fundación Lonxanet, que trabaja por un mar sostenible con las cofradías de pescadores, ha dado una cifra escalofriante: cada año se tiran por la borda 1,7 millones de toneladas de pescado al año. García ha instado a "pescar de manera responsable" y ha criticado la pesca de arrastre. "Los recursos del mar son finitos y cada vez da menos de sí", ha advertido.
Iniciativa fallida
Joan Baldoví, diputado en el Congreso por Compromís-Equo, ha confirmado a Évole que sí que hay políticos preocupados por esta situación anómala. Su grupo político presentó una iniciativa que pedía la penalización por destruir alimentos. La moción, sin embargo, no salió adelante. Esa iniciativa afectaba directamente a los supermercados y hacía referencia a la fecha de caducidad preferente (@nataliabajo: "Eso no, yo los yogures me los tomo siempre caducados, tengo el récord en 36 días tras la fecha, y aquí estoy"), envasados de diferentes cantidades y tamaños a las necesidades de los consumidores.
Una visita a la cadena de supermercados Consum, ha desvelado a los telespectadores que el 20% de los súper ceden los productos que están a punto de caducar a oenegés y centros de recogida de alimentos. ¿Y el 80% restante?, se han preguntado en Twitter algunos usuarios.
Hambre literal
Gustavo García, director de Servicios Sociales, revela que los Bancos de Alimentos están desbordados actualmente. "Se ha multiplicado por cinco la demanda. El hambre es literal", ha sentenciado, García. La mención en pantalla del Banco de Alimentos ha generado comentarios de elogio en Twitter (@RaquelEcenarro: "La gran labor del Banco de Alimentos, una iniciativa ciudadana que funciona con voluntarios y son motivo de orgullo").
Jaime Serra, presidente del Banco Solidario de Alimentos de Valencia ha arrojado varias cifras. El 65% de las personas que acceden a Caritas son derivados por los servicios sociales. Además, unas 2.000 familias están en lista de espera, solo en Valencia, para ser atendidos por el Banco de Alimentos en Valencia.
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