Para terminar el año nada mejor que este cortito estremecimiento de Patricia Esteban Erlés en torno a unas presencias que reaparecen cada año para recordar que siempre han estado ahí.
Que el 2013 sea mejor de lo que se le espera.
No nos lo decimos, pero recordamos lo que contaban las abuelas. La última noche del año vendrán a visitarnos los que se fueron. Se asomarán sus almas al cristal de las copas buenas, nos mirarán reír y comer y brindar, discretos espíritus amados, de pie junto a nuestras sillas. Cada fiesta de despedida es un reencuentro de fantasmas queridos que recorren los cuartos y nos ven envejecer, añorando la vida igual que un sabor, sin amargura. No nos atrevemos a decirlo pero todos podemos verlos, aquí mismo. Sí, elegantes y delgados, bellos como radiografías.
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